DIVERSOS
48. TERTULIA POÉTICA
GUADALAJARA
diciembre 2014
UNA
BUENA NUEVA OS VENIMOS A TRAER… ¡EL 2015 NO PUEDE SER PEOR QUE ESTE! Es
difícil encontrar días peores que los que han pasado en volandas durante el año
que muere. No te creas que el nuevo año será peor. Es imposible. Por lo tanto
estamos de enhorabuena. Sobre todo porque queremos ser muchísimo más felices y
ya va siendo hora de que nos toque baza a los optimistas.
Para los poetas que trabajamos
la palabra y estamos empeñados en aflorar nuestros sentimientos, el año que
cerramos lo hemos hecho dignamente. Con esfuerzo, eso sí.
Sea este número el que dé
carpetazo al calendario. Desde que nacimos como revista semanal en marzo han
pasado por nuestras manos casi 600 páginas, cerca de 500 poemas y más de 600
copas de ensoñación para el coleto… Ahí es nada. JLGR
JOSÉ LUIS GÓMEZ RECIO
Adiós año caduco. Adiós.
De los días del año moribundo
tiemblo especial de los abollados
que bajaban rodando por los meses
de heladas de sierra y cuchillo.
De las noches empapadas de agua
recuerdo las del torpe escurrido
que pasaba por el cuerpo de guardia
balbuceando bastardas excusas.
De todas las malas fechas malditas
odio las del adiós con flor y tierra.
Y las de lágrimas de Nunca Jamás
en un portal de noche atropellada.
De los combates de amores pasados,
recuerdo los abrazos de las tardes
derramando dos guisantes de olor
a sábanas de algodón y apresto.
Poco para un funeral de año
con código de barras caducado,
pleno de incendios y oriflamas
anuncio de lo nuevo por habitar.
PAULINO APARICIO
Una mujer
Una mujer llamándome:
raíz de niebla, cristales apagados.
Tierra grande de llover…
.
Todos los sitios
donde había un canto,
me trajeron olor
a mar. Todas las noches
donde vibraba una cuerda
explicando el universo,
sabía que estabas:
tacto a ciegas de dos extraños.
Mujer…
Agua suspiro,
aspa de luces… te espero
sabiendo que llegaste.
Está el otoño.
Me viene por los ojos.
Es un agua sin prisa,
tacto donde la noche
amortigua su miedo.
CARLOS
BERNAL
A una figura de papel
Nada hace daño en la espera
si buscas de mi un sueño,
y yo no extraño la causa
soledad enamorada.
Nada hace daño tristeza
¿por qué te escondes de mi rostro?
nada hace daño persona herida
inseparable imagen.
Yo soy el mundo
y ardor en este papel,
y no rendir cuentas
y sí indagar por todo.
Ultimo otoño,
tan solo a ti
abriré mi corazón
en quietud, sosiego, pasión.
Nada hace daño.
Sin romper el papel.
Fernández Labaña. Repintes sobre una pintura
JORGE MATO
El vaso donde bebo
Nunca se llena el cántaro,
no hay agua suficiente.
Por muchos más te amo
que caigan con la lluvia
no se sacia mi sed.
Está fría la tarde.
Ya no sé si amanece
o si cae el ocaso
bajo este manto púrpura
que flota sobre el cielo.
Pero no se ha colmado
el vaso donde bebo
ANTONIO
PEREIRA (Poeta
recomendado por Jorge Mato)
Cuando
llueve en la yedra de mi casa
Cuando llueve en el mundo
yo conformo
mi paso a la canción verde del agua´
puedo reír,
besar,
amar bajo las lonas,
puedo incluso olvidar
que está lloviendo.
Cuando llueve en la yedra de mi casa
mi tristeza no es hoy
que veis conmigo
llover,
sino si un día…
Si un día llueve y llueve
y estoy solo.
Antonio Pereira nació en 1923, en Villafranca
del Bierzo (León). Sus primeras publicaciones son poemas que ven la luz en las
revistas Espadaña y Alba, y por el camino de la
poesía continuará en sus primeros libros, reunidos más tarde en el volumen
titulado Contar y seguir (1972). No obstante, es la
narrativa -el cuento, especialmente- la que le ha valido un reconocimiento más amplio.
De su tierra natal aprovecha una rentable tendencia a la oralidad, puesta al
servicio de lo universal en un variadísimo repertorio de relatos que van desde
lo autóctono hasta el más lejano exotismo. Fallece a los 85 años en abril de
2009.
VICENTE
MORATILLA
El
vendedor de estampas
Está a punto de anochecer, el
ambiente es húmedo, ha llovido todo el
día, cosa habitual en esta aldea del norte de Francia. Por la calle embarrada,
pasan los últimos carretones con sus míseras mercancías; las mulas y bueyes,
cansados, despiden chorros de vapor que salen de sus bocas y van dejando en el
aire un rancio olor que impregna todo.
Aún se oyen las últimas voces de las
familias que se disponen a la cena y muchas voces de chiquillería que se mezcla con el canturreo
de algunos vecinos del pueblo al salir de la taberna. Mientras que la luz del
día va desapareciendo, las ventanas han
ido iluminándose con tenues luces de candiles, velones o linternas de sebo. Una
ventana casi a ras de la acera está más iluminada que las demás, tiene
cristales emplomados que dejan ver un ambiente amarillento y difuminado. La
casa a la que pertenece parece de mejor fábrica que las otras de la barriada, en su fachada
cuelga un anuncio de latón que mueve el viento y en el que se lee “Claude
Mellan. Vendedor de estampas”. Indiscreto, me he ido hacia la ventana y me he
acercado a los cristales, observo con
atención la silueta desdibujada de un hombre de pelo rizado y quizás rojizo que
se afana en alguna minuciosa tarea.
Lleva un objeto punzante en su mano derecha y con la otra sujeta una
chapa de metal brillante cuyo resplandor
se deja ver en su rostro. Una y otra vez apoya, parece que con ahínco, su
punzón y va observando el trabajo que realiza mirándolo con detenimiento, a
veces sopla encima de la chapa o retira con su mano lo que puedan ser pequeños
restos de metal. De pronto ha levantado la vista y ha notado mi presencia, ha
abierto la ventana, me he quedado sorprendido y después de unas pocas palabras
de disculpa por mi parte, me ha invitado a entrar.
Ahora he podido ver todo con
más detalle; por la estancia hay como tendidas a secar muchas hojas de papel
sobre cuerdas que recorren una de las paredes de lado a lado. Observo ahora con
más detalle que lo que el hombre hacía era un dibujo sobre una chapa de cobre,
no puedo apreciar bien el conjunto, veo todo
el metal rayado pero no puedo distinguir bien el motivo.
Miro con atención, el hombre
sigue a lo suyo, sin hacer aparentemente caso a mi presencia, y al cabo de un
buen rato se levanta de su asiento sin dejar de mirar minuciosamente su
trabajo, de pie da unos pasos sin soltar la chapa de las manos, se acerca a una mesa de trabajo grande donde
además de unos trapos tiene también algunos frascos llenos de un líquido espeso
como de brea, y algunos recipientes, uno de ellos con un polvo blanco que
parece yeso fino. Hay también en la mesa
una extraña máquina con un rodillo y una manivela que llama mi atención. El hombre ha embadurnado con el espeso
líquido negro la chapa de metal y la frota con calma y tesón, después ha tomado
un trapo limpio y ha ido acariciando el metal hasta dejarlo de nuevo brillante,
solo deja negras las hendiduras que antes hizo y que ahora han quedado
impregnadas. Después ha colocado la chapa cerca del rodillo y la ha cubierto
completamente con un papel blanco y encima de este, un trozo de manta de
fieltro, enseguida ha hecho girar la manivela permitiendo que el rodillo rodara
por encima. Tras unos segundos su cara se ha llenado de satisfacción al
descubrir como su trabajo ha quedado plasmado en el papel que ahora deja secar
tendido de una cuerda junto a otros. Me he acercado despacio, procurando no
hacer ruido ni distraer al artesano, aún está la tinta brillante, como
deslizándose, mientras se seca.
Veo la cara de un Cristo;
desde su nariz y como en espiral parte una línea continua, firme y sin balbuceos, unas veces fina y leve
otras, con tramos más gruesos, más negros, siempre sin dudas, sin titubeos ni
rectificaciones. He tenido que contener la respiración y he salido de la estancia,
mientras el artista ha quedado sobre su mesa con el buril en la mano,
ensimismado y ajeno a mi presencia.
Sudarium Claude
Mellan, 1649
VICENTE MORATILLA
Debía estar
Debía estar todo a
oscuras
y se encendió el
escenario.
De repente,
se pone uno a vivir,
haciendo, sin que lo
sepas
todo el programa
marcado,
Te encuentras frente a
la mesa
donde el mundo va asomando.
como un infinito mar
como copioso banquete
de olas manso
Antes del atardecer,
sutilmente,
va cambiando el
decorado,
se van yendo los que
quieres,
se queda el guión en
blanco
Sientes de nuevo ese
mar,
ahí cercano y
silencioso
pidiendo quedo, que
vuelvas,
que el sueño ya se ha
acabado.
Mientras en el
horizonte
la luz va
declinando.
ALBERTO VALERO
Otro amanecer
Primeras luces, alba y
claridad. Veo nacer otra mañana serena y limpia que pinta frescos de mujeres y
hombres urdiendo abrazos y haciendo intentos ilusionados de libertad. Luego
germinan y se iluminan los parques sobrios, con arboledas que ofrecen sombra y
cobijo a niños que gritan sueños, juegos, sonrisas con inocencia, como eternas
promesas de algún futuro, que poco a poco se difumina, nunca llega y rara vez
se va a alcanzar. Y cuando todo parece fresco, limpio, rompen la calma las
negras noticias, que nada nos cuentan de lo agradable, solo desastres, culpas,
apuros, esos que matan, esos que mienten, esos que abusan, esos y más, nos
transforman en cardos secos, las bellas melodías, que la vida misma compone y
da.
Y así la tarde se torna triste
y se oscurece, con rojo y sangre lenta se va,
hacia un ocaso de pena y odio,
pulverizado, regado en fino, anega el manto que se hace noche, casi apagada,
solo el tenue brillo de la luna triste que llora estrellas, lágrimas de sal
amarga cristalizada. A impulsos ralentizados, arremolina el sosiego de sus
tinieblas y la fatiga de tal zozobra al final nos trae la calma, con un sueño
nuevo donde todo pasa y nada queda, donde lo imposible se hace posible, mezclando
puñados de farsas con realidades, filtrando los posos que no queremos, que nos
son ingratos y despreciables. Y la conciencia juega sus cartas, en mangas
subidas, a veces da suerte y otras pesares, a veces es pura y simple
casualidad. Y el nuevo día vuelve a empezar.
JAVIER DELGADO
Espejo, penumbra
Miras de soslayo
un espejo de penumbra
para urdir
aquel que serás
más tarde,
como si no tuviera secretos la existencia
y exclamar la claridad de tu destino.
Pero el creador
hizo mudos los espejos
a causa del azogue,
y sólo será cuestión
de caminar despacio,
los ojos cerrados,
un tiempo necesario y suficiente.
LA
NAVIDAD EN DIRECTO DESDE EL CASINO. Nos
reunimos ante una audiencia de casi una veintena de personas, donde
predominaban los niños, y les sometimos a la dulce tortura de leerles cuentos y
poemas de Navidad. Alguna canción cayó, como por encanto. La decena de miembros
de la Tertulia acabamos vibrando en la misma longitud de onda que la de
nuestros espectadores… ¿Qué tienen estos días, que nos despojan de todas las
escamas y adherencias miserables que acumulamos a lo largo del resto del año? En
el próximo número de Diversos recuperaremos la constancia fotográfica de este
evento. Mientras tanto, os adjuntamos el cartel preparado para la ocasión.
VIERNES 26 DICIEMBRE A LAS
12 H
LA POESIA TE ABRAZA DESDE EL CASINO EN NAVIDAD
DIVERSOS, la Tertulia Estable de poesía del
Casino Principal, quiere llevar su mensaje de amor, para todos, niños pequeños
y niños mayores desde el Salón de Actos el viernes 26. Las voces de paz y
alegría nos acompañarán en las obras de los grandes escritores y en la nueva
creación que ahora se está haciendo en Guadalajara
Suéltate,
el año ya se ha largado.
Tenemos tendencia a aferrarnos
a los días muertos en combate y, aunque parezca una perogrullada, miedo nos da
cumplir un año más. ¡Y encima tenemos todavía que sobrevivirlo!
A nuestro favor está que el
año, ajusticiado en juico sumarísimo, ha sido muy malo. Horroroso. Así que es
difícil que lo que nos viene encima sea peor. Nos tendremos que convencer que
ya estamos en la ruta de la recuperación. Al menos para nuestra tertulia ha
sido fructífero y lleno de creación. Seguiremos dando la barrila si no nos cansamos.
Que va a ser que no.
Gracias
Terminamos agradeciendo sobremanera a nuestros
patrocinadores: Aache Ediciones, Laura Dom, Diseño y Comunicación, Casino
Principal de Guadalajara y Dublin House.
También nuestro agradecimiento
a los tertulianos y su círculo de amigos que nos ayudan a la edición del
fanzine semanal.
DISCOPI, en la Cuesta del
Matadero, 17 –en Guadalajara- nos
facilita los números atrasados en edición analógica.
Nuestro blog es:
di-versos-guada.blogspot.com