DIVERSOS
24. TERTULIA POÉTICA DEL
CAFÉ LICEO GUADALAJARA julio 2014
El vino Paulino Aparicio
El campo coge brochazos amarillos en el estío,
tampoco puede hacer otra cosa. La Alcarria dejó su pan y descansa en una insolación sedienta donde
los girasoles pasan de niños a soldados en pocos días.
Salgo al alba. Los caminos sedientos parecen
sufrir. De vez en cuando se nota el olor
de la paja mojada. Es la noche que dejó sus perdones al campo. Fragancia de
humedad y de sueño, como un niño reciente que se fuera a morir. Las viñas son
lo único navegable. Su fruto me trae a
la cabeza (sin transición) al otoño. Veo cuévanos en el atardecer de un día de
octubre. Las mulas ya repuestas del atronador verano. Veo el parsimonioso
frescor de las bodegas donde los pies pisaban los racimos. Y había una cercanía
del mosto con el afán de que el vino comenzase su lento caminar en la sagradas
tinajas, donde le fermentaba un soplo de paraíso al alcance. Puedo nombrar aquel tiempo con los ojos
cerrados: Y sentir, que la palabra “nada” (en todas sus conjugaciones
imposibles, porque no es un verbo); corría por las calles.
De esa nada del tiempo riguroso, del esfuerzo
concertado donde la cena nunca era una sorpresa, y en algunos casos tampoco era
una cena, marchaban a la bodega. La llave grade abría su secreto con mirada ancha de madre, para que un dios,
infatigable y benigno, pusiera rubí líquido en los vasos lavados.
No era necesario mucho, enseguida venía la
reconciliación. El pago del esfuerzo se hacía por la alegría momentánea que el
cuerpo y los brazos recibían, como un riego venerable. Beber vino era una
fiesta pero también un rescate. Me acuerdo de vosotros, los hombres de la
cosecha a mano, los labradores de la pelea atroz… Tiernos desaparecidos que
peleabais, la vida de posguerra sin otra munición que el coraje, cuando piso
los campos, y, llegando a las viñas, veo ese dios antiguo tomando credenciales en las cepas.
JOSÉ
LUIS GÓMEZ RECIO
De
la mano de la tierra madre
SANTA TIERRA DE CASQUIJO
ARCILLA, ARENA Y HUELLAS,
BENDITA MADRE SOLÍCITA
QUE ACOGES LA SEMILLA
EN TUS ENTRAÑAS PRODIGIOSAS.
Del sol que
nos cubre e ilumina
CON LA
LUZ ENTRE LAS VENAS,
FERMENTAN LOS DIOSES
CON FIEBRES DE DELIRIO
Y COROS
DE GRILLO Y ORO
AL BAILE DE LAS ESFERAS
Y la mano
experta
DEDOS QUE PEINAN, MARCAN
ALIVIAN, LIMPIAN Y MIMAN
PARA QUE
EL SIGNO NUEVO
DE LOS NUEVOS TIEMPOS
SE ESCRIBA EN EL TERRUÑO.
Nace
un rio negro
RIO OSCURO, SETA Y PIZARRA
MUSGO Y CERVATILLOS.
DE GENTE DE ARRIBA
QUE SE MUEVEN EN LAS ALTURAS
CON ANDARES DE VIDA LLENA.
Nace
lo mejor de la vida
LA SUPREMA Y DULCE ALIANZA
ENTRE LO DIVINO Y HUMANO
DANDO ABRAZOS LAS MIRADAS
QUE ACERCAN A NOSOTROS
LOS SENDEROS DEL DESTINO.
JAVIER
DELGADO
Vedme
tendidamente
triste
bajo las
encinas.
Traed
entonces una paz
de zarcillos
tiernos,
una geometría
de hileras tensas,
el surco
infinito y un mar
de tibios
granos dulces
ahogados en
sus lías.
Acaso un
telúrico abismo
sabio de
hierba recién cortada,
vainillas y
frambuesa,
derramado un
carro
de robles
tostados
y el cuero
curado
del arnés
celeste.
Quizá,
un perdido
desierto
de guijos
blancos,
un canchal de
pedernales
contra la tez
callosa
y el tiempo
de mis manos. Traedme,
el oscuro
cisne
de las ramas
bajas.
Vedme vivo:
Derramad
vino.
Celebrad la
vida.
La vida misma
verted.
VICENTE MORATILLA
Hoy a mis más de sesenta años
estos son los modestos deseos que pretendo:
Quiero tener aquellas sensaciones de amor
de cuando tenía diecisiete años
y hacerlas realidad con dos o tres amores más
digamos ahora dos chicas morenas y una rubia
las tres que sean muy guapas, por favor,
y también, no te enfades; estar contigo.
Quiero ver crecer a los chicos del barrio
y jugar con ellos al escondite
y enseñarles poesías y canciones
y comprarles helados
y subirles a los columpios.
Quiero ampliar mi casa
y hacer un mirador acristalado
para pasar el invierno leyendo a Cervantes.
Quiero poner un huerto
y plantar verduras frescas
para regalar a mis envidiosos vecinos.
Quiero colgar un Picasso en mi cuarto
y una inmaculada de Alonso Cano.
Quiero seguir teniendo los amigos que tengo
y que no se vayan
y beber con ellos hasta las tantas
leyendo versos.
Quiero tener siempre un buen vino
crianza del ochenta y dos
para festejar la suerte de tenerte conmigo.
(Poema para la fiesta del vino en Cogolludo en la que no pudo estar)
PAULINO APARICIO
El vino
Cuando el hombre venía del surco,
los pies sin escritura,
cantaba el líquido sagrado
su brumosa compensación
y unos tragos después
la eternidad reescribía un cuaderno
para las voces encontradas.
Vino:
gozo,
golondrina que crece,
pared que hace dibujos…
Bendigo tus campanas
de fiesta digestiva
la boca de racimos
que señala una tregua.
CARLOS BERNAL
Si quieres vivir mucho, guarda un poco de vino rancio
y un amigo viejo. Pitágoras
Cepas que afloran
vivas por tu color y acidez
Alegría y ardor el vino nos trae
degustaciones que amor implora.
En el vino dos clases existen
el buen vino, amigos hace
y el mejor vino que nos atrae.
Vino te quiero, y te pretendo.
Casarme contigo quiero
vino viejo y nuevo.
ALBERTO VALERO
Tinto
Rio Negro
Dicen mil cosas del vino:
que “beber para olvidar”,
pero si bebes Río Negro
siempre te hará recordar
que has bebido un vino recio,
lleno de complejidad,
aroma fuerte y profundo,
color de alta intensidad,
con una gran persistencia,
expresivo y natural,
potente para la boca,
muy difícil de olvidar.
Nacido en sierra de Ayllón,
fue en Cogolludo criado,
dicho, casa del Marqués
de Río Negro nombrado,
luego tal clase famosa
de este tinto celebrado,
y asi brindamos ahora
con este vino loado
PABLO
LLORENTE
Alabanza
del vino Plegaria
¡Santa viña que estás en la tierra
y te alzas al cielo!
¡¡Vela por nosotros!!
¡Que tus fermentados zumos
alivien nuestra penuria!
Albariño, Moriles y Rueda,
Jerez, La Rioja, Duero y La Mancha
¡¡Siempre en nuestra mesa!!
Bendito caldo, si te bebemos
alimentas nuestra sangre
y un torrente de optimismo
nos riega las venas.
¡¡No nos abandones!!
Placer de nuestros sentidos,
embriagadora uva,
nos trasmites tu dulzura,
nos invitas a la amistad y el amor,
haciéndonos más buenos y alegres.
¡¡Así sea por ventura!!
¡Qué sería de nosotros sin el vino!
Néctar gozoso que calma nuestras penas,
licor de los dioses y de los humanos.
¡¡Sálvanos!!
¡Danos vida, infúndenos entusiasmo y vigor!
¡Haznos inmunes al paso del tiempo, al dolor y
desamparo!
ungidos por tu esencia revivimos de nuevo
y por momentos alcanzamos la eternidad.
¡¡Así sea muchas veces!!
¡¡Larga
vida a los amantes!!
GRACIA
IGLESIAS
Dos Rubbaiyyat
del poeta persa Omar Khayyam
El día en que me muera lavadme bien con vino
y rezad letanías del vino al enterrarme;
para encontrarme el día de la resurrección,
buscadme entre la tierra de entrada a la taberna.
para encontrarme el día de la resurrección,
buscadme entre la tierra de entrada a la taberna.
El día en el que
arranquen el árbol de mi vida
y se separen unas de otras mis partículas,
si alguien una cántara fabrica con mi barro,
que la llenen de vino y resucitaré.
JORGE
MATO
Cuatro haikus y un bacanal
Recopilación, Alberto Valero
Hace mucho, mucho tiempo en el Siglo
XI un astrónomo persa llamado Omar
Khayyam escribió: Si los amantes del vino y del amor van al infierno...,
vacío debe estar el Paraíso.
También un florentino al que llaman
“Él Sumo Poeta”, Dante Alighieri razona que el vino siembra poesía en los
corazones.
Más tarde un día dijo Alexandre Dumas: El vino es la parte
intelectual de una comida. Las carnes y legumbres no son más que la parte
material.
Y añadió tiempo después,
no sé si por respuesta, Federico García
Lorca: Me gustaría ser todo de vino y beberme yo mismo.
Sir
Alexander Fleming: Si
bien la penicilina cura a los hombres, el vino les hace felices.
Otro sabio gran estudioso de la salud,
Luis Pasteur afirma: Un vino es la
más sana e higiénica de las bebidas.
Jorge Luis Borges desde sus ciegos ojos y
sabia pluma poetizó: Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia. Como si
esta ya fuera ceniza en la memoria.
Gente
buena nos dio cobijo. Nos ofreció lo mejor de su casa y nos enseñó algo muy
importante: No te presenten imposibles, porque nada se resiste a la voluntad del
hombre fuerte. Hacer las cosas bien y rodearte de los mejores.
Gracias familia Fuentes,
nos marcáis el rumbo a seguir.
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