DIVERSOS
36. TERTULIA POÉTICA GUADALAJARA octubre 2014
¿Cómo
llevar un poema hasta el fin del mundo?
Escríbelo sobre un
papel de colores si es un poema de amor; o blanco y negro si es de penas. Fabrica un
molinillo de papel. Es muy fácil. Ponlo al viento y deja que gire con fuerza.
Como si fuera una
oración tibetana, el poema se hará plegaria y marchará a buscar oídos allá
donde le dejen susurrar.
Estamos en los
tiempos en que los aviones de papel, las cometas y los sueños se abandonan
gozosos al aire del otoño que juega. JLGR
JOSÉ
LUIS GÓMEZ RECIO
Viento mundano
El viento levanta las faldas de
las niñas
para ver los países de sus hemisferios;
granitos volcanes, lagunas lunares,
señales de goma riadas de arcilla…
El aire suspira caricias en las nalgas frías
para sacar tímidos los rubores
a los mapas que ocultan las bombachas.
Y mientras los clap-claps de ellas
hacen tortillas con palabras
indiscretas,
otoños y sueños se buscan
para aterirse de amor en las callejas.
para aterirse de amor en las callejas.
GRACIA
IGLESIAS
Tango en el Haddock
Quise prohibir que me desabrocharas
el corazón cansado, en esta noche
que huele al humo negro de un dibujo
y a las cenizas, todavía inciertas,
del día que aún el sol no ha sorprendido.
Parece que los peces sin embargo
se han puesto de tu parte.
Veo cómo uno salta de tu vaso a mi copa.
La llama en las bujías tiene sueño.
Entre todas componen
una coral de estrellas excitadas.
Víctor se tambalea, canta... y cuenta
viejas historias de uruguayo anciano
—joven de corazón y en el tango porteño—
Pero para nosotros es nueva cada nota.
Un recital copiado por la pared de luna
que es testigo eficaz de nuestras voces.
También de la mordaza
y de la lágrima jamás vertida.
El piano y los cigarros
hacen que el aire duela en las entrañas
y siento descoserse uno por uno
los cincuenta botones
que fijaban mi alma a este planeta.
(Del libro “Sospecho que soy humo”)
ALBERTO VALERO
Las
cuatro de la mañana
No me despierto, ya lo estoy,
solo esperaba leyendo a Gil Albert.
Ya es la hora de la prueba.
Pongo los dedos en el teclado.
Mi pensamiento está en el silencio,
no le oigo, no oigo nada
o estoy sordo
o algún eco del poeta leído
la esconde tras su canto.
Quizás mi mente acostumbrada a esa hora
duerme sin más, se niega a atenderme
No es su momento, me deja solo,
mis parpados pesan,
escribo esto sin pensarlo mucho
¿Será un poema?
Bostezo, apago y me duermo.
JAVIER DELGADO
El
albor
Aunque la noche se ha cubierto de garabatos de neón
resta un lejano latido de espumas en lo oscuro. Me pienso
Malèvich, hallando paz en lo negro.
Es probable el silencio pero no es viable: flotan
medusas de largos flecos bajo la espuma
Y la repetida estupidez de la orilla, sólo un eco abisal.
Una voracidad de luz que ilumina el muelle,
rojo babor, estribor verde.
Puedo llegar a desear noche, sueño, desorientación…
El indistinguible tránsito del agua bajo los pies. Pudiera
ser la arena.
Y sin embargo, todavía espero
un húmedo albor
creciéndome en las manos.
PAULINO APARICIO
¡Qué fuerza!
¡Qué fuerza de árbol en el rio!
¡Cuánto desvestirse por las noches
escuchando a los juncos!
Huele la tierra. Se escucha
la simiente que agota sus posturas.
Te siento como madera, otoño;
voy hacia ti. Me llama tu cansancio:
harapos de la luz mueven las manos
en un decorado que se viste
con saliva de perro.
Llovió de noche. Está herida la grava.
Quiero tenerte un poco, como el niño que siente
el calor del juguete
antes de tener sueño.
JORGE MATO
Dos lágrimas
No se sabe bien cuál fue la razón por la que,
tras siglos de inútil huída, de elevación hacia lo alto de su metamorfosis en
laurel inacabado, apenas abrazada por la mano de su amante volvió por un
instante el rostro hacia el joven Apolo.
Lo cierto es que, al volver la mirada descubrió
que de los ojos amorosos y bellos de su perseguidor resbalaban dos lágrimas.
Dos lágrimas que, tal vez puestas ahí por la
mano sabia y comprensiva de Bernini, habían estado brillando en sus mejillas
durante siglos.
De nada sirvió entonces el efecto de la
vengativa flecha que Cupido clavó en ella.
Volviendo sobre sus pasos, Dafne, recuperando
su figura esbelta y desprendiendo de su cuerpo cualquier señal de vegetal
sonrió por fin comprendiendo satisfecha que el destino de los amantes no lo
dirigen los dioses.
Cuando aquella mañana los visitantes de Villa
Borghese penetraron en la sala vieron, sorprendidos, que los dos jóvenes que
durante años protagonizaron la imposible pasión amorosa que tan bellamente
alguien plasmó en mármol, yacían ahora juntos, abrazados y dormidos, sobre un
lecho de hojas de laurel.
JOSÉ LUIS
RODRÍGUEZ GARCÍA (Publicado en su libro “Vidrio y Alambre”. Poema propuesto por Jorge
Mato)
La ilusión del poeta
Qué leve el volar
y la huida del gorrión,
semejante al suspiro del maestro
o al lamento de madera de la mujer
a la que insulta la noche,
qué leve,
como la carrera suicida del indio
o la ilusión del poeta
que contempla el cielo cárdeno.
J.L. Rodríguez García (León, 1949) es profesor de Filosofía en la Universidad de
Zaragoza. Entre sus publicaciones académicas destacan F. Hölderlin: el exiliado
en la tierra (1987). J.P. Sartre: la pasión de la libertad
(2004). Crítica de la razón posmoderna (2006) Poesía: En la noche más
transparente (1993), Pentateuco para náufragos (1998). Voces en el desierto (2009).
Y novelista: Manos negras (1996). El ángel vencido (2002). El hombre asediado (2006). Su última novela, El tercer concierto
(2010) una
emocionada evocación de Chopin y su tiempo.
Ha merecido, entre otros, los premios bienal provincial de León, Ciudad de Valencia de novela,
Ramón Sijé de novela corta, Ciudad de San Sebastián y Pérez Galdós de cuentos.
JAIME GIL DE BIEDMA (Poema propuesto por Vicente Moratilla)
Pasan lentos los días
y muchas veces estuvimos solos.
Pero luego hay momentos felices
para dejarse ser en amistad.
Mirad:
somos nosotros.
Un destino condujo diestramente
las horas, y brotó la compañía.
Llegaban las noches. Al amor de ellas
nosotros encendíamos palabras,
las palabras que luego abandonamos
para subir a más
empezamos a ser los compañeros
que se conocen
por encima de la voz o de la seña.
Ahora sí. Pueden alzarse
las gentiles palabras
--esas que ya no dicen cosas--,
flotar ligeramente sobre el aire;
porque estamos nosotros enzarzados
en mundo, sarmentosos
de historia acumulada,
y está la compañía que formamos plena,
frondosa de presencias.
Detrás de cada uno
vela su casa, el campo, la distancia.
Pero callad.
Quiero deciros algo.
Sólo quiero deciros que estamos todos juntos.
A veces, al hablar, alguno olvida
su brazo sobre el mío,
y yo aunque esté callado doy las gracias,
porque hay paz en los cuerpos y en nosotros.
Quiero deciros cómo todos trajimos
nuestras vidas aquí, para contarlas.
Largamente, los unos a los otros
en el rincón hablamos, tantos meses!
que no sabemos bien, y en el recuerdo
el júbilo es igual a la tristeza.
Para nosotros el dolor es tierno.
¡Ay el tiempo! Ya todo se comprende.
y muchas veces estuvimos solos.
Pero luego hay momentos felices
para dejarse ser en amistad.
Mirad:
somos nosotros.
Un destino condujo diestramente
las horas, y brotó la compañía.
Llegaban las noches. Al amor de ellas
nosotros encendíamos palabras,
las palabras que luego abandonamos
para subir a más
empezamos a ser los compañeros
que se conocen
por encima de la voz o de la seña.
Ahora sí. Pueden alzarse
las gentiles palabras
--esas que ya no dicen cosas--,
flotar ligeramente sobre el aire;
porque estamos nosotros enzarzados
en mundo, sarmentosos
de historia acumulada,
y está la compañía que formamos plena,
frondosa de presencias.
Detrás de cada uno
vela su casa, el campo, la distancia.
Pero callad.
Quiero deciros algo.
Sólo quiero deciros que estamos todos juntos.
A veces, al hablar, alguno olvida
su brazo sobre el mío,
y yo aunque esté callado doy las gracias,
porque hay paz en los cuerpos y en nosotros.
Quiero deciros cómo todos trajimos
nuestras vidas aquí, para contarlas.
Largamente, los unos a los otros
en el rincón hablamos, tantos meses!
que no sabemos bien, y en el recuerdo
el júbilo es igual a la tristeza.
Para nosotros el dolor es tierno.
¡Ay el tiempo! Ya todo se comprende.
A contrapelo
Cuando yo aún era joven de verdad,
quiero decir tan joven
que no me era preciso parecerlo,
perdía el tiempo como todos,
no había que ganarlo.
Ya lo saben las madres y el futuro:
los jóvenes están capacitados
para perder el tiempo como nadie.
Ahora
soy joven sólo algunas veces,
no aquellas del recuerdo, como dicen,
—la memoria es lo más viejo del mundo—,
sino las que me olvido del pasado;
soy joven del revés,
a contrapelo siempre,
un raro chico lleno de cansancio,
un adulto que aún busca la pendencia.
no aquellas del recuerdo, como dicen,
—la memoria es lo más viejo del mundo—,
sino las que me olvido del pasado;
soy joven del revés,
a contrapelo siempre,
un raro chico lleno de cansancio,
un adulto que aún busca la pendencia.
Y estoy seguro de una
cosa:
que no he parado de perder el tiempo.
que no he parado de perder el tiempo.
CARLOS BERNAL
Las palabras transparente
Las palabras no
pueden sustituir un abrazo,
sirven para que
lleguen mis deseos
difuminados
fantasmagóricamente tras unas sabanas acaso transparentes,
donde no solo podemos ver nuestro cuerpo,
también el Áurea
radiante,
que con luz propia,
realiza nuestros más
profundos pensamientos.
Fantasmas que
revolotean
como torrentes que
vienen y van.
Desvaídos
espectralmente tras una llanura nívea,
dorada y radiante.
Fantasmas que se
posan
como un surtidor que
aparece y cambia.
¿Hay alguien ahí? ¿Podrían cerrar las
compuertas un poco?
Tenemos que acabar el número y estamos preocupados
por la que está cayendo. Y no nos referimos solamente al agua. Pero, como no
nos queremos meter en charcos, salimos por la tangente y seguimos, así que al
grano.
En
principio –con la apertura de una cuenta en Ibercaja- ya estamos con todas las
bendiciones apostólicas para ejercer como Asociación Cultural. Por fin.
Después
de su periplo por el sur del país,
Gracia Iglesias ya está a pleno pulmón nadando por la Tertulia. Queremos
darle la enhorabuena por el éxito de su travesía y por haber anclado de nuevo entre
nosotros.
Paulino
Aparicio acaba de editar un libro de poemas dedicados al nacimiento de su
primer nieto, con ilustraciones de otro de nuestros tertulianos: Javier
Delgado. El recién nacido viene con un pan bajo un brazo y un poemario bajo el
otro, ¡ya es suerte!
Gracia
Iglesias también está de reestreno ya que ha sacado nueva edición de su libro
de poemas, Aunque cubras mi cuerpo de cerezas. Premio Nacional de
Poesía Miguel Hernández, 2004. Te queremos y le queremos, claro.
Tenemos
nuevo patrocinador con ganas de hacer muchas cosas con nosotros, Dublin House
en la Plaza Mayor. Nos brinda su planta baja para hacer eventos mensuales. En
otras instalaciones de la calle Mayor, en el pasado, nos acogió en nuestra
primera tertulia literaria. Gracias por estar entre nosotros.
Dublin
House junto a Aache Ediciones, Laura
Domínguez y el Casino Principal nos ayudan para hacer realidad nuestro sueño de
hacer poesía. Gracias a todos, de corazón.
Para todos los que queráis números atrasados
de nuestro fanzine, DISCOPI Cuesta del Matadero, 17 en Guadalajara.
Nuestro blog
es di-versos-guada.blogspot.com
Camisetas impresas con nuestro logo en PENTÁGONO, Alvargómez de Ciudad
Real, 13 en Guadalajara.
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