DIVERSOS
68. TERTULIA POÉTICA GUADALAJARA mayo de 2015
Dejadnos solo diez días
y construiremos un nuevo mundo. Desde finales de abril al nueve de mayo,
nuestro pequeño mundo de la poesía se ha revuelto de alegría. Somos ya mucha
gente que piensa en verso en Guadalajara. ¡Ya era hora! Todo tiene que ver con
que DIVERSOS, ARRIVERSOS y TALLER DE POESÍA FERNANDO BORLÁN es un trío que se
entiende a las mil maravillas. Cada uno por su lado y el dios Momo haciendo de
las suyas.
El
escarceo amoroso empezó el día 23 de abril en Valdeluz con nuestro espectáculo
poético musical para ayudar a entender mejor la tragedia de Villaflores.
Los
espasmos empezaron el 30 con la
actuación del poeta y músico Fernando Bazán en nuestra segunda casa Dublín
House. Continuaron con la presentación de Enrique Gracia en Dávalos y tertulia
abierta con él en Dublín la tarde mágica del 6 de mayo. El 7 del mismo siglo y
mes, Flor Saraví nos metió para el
cuerpo a Federico García Lorca en el recién estrenado Teatro Moderno. El 8 Jam
Sessión multiespectáculo en el Palacio Dávalos. El 9, evento espectacular de
Santa Teresa en el Teatro Moderno con el encuentro previo del Taller de Poesía
Fernando Borlán con la Tertulia Rascamán para hablar de poesía y comer juntos.
Demasiado para ser verdad.
JLGR
PAULINO APARICIO
La luz
Era el tiempo de
las cerezas.
Puntadas de
crecidas y creencias,
buscando el agua
de los resucitados.
Y fue repentino lo
que sentí,
como la revelación
de algo
que estuviera
guardado debajo de los ríos.
Como dios en los
brazos.
Me quise hacer
pequeño.
Tú lo notabas;
mirarme en las
esquinas,
meterme en un
tamaño de gorrión,
aflojarme las
cuerdas
para sonarme
menos…
Tú lo notabas.
Pero también
quería subir al monte
con los pies
duros,
desbrozar un
zarzal, matar un toro…
Ahora te siento
por los prados
donde la hierba
está cortada,
y se van apagando
las flores
de tanto
repetirlas.
Y las creencias se
acobardan
de tantas sábanas
encima.
Veo un río parado.
La nada con sus
cuestas.
La constante mudez
de los siglos.
Luz de
amanecer en el campo
CARMEN NIÑO
No hagas caso al
viento cuando te repite la frase
que no quieres
escuchar.
No te obsesiones
con la mirada agresiva
que un día te
regalaron.
No llores por
sentirte culpable
de lo que nunca
hiciste.
Has dejado de
creer en el ser humano,
en la palabrería
barata de oficina.
Te encoges como un
ovillo
haciéndote
invisible.
Ya no quieres
celebrar onomásticas.
Nada hermoso ven
tus ojos.
Se han endurecido
los gestos
y trenzado la
boca.
Te han destruido
las alimañas
que te rodean en
círculo.
Pero…no te
preocupes,
mañana habrá olor
a café
en tu habitación
primera.
Ventanuco de dormitorio. A. Chueca
CARLOS BERNAL
Al principio del final
¿Es difícil no
hablar con los muertos
y no pedir perdón
al mundo
odiando al amor
cuando se quiere?
El tránsito nunca
fue tan extinto
vacío de toda
vida,
mis sueños
inalcanzables para mi.
y empezar de cero.
Siendo hoy un día
para no faltar
en este rincón
llegando la primavera
al principio del
final
y al otro lado de
ese muro.
Detrás
del muro está la vida. JLGR
MATTHEW ARNOLD (Poeta
y poema que vinieron de la mano de Isabel Muñoz. Recitado a dos voces con Pablo
Llorente)
Fragmento de un poema titulado “Dover Beach”, de Matthew
Arnold (24/12/1822-15/4/1888), poeta inglés de la época Victoriana, que aparece
en el libro Fahrenheit 451, historia de ciencia ficción creada por Ray Bradbury en una atmósfera cerrada en la
que la sociedad no quiere ver, no quiere saber, no piensa, no habla, no
pregunta, no molesta, porque tiene prohibido leer libros, y la lectura de este
poema por parte del bombero protagonista a su mujer y a dos vecinas suyas, les
hace reaccionar y despertar.
Este poema apareció publicado por primera vez en el libro de
poemas “New Poems” en 1867, aunque se cree lo creó en 1851 durante su luna de
miel.
Dover Beach
El Mar es fe.
Estuvo una vez
lleno, envolviendo la tierra.
Yacía como los
pliegues de un brillante manto dorado.
Pero, ahora, sólo
escucho
su retumbar
melancólico, prolongado, lejano,
en receso, al
aliento
del viento
nocturno, junto al melancólico borde
de los desnudos
guijarros del mundo.
Oh, amor, seamos
sinceros
el uno con el
otro. Por el mundo que parece
extenderse entre
nosotros como una tierra de ensueños,
tan diversa, tan
bella, tan nueva,
sin tener en
realidad ni alegría, ni amor, ni luz,
ni certidumbre, ni
sosiego, ni ayuda en el dolor;
y aquí estamos
nosotros como en lóbrega llanura,
agitados por
confusos temores de lucha y de huida,
donde ignorantes
ejércitos se enfrentan cada noche.
Ilustración
JLGR
JOSÉ LUIS GÓMEZ RECIO
Otro día estúpido (Escrito hace 45
años)
Tapado por el
rebozo
de este cielo que
no aprecio.
Sentado en la
orilla de un
arcén de mala
familia.
Mordiendo con saña
un
padrastro mal
encarado,
va a ser que
descanso.
¿Quién lo diría?
Por otro lado, me
pregunto
por qué suena a
casquijo
la careta de mi
osamenta,
¿se me han soltado
los dientes?
Sigo
con los lamentos
varado
en playa virgen:
los
muñones aireados,
las
ruedas pinchadas,
los
cristales de las gafas rotos,
la
columna vertebral desviada
y
el culo despellejado,
detalle
que honra
mi
herencia primate.
Pespuntes (Escrito hace 45
horas)
En Hilvanes de
Arriba
donde se
empadronan
los hombros de
buena fe
y las hombreras
de rompe y rasga,
todo el mundo es
feliz.
Vuelve a
presentarse a alcalde
El Sastrecillo
Valiente
que repite
legislatura.
PABLO LLORENTE
Noches y versos
Pasaron
muchas lunas
rodando por el cielo,
en mi noche a la caza
de versos pasajeros.
rodando por el cielo,
en mi noche a la caza
de versos pasajeros.
A veces,
una voz me despierta
que de improviso alumbra
otro nuevo poema.
En poesía vivo,
es mi destino.
Noche en el pantano. JLGR
JAVIER DELGADO
Vicente Soto Sordera. Acuarela de Javier Delgado
Soleá (A Pablo Llorente)
Impronta,
en
las cimeras notas
de
la soleá: labios,
un
cálido aliento de ti…
El
roce fugaz,
rota
al instante
la
voz,
y
el amor roto…
Ay!,
la soleá!.
ALBERTO VALERO
Los nietos
Nietos, ¡Ay! que
nietos son nada menos,
cinco tenemos,
cinco abrazo, cinco.
¡Hijos de hijos e
hijos de nuestra sangre!
Pero de sangre
renovada, nueva
llenos de
preguntas, respuestas breves,
rodeadas de
verdades ingenuas.
Sus vidas por
llenar ¿qué será de ellos?,
de esos libros
abiertos de esperanzas.
Van aprendiendo a
caminar, ¡dejadlos!,
¡dejadlos solos!,
debéis ser su sombra,
cuidarlos y ayudar
a levantarse
para volver a
empezar, con un “aúpa”,
pero que caminen
solos, viviendo
y deduciendo, que
aprendan a pensar
como han de hacer
mejor un mundo nuevo.
Les dejamos, uno
algo deshilvanado,
que al menos, no
conozcan sufrimientos,
no alcancen ni la
maldad ni la guerra,
pobreza, ni la
penosa miseria,
¡Ojalá!
Que pueda ser mi
deseo, la herencia
que les dejemos,
bien limpia, mañana.
JORGE
MATO
Ornitopoema
¿Cuándo mueren los
pájaros?
Y ¿dónde?
Hay un eco de
ausencias en los nidos.
No duermen sus
cadáveres
bajo la sombra
verde de los chopos
ni entre los
surcos ocres del sembrado.
Es preciso saber
dónde reposan
sus leves esqueletos
hechos de hambre y
de trinos.
Sería necesario
descubrir sus
pequeños cementerios
y dejar dulcemente
entre las cruces
dos margaritas
blancas.
Ilustración Jorge Mato
LOLA VILLAVERDE
Revocación
Unas
matas de palma rizada
y lirios florecidos
me traen un aroma
que perturba el sentido
y rompe el tiempo.
Me devuelven la infancia
evocando una escena.
Chicas jóvenes en un huerto, risas y confidencias
junto a un pozo.
Escenario modesto
en que resalta
la elegancia del lirio
y su perfume
mezclado con las hierbas.
Y yo, niña pequeña,
descubro su belleza,
inhalo esos aromas,
me estremezco.
!Es primavera!
y lirios florecidos
me traen un aroma
que perturba el sentido
y rompe el tiempo.
Me devuelven la infancia
evocando una escena.
Chicas jóvenes en un huerto, risas y confidencias
junto a un pozo.
Escenario modesto
en que resalta
la elegancia del lirio
y su perfume
mezclado con las hierbas.
Y yo, niña pequeña,
descubro su belleza,
inhalo esos aromas,
me estremezco.
!Es primavera!
Acuarela L. Villaverde
ENRIQUE GRACIA TRINIDAD (Poeta que asistió a nuestra tertulia
el 6 de mayo 2015)
Contrafábula
El
mundo está repleto de insectos ahorradores
hormigas
laboriosas,
arañas
tejedoras,
listos
escarabajos que atesoran
estiércol
y otras santas inmundicias,
y
orugas que se guardan, por guardar, a sí mismas.
Así
que tú, cigarra,
cómplice
del verano, prima hermana del grillo,
no
pares de cantar, rompe la tarde,
pon
música a la siesta.
No
hagas caso a la hormiga,
que
reviente de grano su despensa.
Cigarra
amiga, cantaré contigo,
que
la vida no es más que lo que aquí cantemos.
La
Cigarra y la Hormiga, La Fontaine. Grabado de Grandville, 1855
VICENTE MORATILLA
La acera ancha
Buena parte del mundo de mi
infancia ocurría allí, en La Acera Ancha,
cuando la calle era libertad,
vida misma sin más. Sin saberlo ni pensarlo, allí transcurrieron
aquellos años de infancia infinita y de efímera
eternidad.
La Acera Ancha ocupaba buena
parte de la calle, era ancha porque tenía que alojar en su superficie a una fuente
de hierro fundido con su pequeño pilón donde patinábamos en invierno al
quedarse helado y en verano nos refrescábamos unos a otros haciendo salpicar el
agua tapando en parte su grifo.
En La Acera Ancha jugábamos a
todas horas: hasta la hora de la cena en invierno y hasta más allá alargábamos el juego en verano pues los
padres se hacían más permisivos y nos dejaban gozar algunas horas del fresco de
las noches.
En el mes de mayo era escenario
para instalar el trono de La Maya; en la fiesta del barrio, era el lugar donde
se ponían sobre un altillo los músicos que contrataban los vecinos.
En días de tormenta usando piedras y
aprovechando el bordillo los chicos
hacíamos pequeñas compuertas con las que reteníamos el agua y formábamos
un buen charco en el que echábamos a navegar nuestros sueños. Recuerdo pasar
por este lugar de encuentro con las bolsas de la compra a la señora Mercedes y
a la Leandra y al Cipriano con su fardo de paloduz que vendía pregonando su
dulce mercancía…paloduz como la miel, que se merienda por diez… por sólo
aquellos diez centimitos que llamábamos perra gorda.
En veranos de los últimos años
cincuenta, en dos o tres ocasiones pudimos ver en la Acera Ancha a grupos de nómadas
húngaros que viajaban en carromatos ganándose la vida haciendo piruetas y
equilibrios o haciendo bailar a un oso o a un mono. Los niños mirábamos
absortos estos espectáculos que rompían por una tarde nuestros juegos
habituales. También era frecuente ver pasar a los mendigos, los de siempre,
algunos con su mala reputación, inmerecida seguramente. Recuerdo entre ellos al
Pifa, o al Sacamantecas. La mendicidad era habitual y extendida en la
Guadalajara de los años 50; decenas de pobres podíamos ver cada tarde provistos
con sus latas viejas de tomate con asa de alambre, que se instalaban en fila
ante la puerta del cuartel que había cerca del Infantado. Para nosotros los
niños, esta triste situación de tanta gente, era percibida como algo natural,
eran simplemente pobres, igual que había ricos, igual que había pájaros en el
cielo.
En La Acera Ancha vi yo pasar
muchos entierros, los carruajes fúnebres arrastrados por dos mulas hacían ahí
su parada antes de llegar al camposanto, las mulas arrastraban el féretro, unas
veces adornadas con penachos negros y algunas otras, blancos, cuando el que
había muerto era un niño, cosa no muy infrecuente; también la muerte era para
nosotros algo más natural entonces que lo que es ahora, había entierros como
había nacimientos y era casi un acontecimiento cotidiano ajeno a la muerte
misma. Otras mulas, las de las mañanas eran las del carro de la basura que
paraba en la Acera mientras el empleado del ayuntamiento agitaba una campana
con la que avisaba a las mujeres del barrio que acudían a verter en el carro la
basura de sus cubos.
Pasaban pocos coches entonces,
solo alguna vez la camioneta de la fruta de un almacén cercano, de modo que
cuando queríamos jugar al fútbol apenas teníamos que interrumpir nuestros
partidos.
El barrio,
la calle, la Acera Ancha era el escenario donde pasaba lo mejor de aquellos
días que me parecen soñados, nuestras madres nos vigilaban de vez en cuando
desde las ventanas de las casas, aunque no era necesario pues la vida
transcurría lenta y sin sobresaltos, era un mundo pobre eso sí, sin ningún lujo, pero lo
recuerdo como un jardín lleno de vida donde el tiempo pasaba sin que nada
turbase nuestra mirada de niños
Mensaje dedicado en especial a todos los personajes
que inundan los programas de debate de las televisiones.
© Tertulia Literaria, Asociación
Cultural C/ Lope de Haro, 4 1º - Guadalajara
CIF 619302231
Esta publicación aparece gracias
a Aache Ediciones, Casino Principal, Dublin House
y Amigos del Archivo Histórico
Provincial de Guadalajara
di-versos-guada.blogspot.com
Números atrasados
COPIPLUS, Condesa de la Vega del Pozo, 3.
Guadalajara.
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