DIVERSOS
75. TERTULIA
POÉTICA GUADALAJARA junio de 2015
Batman, copyright
protegido por DC Comics
Eh, tú, ¡di patata…!
Te hemos pillado. Esto es una revista de poesía.
Y llevamos 75 semanas
saliendo sin dejar de cumplir con nuestro pequeño mundo de la poesía de
Guadalajara. Estamos a la puerta del mes de salida en estampida por antonomasia,
el mes de julio donde se dejan atrás los pisos frescos de nuestra ciudad y se
cambian por los apartamentitos a punto de ebullición. De la mano del hamaquero
del kiosco de playa y el caloret de las arenas infectas. Ellos sabrán.
Los fieles a la
religión del heptasílabo, la rima asonante, el verso libre y la metáfora
volandera, nos quedamos amarrados al duro banco de la galera onírica,
cumpliendo con la semana de vernos en tertulia y discutir del color del
esquijama de los ángeles.
JLGR
JAVIER DELGADO
Sombra y nácar
(Korda)
He
aquí un palacio,
de
previsible arquitectura
en
su juego alternativo
Alberto Díaz Gutiérrez, Korda.
Cuba, 1928-2001
PhotoEspaña 2015. Museo Cerralbo.
|
exuberante
de oros y armas,
repugnante
o casi en el exceso…
Y
he ahí que todo se disuelve
en presentidas presencias:
atemporales
rostros de mujer,
penumbras
en blanco y negro,
sombra
y nácar,
latido
vivo de sales de plata,
textura
de la pura luz.
Y
la memoria hiere la sala:
Ellas
en falda evasé,
Cachao
tras las ventanas,
Glen
Miller por el pasillo acaso…
y
rouge de labios
y
el lunar en mi retina,
indeleble,
eterno.
La
belleza toda del mundo
habita
aquí en un instante único
a
las puertas del verano,
y
sobra lo demás.
tan
de mañana;
una
explosión de aligustres,
regalo
del solsticio:
río
de perfume en la calle.
Junio
a término y su doble faz:
alado
de nácar, profundo en sombra.
CARLOS BERNAL
Al universo de los pétalos
Al universo de los pétalos, mujer
algún día, amiga, tu amor triste
atrapara un sueño
cada segundo, cada minuto.
Como olvidarme de ti,
cómo será mi mundo
al conquistarte y caer blandamente
en un campo baldío.
Déjame que te detalle,
aurora y ocaso de un verso,
calor humano y celos
soñar sin ti, corazón frío.
Vigor sin diferencia
de hierbas recién cortadas
y al otro lado de tu muro
el espíritu del tiempo.
Embriagados de amor,
cada
verso el cielo te cubre
entre querer y extasiar
siendo espíritu etéreo.
Escribamos en poesía,
escribiendo nada más.
Escribir…escribir…escribir
hasta nuestro enlace y escape.
Fernando
Saldaña.
|
Ese misterio
El
gato, ese misterio.
Uñas
de hembra lasciva
que
te dice te amo
mientras
te va matando.
Un
elástico cuerpo
bajo
manto de armiño
Tan
solo una mirada
y
un silencio de sierpe
en
un cuerpo de tigre diminuto y feroz.
Compañero
de piso cuando quiere.
Ese
misterio, el gato.
Gato
Sé
que no estás conmigo
aunque
te tengo.
Resbalas
de mis manos
aligerando
el peso de tu cuerpo
y
caes como una gota de lluvia en el cristal.
Silencioso,
no admites
mis
últimas caricias.
Si
me miras te temo.
Nunca
he sabido
leer
en lo profundo de tus ojos.
No
hay discusión posible.
Y,
femeninamente sinuoso,
te alejas.
Ilustración Jorge
Mato
VICENTE MORATILLA
Adam Martinakis. Composición digital
|
Veo todo lleno de mentiras,
avísame si encuentras una verdad
para anotar en mi agenda en blanco.
Hoy he visto caballos con cascos
apresados y hundidos en cemento
y barcos anclados lejos del mar,
sirenas que engañan a niños,
y amigos de papel
que cuentan cuentos
a ritmo de adormideras.
No quiero seguir durmiendo,
no olvides avisarme
y llamar a mis amigos
a la cena necesaria
que hace tiempo espero,
que tengo vacías las tripas
y vacía el alma
y el tiempo pasa.
LOLA VILLAVERDE
Cómo sé que no miento
si me miento.
Ignoro si es alegría
Lo que mueve mi risa.
Desconozco qué motivos
hacen correr mis lágrimas.
Cuando se está confusa
y una luz crepuscular
lo envuelve todo
apenas se distingue
el sendero entre las brañas,
el cansancio lo invade todo.
No es miedo lo que siento
tal vez desengaño
o quizá sea hastío
o quizá sea hastío
de buscar un camino
que no sé adónde lleva.
Esta tristeza...
Camino al Barranco del
Muerto, Heras de Ayuso JLGR
|
Un camino
para gozar
como
flechas que apuntan sobre el ocaso,
por
tierras riojanas en Ventas del Baño
linderas
a Navarra, donde los hitos
muy
cerca dan al pueblo nombre y sentido.
Salgo
al camino buscando el tiempo
porque
quisiera avaro recolectarlo
en
fardos de relojes todos parados
para
mirarlos quietos y no gastarlos
como
frescos de paredes recién pintados.
Voy
caminando y ante mi paso
Unas
recias moreras me hacen palio
Bordados
entre sus verdes, rojos, morados
Cual
si fueran racimitos de artesonado.
Y
por el suelo, sobre el camino
Cubriendo
los espejos que hacen los charcos,
tejen
alfombras, y se amontonan
en
hiladas, las preciosas malvas salvajes,
cual
copas que al sol brindan con agua y barro.
Y
los aromas entremezclados, de margaritas
y
otras mil flores que hay a los lados.
Entre
las avenas de los sembrados
se
alzan erguidos altos hinojos intercalados
con
caracoles enracimados sobre sus tallos
y
con la brisa agitan sus largos brazos
parece
que me saludan ¿o será acaso
que
dirigen a la gran orquesta de cardelinas
de
bello canto que lucen sus colores sobre los cardos?
Y
justo al lado muy bien armonizada y entonando
la
parda alondra comienza un solo, como soprano.
Mientras, danzando, un ballet de golondrinas pasan
volando
Unos
gorriones escandalosos cierran el cuadro.
Aplaudo
con el alma y en mi recuerdo lo voy guardando.
Y
de vuelta, repito el mismo camino, ensimismando.
PAULINO
APARICIO
La
trapecista
Aquella trapecista,
tan borrada ya, tiene color de arena. La naturaleza del tiempo aleja casi todo
pero aún atiende (bien sea con pereza) a mis llamadas.
Lo que
contaré no es una historia sino una función y, más reducidamente, un
descubrimiento.
Escondo
el nombre porque me suena a tristeza el
camino, con sus pérdidas. Baste saber que llegaron a la plaza donde inflaron el
globo de unas lonas. Todo era nuevo y tenía el tono deslumbrante de lo inédito.
Quizá desfilaron por la calle pregonando el espectáculo. Olvidar cosas es
obligatorio y quizá saludable. Hay no obstante, como un racimo que sigue fresco
y no deja de mandar señales. Gracias a ese desván poderosísimo puede
articularse la creación literaria.
El
trapecio siempre fue para mí el asombro
vertical: la caída posible, la muerte posible; también el vuelo posible…
No me
centraré en la función sino en la trapecista. Decir que representaba lo más
luminoso del espectáculo es mi verdad.
Hay una
iniciación en todo lo que recuerdo. Era rubia. Era hermosa. Cuando apareció en
la pista vi sus muslos que ya después fueron inolvidables, porque en los muslos
de la mujer hay como una sensación de manantial…
Las
preguntas nunca llegan a la hermosura de saberse.
Probablemente
se jugó la vida. El suelo escueto estaba debajo; sin red.
He visto
después cosas parecidas y mejores (me refiero al número circense, que salvo la
actuación narrada resultó precario, o eso creo); pero sus muslos formaron ya el
arquetipo. La rosa plena entristecida enseguida, pero que los ojos aprendieron
en el instante repleto de su fragancia. Platón no es ajeno a esa plenitud
fundamental. El mundo Antiguo se repite en el esbozo de cada hoja nueva.
No diré
su nombre. Es arena de los caminos donde la idea duerme.
Me
acuerdo, ya con gafas de leer, que cada vez se hacen más estrictas, de sus
mulos de mujer joven vistos por vez primera.
Gonzalo Centelles. Trapecista II |
ISABEL MUÑOZ
Y habría caminado contigo
Tengo el poder del mundo entero
encerrado en mis manos.
Tengo la capacidad del embrujo
que muevo con antojo.
Tengo una vida lujuriosa
que subasto al mejor postor.
Y habría caminado contigo
y surcado los mares por ti.
Y habría jugado a subir
las más altas cumbres por ti.
Y habría bailado sin fin
al son de la música por ti.
Pero la dura tierra irrumpe
en un grave lamento.
La gruesa piedra desgarra,
y fustiga mi fuego
y me engulle cual laberinto
hasta hacerme desaparecer.
JOSÉ LUIS GÓMEZ RECIO
Buscando una nueva
frontera
¡Cuántos incautos no han caído
en la trampa del horizonte!
Llegan a su delgada línea
y quedan atrapados
sin poderse zafar de su
infinitesimal grosor:
Barcos, exploradores, niños,
y enamorados perdidos
giran alocadamente
sobre el perímetro de
la esfera terrestre.
Condenados a vivir
eternamente invisibles.
PABLO LLORENTE
La guitarra es gemido (Seguidillas)
…tiro mis
tristes redes a tus ojos oceánicos. Pablo
Neruda
Me seducen tus ojos.
Brilla mi suerte
amarilla y azul.
Así de leve;
en las sombras de mi alma
estás presente.
Noche fría y errante
no hay quien la sueñe.
La guitarra es gemido,
apenas padece.
Ensangrentada, roja
la luna siente
un sufrido lamento
y nos entiende.
Tu sonrisa me atrae
y me divierte.
Tus pupilas estrellas,
quiero me lleven.
Niña, lanzo mis mallas.
¡¡tus ojos verdes!!
MAREAMOR
Poemas
Pablo Emilio Llorente
Acaba de ver la luz, después de un feliz parto
de años, Mareamor de Pablo Llorente: 101 poemas y 70 ilustraciones de Sandra
Gobet Herrera. Con este nuevo poemario se inicia la andadura de DIVERSOS
EDICIONES que intentaremos sea un lugar donde -en primera instancia- los poetas del grupo
tengan un lecho donde descansar y un techo donde refugiarse.
Este libro nace como libro objeto, donde se incorpora el CD del
mismo nombre, Mareamor, que se editó con canciones de Pablo Emilio Llorente y
la voz de El Carbonilla, apoyado a la guitarra por El Mami. Todos los libros
estarán numerados y firmados por Pablo. La edición constará de 150 ejemplares.
ARTHUR RIMBAUD (Heterodoxo
francés que nos trae Manuel Sanz)
(Charleville,
Francia, 1854-Marsella, id., 1891) Poeta francés. Sus padres se separaron en
1860, y fue educado por su madre, una mujer autoritaria. Destacó pronto en el
colegio de Charleville por su precocidad. En septiembre de 1870 se fugó de casa
por vez primera y fue detenido por los soldados prusianos en una estación de
París.
Tras una
breve estancia en Charleville, donde compuso algunos poemas sencillos, más o
menos místicos, nació una tormentosa relación amorosa con Verlaine, que empezó
en el Barrio Latino de París, en mayo de 1872. Tras abandonar a su esposa,
Mathilde, Verlaine se instaló con él en Bruselas y más tarde en Londres, para
experimentar lo que, según Rimbaud, debía ser la aventura de la poesía.
La
segunda parte de su vida fue una especie de caos aventurero. Empezó como
preceptor en Stuttgart, se alistó (y desertó luego) en el ejército colonial
holandés y viajó en dos ocasiones a Chipre (1879 y 1880). Después de distintas
escalas en el Mar Rojo, se instaló en Adén y más tarde en Harar (Etiopía). Se
dedicó al comercio de marfil, café, oro o cualquier producto que consiguiera
por el trueque de alguna mercancía europea; también envió informes a la
Sociedad Francesa de Geografía. En 1885 volvió a Adén y vendió armas. Atravesó
el desierto de Danakil y se tomó un tiempo de descanso en Egipto. Por último
regresó a Harar, donde prosperaban sus negocios. En 1891, aquejado de fuertes
dolores en la pierna derecha, volvió a Francia, donde le fue amputada y murió
poco después en un hospital de Marsella.
Vocales
(traducción
de Mauricio Becarisse)
A negra,
E blanca, I roja, U verde, O azul: vocales.
Diré
algún día vuestros latentes nacimientos.
Negra A,
jubón velludo de moscones hambrientos
que
zumban en las crueles hediondeces letales.
E, candor
de neblinas, de tiendas, de reales
lanzas
de glaciar fiero y de estremecimientos
de umbrelas;
I, las púrpuras, los esputos sangrientos,
las
risas de los labios furiosos y sensuales.
U,
temblores divinos del mar inmenso y verde.
Paz de
las heces. Paz con que la alquimia muerde
la sabia
frente y deja más arrugas que enojos.
O,
supremo Clarín de estridores profundos.
silencios
perturbados por ángeles y mundos.
¡Oh, la
Omega, reflejo violeta de Sus Ojos!
©
Tertulia Literaria, Asociación Cultural C/ Lope de Haro, 4 1º - Guadalajara
CIF
619302231
Esta
publicación aparece gracias a Aache Ediciones, Casino Principal, Dublin House,
Ecoaventura,
Animación, Turismo, Ocio y Tiempo Libre
y Amigos
del Archivo Histórico Provincial de Guadalajara
di-versos-guada.blogspot.com
Números
atrasados
COPIPLUS,
Condesa de la Vega del Pozo, 3. Guadalajara.
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