DIVERSOS
97. SEMANARIO DE LA TERTULIA POÉTICA GUADALAJARA
noviembre
de 2015
Llega el
momento de buscar tierras cálidas para el espíritu
Coge el primer libro que pase en bandada y hazte un ulises. Es el momento de elegir el destino que te reconcilie con la vida. Da lo mismo que la meta sea Itaca que Butaca.
Piensa que los libros son esas publicaciones amigas que se abren de páginas para enseñarnos la verdad. Si pecas con un libro, tienes asegurado el cielo. No olvides que hay un dios comprensivo que vive en las estanterías. José Luis Gómez Recio
PABLO LLORENTE
Al subir a la Muela surge el astro rey del horizonte,
iluminando los campos y aparece una suave y fresca brisa de Levante provocada
por el propio disco brillante, rojizo y anaranjado. Después del orto, el sol
asciende rápido en el horizonte y orienta a las escasas nubes con los rayos de
sus barbas amarillas. En la subida levanto una pollada de perdices, que se descuelgan
volando ladera abajo. Estamos en verano
y huele a plantas aromáticas en
La Alcarria.
Por Levante y en las faldas del
monte está el pueblo de Alarilla, ahora en sosiego. Corto ajedrea y me atrae su
olor intenso y acre. La vegetación es rala, hierbas, matas olorosas y pequeños
cardos. Hay tres almendros jóvenes con su alcorque de piedras. Estoy solo
en este cerro testigo, ¿el mundo es mío?
Diviso al Septentrión todo el inicio del Sistema Central: sierras de La Bodera,
Alto Rey, Ocejón, Ayllón, Somosierra y Guadarrama. También al Norte, laderas
abajo, en la Campiña, está el río Henares arrastrando su caudal literario. El
río del Heno, va de Levante a Poniente y aquí lame esta loma. Al Poniente una
escultura con esquelas mortuorias. Muchachos que perecieron en estas
vertientes, cual nuevos Ícaros, al lanzarse ladera abajo con alas de metal y
plástico. Las notas son emocionantes y
muy poéticas; al pasar a su altura, siempre recuerdo lo frágil que es la vida y
mucho más para los valientes. A lo lejos canta un gallo, muy lejos.
Al Sur, la larguísima línea de la
Alcarria, con la misma altura que esta
Muela de Alarilla y delante el también cerro testigo de Hita, con
rocas y piedras del castillo en la cresta. En su falda el pueblo del Arcipreste
de "Buen Amor".
Ando despacio y a veces, con el sol
un poco más alto, levanto abejarucos y abubillas. Hoy, las alondras y
lavanderas no levantan vuelo hasta que estoy próximo a ellas, a menudo permanecen
quedas.
Creo que formo parte del paisaje;
siento como mía esta armonía del mundo que me invade.
LOLA VILLAVERDE
Hay
palabras
que las
carga el diablo,
preñadas de dolor
preñadas de dolor
aterradoras.
Llegan
con aullidos de lobos,
cuando menos esperas.
cuando menos esperas.
Son
vampiros sedientos
que
buscan sangre nueva.
Han
dejado secas
millones
de gargantas
y quieren
más.
Van
sonando muy cerca,
casi al
lado
aterran
con su estrépito.
Indefensos,
con miedo
no
sabemos qué hacer
ni dónde
refugiarnos.
Creíamos que esos lobos
no llegarían nunca,
Creíamos que esos lobos
no llegarían nunca,
que
estábamos a salvo
tan lejos
del lugar
por donde
campan, donde cosechan
la muerte
y el horror.
Hoy
suenan cerca,
no
sabemos qué hacer
tan indefensos.
Fotografía Lola Villaverde
CHARLES BUKOWSKI (Recomendado por Javier
Delgado)
Azul no
Ella me llamó desde lejos,
«nunca podía discutir contigo»,
me dijo,
«siempre te ibas.
mi esposo no es así,
se me pega como pegamento.
y me golpea».
«Nunca he creído en las discusiones,
dije, no hay nada que discutir».
«Estás equivocado, dijo ella, deberías
tratar de comunicarte».
«Comunicar es una palabra abusada, como
amor», le dije.
«¿Pero no crees que dos personas se pueden
amar?», preguntó.
«No si tratan de comunicarse»,
le contesté.
«Estás hablando como un gilipollas»
dijo ella.
«Estamos discutiendo»,
dije.
«No, dijo ella, estamos tratando de
comunicamos».
«Me tengo que ir», dije.
corté y descolgué el teléfono.
Me quedé mirándolo.
Lo que ellas no entendían era que
a veces no hay nada que salvar
excepto la reivindicación personal del
propio punto de vista
y que eso era lo que iba a causar
ese flash blanco y cegador
uno de estos días.
Topor lo vio así
JAVIER DELGADO
Acuarela de Javier
Delgado
Noviembre
Hay tardes como
golondrinas
en fuga hacia un ocaso
de pasos consumidos
entre los juncos y la
orilla,
acaso por lavar un
recuerdo,
o lágrimas
en las turquesas del
agua,
su dolor cercano,
tanto dolor.
Regreso a la ausencia.
Hay tardes que escapan
a la atmósfera sin luz,
al adiós,
como un otoño de
olvidos
cálido aún,
de perdidos pasos:
vida tan vívida
sobre las altísimas
luces
sin dolor,
hasta llegar la noche
y detenerse, dulce,
bordeando el agua,
su martirio.
PAULINO APARICIO
Seguidillas
El agua que soñé
se ha evaporado,
¡Ay!, dolor de las sienes
y del costado.
Arroyo sin mirillas
trenes de grava
lucero que sostiene
piedras del alba.
Miraré tus señales:
camino y sueño,
con el monte molido
de aire y pañuelos.
Cuánto dolor de espejo
tiene el verano,
las rosas se marchitan
entre las manos.
Hay cansancio de luces
papel ardiendo,
un hacha de amarillos
te está escribiendo.
Y el horizonte sale:
(sacristías del llano),
al paso de un rastrojo
de sed y estaño.
Las golondrinas madre,
nidos de barro,
ponen en las cornisas
vuelos sagrados.
y una barca de plumas
se balancea,
con olivos nacidos
en la azotea.
En verano la noche
riega de pasos
un dolor de amarillos:
que están girando.
Vuelve la piedra blanca
de la alborada,
cristales con heridas
quieren pararla,
los árboles se peinan
de luz andando,
un estanque de cruces
derrite el prado.
Se ven los girasoles:
cerilla a gajos,
la lámpara moliendo
soles del campo.
Si me llaman al monte
quiero estar solo,
sombra de los braseros
en cada codo.
En cada codo estreno
cenizas blancas,
llueve el alba braseros
de piedras claras.
Abraham
Prudencio Sánchez. La asesina ilustrada
La noche es lo más torpe de la
Naturaleza. Todos los días tropieza en el firmamento y cae ante el asombro de
los terrestres.
Al paso de las yeguas, los asnos pierden la
cabeza y lanzan un ancla a tierra desde los cuartos traseros, por la que
descargan la tensión acumulada.
Cuando a los ángeles se les suben las plumas
a la cabeza, se convierten en indios. Los altivos sioux son los más soberbios.
Con la fresca, los equinos acuden a
los hipocampos magnéticos a pavonearse y procurar que surja la atracción entre
ellos.
Los arcos tangentes disparan vectores
envenenados para enamorar a los geómetras.
Las mejores caídas de ojos llevan al altar. Las peores al oftalmólogo.
AMPARO NAVARRO
¿Qué fruto dará ésta soledad
que sembré en tierras foráneas?
Dímelo tú tierra removida.
Respóndeme cielo callado,
monopolio de tristeza.
Nadie me espera
por eso camino sin prisa.
Faro de mi barrio,
ideal para colgar mi sombra.
El dolor se despereza.
Armario de madera de pino,
arsenal de mis heridas.
Alegría. Llega aunque sea de noche.
No avises. Dejo siempre
una puerta abierta.
Si me encuentras desnuda
me pillarás extraviada,
lejos entre utopía y vida.
Entonces
Cuando sea un guiñapo,
cuando en mis ojos brillen
dos lámparas oscuras
y parezca mi cuerpo
una triste piltrafa ya sin gracia,
no veas de mis ojos
solamente la puerta.
Pasa dentro, muy dentro,
allí donde conservan
todo lo que ellos vieron:
Los grandiosos trigales en verano,
las noches estrelladas,
las aguas de aquel río,
incansables, corriendo hacia la mar.
Mi mano entre tus manos
temblorosas de amor recién gastado.
No mires mi torpeza al caminar despacio,
ni el temblor de mis labios
que quisieran decirte
que esto no es culpa mía.
Y que no me apetece sentirme derrotado.
ALBERTO VALERO
Todo tú
Nunca está en la flor toda la belleza,
ni en la luz o en el reflejo del arroyo,
porque un día la encontré en tu mirada.
No está toda la bondad en la piedad
o en el perdón de las ofensas más duras,
porque yo la vi en el centro de tu alma.
No está el tiempo guardado en los relojes
ni en altivas torres, ni en calendarios,
lo llevas en los brazos que me ofreces.
Ni toda la verdad estará escrita
en sabias y longevas bibliotecas,
cuando está cabalgando en tu sonrisa.
Pero tú das el todo por manojos
y la sombra que soy, ya se sosiega,
si al aroma de tu paso oí decir:
tómame sin miedo, que ya soy tú
y ahora y para siempre estoy contigo.
JOSÉ ANTONIO ALONSO
Diciembre
Aquellos claros días de diciembre...
-¡Oh, mi pequeña patria!-
Cuando, tras las ventanas,
veíamos tu vientre
vestirse de azahares.
Un vuelo de avefrías
vino a romper el alba con su danza
sobre el blancor inmaculado de la nieve.
Eramos niños,
niños acurrucados
entre los paternales
brazos agricultores.
Zurciendo calcetines
la abuela recitaba misereres eternos,
seculares romances
al calorcillo de la lumbre.
Y nuestra cabecita
volaba enternecida
entre aromas de jara requemada:
altos castillos,
princesas perseguidas
entre los densos robledales...
Se nos marcha diciembre
y un toque de nostalgia
vuelve a invadir las cosas.
En un rincón de la memoria vive
la infancia adormecida.
Ocejón nevado. Fotografía de José Antonio Alonso
JAIME SILES (Traído a la tertulia
por Lola Alarcón)
Jaime Siles Ruiz es un reconocido
filólogo, políglota, poeta, crítico literario, traductor y catedrático
universitario español. 1951, Valencia
Tragedia
de los caballos locos
A Marc Granell
Dentro de los oídos,
ametralladamente,
escucho los tendidos
galopes de caballos,
de almifores perdidos
en la noche.
Levantan polvo y
viento,
al golpear el suelo
sus patas encendidas,
al herir el aire
sus crines despeinadas,
al tender como sábanas
sus alientos de fuego.
Lejanos, muy lejanos,
ni la muerte los cubre,
desesperan de furia
hundiéndose en el mar
y atravesándolo como
delfines vulnerados de tristeza.
Van manchados de espuma
con sudores de sal enamorada,
ganando las distancias
y llegan a otra playa
y al punto ya la dejan,
luego de revolcarse, gimientes,
después de desnudarse
las espumas
y vestirse con arena.
De pronto se detienen.
Otra pasión los cerca.
El paso es sosegado
y no obstante inquieto,
los ojos coruscantes,
previniendo emboscadas.
El líquido sudor que
los cubría
se ha vuelto de repente escarcha
gélida.
Arpegian sus cascos al
frenar
el suelo que a su pie se desintegra.
Ahora han encontrado de
siempre, sí, esperándoles
las yeguas que los miran.
Ya no existe más furia
ni llama que el amor, la dicha de la sangre,
las burbujas amorosas
que resoplan
al tiempo que montan a las
hembras.
Y es entonces el
trepidar de pífanos, el ruido de cornamusas,
el musical estrépito
que anuncia de la
muerte la llegada.
Todos callan. Los dientes
se golpean quedándose
soldados.
Oscurece. La muerte los empaña,
ellos se entregan
y súbito, como en una
caracola fenecida, en los oídos escucho
un desplomarse patas
rabiosas, una nube de polvo levantado por crines,
un cataclismo de huesos
que la noche se encarga
de enviar hacia el olvido.
Ilustración
Jorge Mato
REFLEJOS DE LA TERTULIA
Otra nueva puesta en escena de nuestro grupo
que no deja de crecer. Esta vez llegamos a fumar la pipa de la paz poética
catorce contertulios. Seis más, se
disculparon por no poder asistir. .. ¡Qué lejos de aquellos primeros ocho que
empezamos en el Liceo Café, aún no hace dos años! Bienvenidos
Carmen Valentín y José Antonio
Alonso por vuestra incorporación.
A fuerza de la visión que transmiten los
textos, aprendimos de la Muela y de los Cerros Testigo del Colmillo y el cerro
de Hita. Vimos a las rapaces alzarse al cielo y volar a ladera sin mover las
alas. Supimos de campañas de publicidad que gritaban a los cuatro vientos que
había coches que nos llevaban al Fin del Mundo y que a pocos centímetros del
suelo de la meseta se encontraba un yacimiento íbero importante.
A las faldas de la Muela se frota amoroso el
rio Henares y con él el recuerdo de García Marquina cuando caminaba por sus
laderas y nos lo contaba en las primeras tertulias del Restaurante Aromas en
2011, antes de que pensáramos en poesía. Cuando conocimos viajeros al Polo
Norte, las visiones de la filosofía actual o al valor de las matemáticas como
arma cultural.
No dejamos de sorprendernos de la existencia de
tierras cidianas en Guadalajara, en especial de las de Robledo de Corpes, con
su cita en El Mío Cid, por la afrenta que sufrieron las hijas del Cid de mano
de los infantes de Carrión. Y de la cantidad de sierras que jalonan nuestra
tierra, así de las alcarrias que separan los cursos del Henares, el Tajuña y el
Tajo. Enhorabuena a los que no solo hacen poesía sino que nos miman
culturalmente como bobesponjas que somos, sedientos de conocimiento.
Aunque nos resistimos a entrar en lamentos por
lo sucedido en París, no pudimos menos que lamentarnos de todo lo que había
sucedido y en las sombras que acechan nuestra sufrida Europa. Un recuerdo
sentido por todos los inocentes que se marcharon sin quererlo.
No
lograrán acallarnos
Entre las cosas que nuestros tertulianos
recomendaron, destacamos la película Le Ballon Rouge. Un mediometraje francés del año 1956 dirigido por el
cineasta Albert Lamorisse. Y la película alemana Wetlands (Fleuchgebiete) del
año 2013, del director David Wnendt. Una por su innegable carga poética y la
otra por la valentía de tratar a la escatología de una manera bella. José Luis Gómez Recio
©
Tertulia Literaria, Asociación Cultural C/ Lope de Haro, 4 1º - Guadalajara
CIF
619302231
Esta
publicación aparece gracias a Aache Ediciones, Casino Principal, Dublin House,
Ecoaventura,
Animación, Turismo, Ocio y Tiempo Libre, Patronato de Cultura del Ayuntamiento
de Guadalajara
y
Amigos del Archivo Histórico Provincial
di-versos-guada.blogspot.com
Números
atrasados
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