DIVERSOS
94. SEMANARIO DE LA TERTULIA POÉTICA GUADALAJARA
octubre de 2015
NÚMERO
ESPECIAL DEDICADO AL CUARTO CENTENARIO DE LA EDICIÓN DE LA SEGUNDA PARTE DE EL
QUIJOTE
Ilustracion Jorge Mato.
Técnica mixta sobre cartón
Cartel oficial de nuestra aportación a las
Jornadas sobre el Siglo de Oro que se celebraron en el Archivo Histórico
Provincial de Guadalajara del 27 al 30 de octubre. Autor Jorge Mato.
JOSÉ LUIS GÓMEZ RECIO A modo de bienvenida
Como uno más de los dieciséis miembros de la Tertulia Poética de Guadalajara que hemos tenido la manía de reunirnos todos los miércoles para bacinear por el verbo y el verso, me place dar entrada a nuestro trabajo sobre El Quijote como inspiración poética y literaria.
Un inciso para los doctos que nos aguantan esta
tarde: Bacinear viene de usar el bacín, mancheguismo con el que denominamos en
modo popular al orinal. Pero el verbo también se usa como expresión de “darle vueltas a”. Durante mucho tiempo,
el bacín se ha usado como sinónimo de la bacía de barbero que portaba orgulloso
Alonso Quijano sobre su testa.
Al grano: Llevamos diecinueve meses dándole
vueltas a la poesía y relatando nuestras vicisitudes en un semanario que,
dentro de unos días alcanzará a su número 100.
Para no molestar más de lo necesario, pasamos a
mostrar una presentación visual de nuestra asociación cultural sin ánimo de
lucro con un mensaje claro: En Guadalajara
también pasan cosas. Y si no se escriben, no existen.
DOLORES ALARCÓN Presentación
Buenas tardes a todos los presentes.
Señoras y señores que han tenido la amabilidad
de acompañarnos hoy, en el acto
El
Quijote. Fuente de inspiración poética.
Mi nombre es Dolores Alarcón. Formo parte de la
Tertulia Poética Diversos. Con ocasión de la celebración este año 2015, del IV
Centenario de la publicación de la II parte del Quijote, y con ocasión de la
celebración de las Jornadas sobre los Siglos de Oro que lleva a cabo el Archivo
Histórico de Guadalajara, este grupo de personas aficionadas a la poesía ha
visto la oportunidad de celebrar un acto cultural en torno a la figura de Don
Quijote, como fuente de inspiración poética.
Y por esta razón, nos encontramos hoy aquí.
El proyecto que teníamos se ha logrado gracias
a la ayuda de muchas personas que han tenido a bien colaborar con nosotros, en
todos los aspectos que eran necesarios.
Así:
La Dra. del Archivo Histórico de Guadalajara,
Riansares Serrano, que nos cede esta magnífica sede, y todas las personas de la
misma que han dedicado su tiempo y su sabiduría a este fin.
El Dr. de la Tertulia Poética Diversos, José
Luis Gómez Recio, quien ha montado la parte visual de la presentación de
nuestro grupo.
El coordinador de este acto El Quijote. Fuente
de inspiración poética, Vicente Moratilla.
Jorge Mato y Vicente Moratilla han realizado la
selección y composición de las imágenes que se proyectan.
Manuel Sanz y Jorge Mato se han encargado de
los dibujos y la obra pictórica alusiva al tema.
La música ha sido elegida por Jorge Mato y
Raquel Escarpa. Se titula, Réquiem para Cervantes de Mateo Romero, Pedro
Ruimonte y Sabastián López de Velasco, músicos del Siglo de Oro.
Amigos que generosamente han prestado diversos
ejemplares del Quijote en ediciones especiales, para que podamos contemplarlos
en la exposición que se encuentra en el vestíbulo.
Y a las personas de la Tertulia Diversos que
han hecho sus composiciones poéticas, para esta ocasión.
A todos les agradecemos mucho su valiosa ayuda.
ORDEN DE
PARTICIPACIÓN Y TEMAS TRATADOS
José Luis Gómez Recio, Dr de la Tertulia
Poética Diversos.
Dolores Alarcón, Presentación del acto y
ponencia de El Quijote como fuente de inspiración poética
Gracia Iglesias: Cap. V sobre Teresa Panza
(audio).
Isabel Muñoz: Cap. V sobre Teresa Panza.
Alberto Valero: Cap. XXX, XXXI y XXXII, “De lo
que le avino a Don Quijote con una bella cazadora”.
José Luis G. Recio: Cap. LXII, La cabeza
parlante.
Jorge Mato lee a Dolores Alarcón: El
encantamiento de la Sra Dulcinea.
Pablo Llorente: “Con ficciones, quimeras,
desvaríos”.
Luis Pérez: “Sancho Panza genio y figura”
(soneto).
Jesús Aparicio: “Destino común de Don Quijote y
Sancho”.
Vicente Orallo: Cap. XLIII, “Aprenderás”.
Lola Villaverde: Poema inspirado en el Cap. VI
Amparo Navarro: Sobre la muerte de Don Quijote.
Vicente Moratilla: Ediciones del Quijote.
EL
QUIJOTE: FUENTE DE INSPIRACIÓN POÉTICA
En homenaje a Cervantes con motivo de la
celebración del IV Centenario de la publicación de la II parte del Quijote,
(1615-2015).
Los miembros de la tertulia poética Diversos
deseamos homenajear a Don Miguel de Cervantes, en el IV Centenario de la
publicación de la II parte de Don Quijote de la Mancha, la novela
española de deleite universal.
¿Con qué intención predominante deseamos hacer
nuestra intervención?
Sabemos que las razones para admirar a
Cervantes son numerosas, pero elegimos fundamentalmente una: la lección de
humanidad que protagonizan Don Quijote y Sancho Panza a lo largo del relato.
Curiosamente, se trata de una clase de
humanidad que se enmarca en una atmósfera de locura intermitente, gracias a la
cual Cervantes puede escribir justificadamente, una acción que rompe con la
costumbre narrativa de la época, y resulta emocionantemente humana.
Por una
parte:
Enfocamos hacia Sancho y analizamos aspectos de
su conducta que revelan su fondo humanitario.
¿Cómo Sancho partiendo de ser un labrador
ingenuo, y un poco ambicioso, que pretende gobernar una ínsula y lo consigue,
cómo llega, digo, a ser un hombre fundamentalmente bueno?.
El personaje evoluciona desde sus
comienzos de hombre simple, motivado a seguir a Don Quijote por los bienes
materiales que eso le pudiera aportar, sin discurso propio a no ser a fuerza de
refranes, hasta llegar a ser alguien polifacético que, sin abandonar del todo
su primitiva forma de ser, la alterna cada vez más, con otras más complejas. Al
hilo de lo cual, recordamos a Unamuno quien llamó “quijotización” a este
proceso de Sancho. El escudero crece personalmente, como cualquier hombre con
entendimiento puede hacer ante las ocasiones de aprender y rectificar que
ofrece la vida. Y Sancho conviviendo con Don Quijote aprovecha la lección.
Aunque su música de fondo es la coherencia y el pragmatismo en su conducta, las
contradicciones le acompañan continuamente. Se trata de un hombre que sólo
cuenta con sus manos para vivir y es comprensible que aspire al gobierno de la
ínsula que le promete Don Quijote.
¿Cómo no? ¿Quién, en su lugar, no aprovecharía
la oportunidad de ver crecer a Sanchica con mejores medios y mejor nivel en la
escala social? Y además, qué difícil no creer las promesas de un buen razonador
como Don Quijote, en sus ratos lúcidos.
Pero, cuando tras muchos desengaños, Sancho se
ve como gobernador, comprueba que el ejercicio del poder le priva de su
libertad y renuncia al cargo. No se vende, lo que no impide, que cuando se le
presenta la ocasión de saber cómo será su futuro le pregunte a la “cabeza
parlante” si algún día volverá a ser gobernador.
Y en medio de todo esto, mantiene su capacidad
autocrítica, y en el capítulo X se recrimina con estas palabras:
“Este mi
amo, por mil señales, he visto que es un loco de atar y aun también yo no le
quedo a la zaga, pues soy más que él pues le sigo y le sirvo”.
Todas estas contradicciones de Sancho son las propias
de cualquier persona; por eso nos identificamos con el escudero, porque cada
uno ante las oportunidades de su vida siente confusión, y cierto vaivén de
intenciones. Como él.
Pero a Sancho, para seguir a su señor por la
cuesta abajo del fracaso y de los golpes, no sólo le motiva la esperanza de
medrar un día, sino también, poco a poco, un sentimiento de afecto, de
admiración y un afán de protegerlo que crecen con la convivencia. Hasta el
punto de que Sancho le alienta en sus fantasías, para que Don Quijote no tenga
que sufrir humillación, cuando el peso de la realidad se las pulveriza y le
obliga a admitir su error.
Mediante este proceso, la figura de Sancho
Panza se agranda y se humaniza al son de la de Don Quijote. Ambos se influyen
recíprocamente y Cervantes se sirve de la antítesis como el recurso literario
que soporta generalmente la fuerza del estilo.
Por otra
parte:
Enfocamos hacia el hidalgo manchego para
analizar también su carga humanitaria.
Don Quijote, el loco caballero andante, ¿cómo
puede llegar a ser el hombre cuerdo y cabal que cierra el relato?
Alonso Quijano, obsesionado por la lectura de
las novelas de caballerías se convierte en Don Quijote de La Mancha, con la
intención de llegar a ser un caballero andante al uso, como Amadís de Gaula,
por ejemplo. Sus motivaciones son hacer el bien, proteger a los débiles y
llevar la justicia a las víctimas de los abusos de otros. Según el doctor
Vallejo-Nájera, tiene una personalidad paranoica que le hace ver necesitados de
justicia sistemáticamente a quienes le rodean. Pero su intención moral
siempre es recta. Y esto es la justificación de su conducta desmesurada. En
un mundo corrupto en el que viven el autor y el personaje, la locura es el
último reducto de la justicia, de la verdad y del heroísmo.
Ginés de Pasamonte, el preso condenado a remar
en las galeras, el galeote liberado por Don Quijote, conoce la locura del
protagonista por su generosidad:
“Don
Quijote no era muy cuerdo pues tal disparate había cometido como el de querer
darles libertad…”(a los galeotes).
¡Qué ironía la de Cervantes!, y qué hallazgo
magistral el juego locura-cordura que permite hacer un relato abierto en el que
las posibilidades de interpretación son múltiples. Además están amparadas por
una nobleza de intenciones, que por muy grande que sea el disparate que Don
Quijote protagonice, al lector lo deja seducido, sin remedio.
Como Sancho, y a la par, Don Quijote evoluciona
desde la I parte hasta el final de la II, haciéndose, mientras vive, una
personalidad cada vez más compleja.
El pensamiento mágico va cediendo terreno al
pensamiento racional, y confunde cada vez menos, la realidad con sus fantasías
y duda de estas, con más frecuencia.
A esto ayuda el coro de personajes que en la II
parte le sigue la corriente, imitando su locura para mofarse de él: Sancho, los
Duques, los Caballeros barceloneses,… y así el buen juicio en la conducta del
caballero va ganando terreno, hasta recobrarlo absolutamente, mientras le va
llegando la hora de la muerte. En ese momento rechaza las propuestas
fantásticas que Sancho le ofrece para animarlo a luchar y para distraerlo de la
crudeza del trance. Pero él expresa su voluntad de morir como Alonso Quijano y
no como Don Quijote.
Cervantes cierra la posibilidad de otras
aventuras y consigue finalmente hacer respetable al personaje que fallece en su
sano juicio, habiendo dictado su testamento al escribano, con absoluta
coherencia.
Como Sancho, pero en sentido inverso, Don
Quijote que viene padeciendo el peso de la realidad que desenmascara sus fantasías,
evoluciona hacia la cordura, rectifica sabiamente, y es elevado por Cervantes a
una categoría moral y humana ejemplares.
Sancho en su gobierno es
preguntado por el hombre que cruzó un puente. Gustavo Doré
Los miembros de la Tertulia Poética Diversos,
dejando para otra ocasión hablar del humor, del virtuosismo lingüístico de la
novela, o de cualquier otro aspecto interesante de la misma no tratado aquí,
nos rendimos ante la lección de humanidad que desarrolla esta obra de
Cervantes. La novela española, que cuatrocientos años después de su
publicación, viene inspirando a pintores como Goya o Cézanne, a poetas como
Rubén Darío o Heine, a novelistas y ensayistas como Flaubert, Azorín , Kafka,
Freud…, a cineastas como Orson Wells, a músicos como Falla.
Y para Diversos, el grupo literario al que
pertenezco, el Quijote es hoy fuente
de inspiración poética, como se verá a continuación.
GRACIA IGLESIAS Trabajo que se presentó en grabación
DON QUIJOTE DE LA
MANCHA – SEGUNDA PARTE – CAPÍTULO V
Fragmentos
“de la discreta y graciosa plática que pasó entre Sancho Panza y su mujer
Teresa Panza”.
Sancho le acaba de anunciar a su esposa que va a volver a
salir de aventura con Don Quijote, y argumenta que en esta nueva expedición
conseguirá ser gobernador de una ínsula. “Antes verme muerto que sin ser
gobernador”, le llega a decir. A lo que te Teresa responde:
“Eso no, marido mío, viva la gallina aunque sea
con su pepita: vivid vos y llévese el diablo cuantos gobiernos hay en el mundo:
sin gobierno salistes del vientre de vuestra madre, sin gobierno habéis vivido
hasta ahora, y sin gobierno iréis u os llevarán a la sepultura cuando dios
fuere servido. Como eso hay en el mundo, que viven sin gobierno, y no por eso
dejan de vivir y de ser contados en el número de las gentes. La mejor salsa del
mundo es la hambre, y como ésta no falta a los pobres, siempre comen con gusto.
Pero mirad, Sancho: si por ventura os viéredes con algún gobierno, no os
olvidéis de mí y de vuestros hijos. Advertid que Sanchico tiene ya quince años
cabales, y es razón que vaya a la escuela… Mirad también que Marisancha vuestra
hija no se morirá si la casamos, que me va dando barruntos que desea tanto
tener marido, como vos deseáis veros con gobierno…”
A esta petición de Teresa de que no han de olvidar el
casamiento de su hija Marisancha, Sancho responde que si Dios le llega a dar un
gobierno, tendrá de casar a su hija tan altamente “que no alcanzarán sino con
llamarla señora”. Esto no gusta mucho a su mujer:
Eso no, Sancho; casadla con igual que es lo más
acertado, que si de los zuecos la sacáis a chapines, y de la saya parada de
catorceno a verdugado y saboyanas de seda, y de una Marica y un tú a una doña tal doña tal y señora, no se ha de hallar la mochacha,
y a cada paso ha de caer en mil faltas, descubriendo la hilaza de su tela basta
y grosera.
Por cierto que sería gentil cosa casar a
nuestra María con un condazo, o con caballerote que cuando se le antojase la
pusiese como nueva, llamándola de villana, hija del destripaterrones y de la
pelarruecas. No en mis días, marido: para eso, por cierto, he criado yo a mi
hija. Traed vos dineros, y el casarla dejadlo a mi cargo, que ahí está Lope
Tocho, el hijo de Juan Tocho, mozo rollizo y sano, y que le conocemos, y sé que
no mira de mal ojo a la mochacha; y con éste, que es nuestro igual, estará bien
casada, y le tendremos siempre a nuestros ojos, y seremos todos unos, padres y
hijos, nietos y yernos, y andará la paz y la bendición de Dios entre todos
nosotros; y no casármela vos ahora en esas cortes y en esos palacios grandes,
adonde ni a ella la entiendan, ni ella se entienda.
En este punto, Sancho llega a llamar a Teresa animal,
porque dice que “es de animalía” que él dé con su cuerpo en algún gobierno
provechoso y ella quiera casar a Marisancha con un villano y no con un noble de
alta cuna y que ella misma no quiera llamarse “doña Teresa Panza” y sentarse en
la iglesia “sobre alcatifa, almohadas y arambeles”. Nuevamente Teresa da sus
argumentos:
Siempre, hermano, fui amiga de la igualdad, y
no puedo ver entonos sin fundamentos. Teresa me pusieron en el bautismo, nombre
mondo y escueto, sin añadiduras ni cortapisas, ni arrequives de dones ni donas:
Cascajo se llamó mi padre, y a mí por ser vuestra mujer me llaman Teresa Panza,
que buena razón me habían de llamar Teresa Cascajo. Pero allá van reyes don
quieren leyes, y con este nombre me contento, sin que me le pongan un don
encima que pese tanto que no le pueda llevar, y no quiero dar que decir a los
que me vieren andar vestida a lo condesil o a lo de gobernadora, que luego
dirán: “Mirad qué entonada va la panzapuerca; ayer no se hartaba de estirar de
un copo de estopa, y iba a misa cubierta la cabeza con la falda de la saya en
lugar de manto, y ya hoy va con verdugado, con broches y con entono, como si no
la conociésemos”. Si Dios me guarda mis siete o mis cinco sentidos, o los que
tengo, no pienso dar ocasión de verme en tal aprieto.
¡Que
viva la gallina!
Que viva la gallina, así, con su pepita,
con su salsa de hambre que a los pobres no
falta
y le da el mejor gusto hasta al pan con tocino.
Que viva la Teresa, nombre mondo y escueto,
sin Panza y sin Cascajo,
sin esposo y sin padre.
Que viva sin gobierno y sin verdugo,
sin el peso de doñas y de sedas,
sin chapines que eleven su desdicha
al trono de una ínsula de aire:
“Y mirad qué entonada
que va la panzapuerca”.
Que viva Maritere, la Mayte, la Teresa,
así, sin apellido,
ya que nunca Cervantes
inventó el de su madre.
Que viva la gallina con su pepita solo.
Y así, que Dios la guarde
con sus siete sentidos:
ojos que se curtieron al solano,
oídos madurados en las murmuraciones,
tacto duro de lanas, de tierra y agua helada,
paladar hecho a base de gachas y panceta,
olfato acostumbrado al tufo de los puercos,
sentido del ridículo,
intuición de mujer.
ISABEL MUÑOZ
CAPÍTULO V
De la discreta y
graciosa plática que pasó entre Sancho Panza y su mujer Teresa Panza
Contradictoriamente a la defensa de su
identidad que realiza Teresa Panza, ella está convencida que la mujer honrada
ha de estar con la pierna quebrada y en casa.
Sancho alega que ser condesa y llamada doña
implica ganarse el respeto, así vengas de pobreza o linaje, pues solo cuenta el
presente. Que si eres liberal y cortés con todos, nadie recordará de dónde
vienes, salvo los envidiosos, de quienes ninguna próspera fortuna está segura.
Mas Teresa no llega ya a entenderle y le pide
que sea Sanchico a quien se lleve para que le enseñe a tener un buen gobierno.
Sancho le responde que en cuanto sea gobernador les mandará dinero, enviara a
por su hijo y hará a su hija condesa.
Teresa queda llorando porque da por enterrada a
su hija y ya nada le replica a su esposo porque acepta que las mujeres nacen
para ser obedientes a sus maridos…
Poema que simula un
encuentro entre Sanchica Panza y un
conde de alto linaje
Con un igual me he de casar
para sin mil faltas estar
ni hilaza de mi tela
grosera y basta hallar.
Mas yo señora mía a vos
Con gran respeto os trataré,
ya que la madre de mis hijos seréis
y de próspera fortuna os rodearé,
pues con vuestro padre, el gobernador, acordé
en ser vos mi condesa y yo vuestro señor.
Collares llenos de joyas os regalaré,
con satenes y sedas entera os cubriré,
en mi reina os convertiré
y en un gran castillo moraréis.
Oh, mi señor, con gran honor,
por todos, doña me haré de llamar
y en una gran señora, me trocaré.
ALBERTO VALERO
Capítulos XXX - XXXI –
XXXII
De lo que le avino a Don Quijote con una
bella cazadora
Los hechos que me han llamado la atención, abarcan los tres capítulos mencionados y a parte de las situaciones cómicas que desde la más estricta seriedad acaecen, en ellos he podido admirar la habilidad de Sancho, ante las ilustradas parrafadas de sus interlocutores, como supo desenvolverse a base de refranes y a su humilde parecer, mantenerse a la altura de la ocasión. Irónico a veces, agudo en ocasiones, mordaz en otras, utiliza los refranes con tal soltura que es capaz de abarcar conversaciones completas, con la única utilización del refranero, aprendido en su entorno de vida, lo que entusiasma a su anfitriona pero preocupa mucho a Don Quijote que ya le advirtiera de antemano acerca del uso y abuso de esta habilidad.
Dicha agilidad es por supuesto la
de la pluma de su autor, pero ingeniosa la forma en que lo pone en boca de un
personaje tan inculto como Sancho, transfiriéndole con ello una muy especial
verborrea graciosa y simpática sobre su gruesa humanidad.
Dibujo anónimo a carbón
Todo esto y algunos más de los avatares de estos capítulos,
me han inspirado este soneto:
Sancho supo estar
Jugando las
gracias de la locura,
sortea Sancho
las realidades,
haciendo
uso sabio de habilidades,
que jamás
cabrían en mente oscura.
¿Acaso es un
bruto por su cultura?
¿Aceptar y
cumplir barbaridades
dichas,
cometidas en mil lugares?
¿Soñar con
gobiernos por su ventura?
Como el asno y
rucio que les transporta
que la cómica
mofa, es lo evidente,
si se mezclan
turbios, amo y sirviente.
Mas a peroratas
de altanería,
con palabras
altas de librería,
da respuestas Sancho con sus
refranes.
JOSÉ LUIS GÓMEZ RECIO
Capítulo LXII
Que trata de la
aventura de la cabeza encantada, con otras niñerías que no pueden dejar de
contarse
Se trata de un pasaje, en Barcelona casi al
final de su último viaje, en el que Don Antonio Moreno, alojaba en su casa como
huésped a don Quijote. Tal señor era caballero rico y discreto, y amigo de
holgarse a lo honesto y afable, el cual, viendo en su casa a este alucinado
personaje, andaba buscando las maneras de que sacase a flote sus locuras sin
tener que hacerle daño.
Después
de una opípara comida y tomando don
Antonio por la mano a don Quijote, se entró con él en un apartado aposento, en
el cual no había otra cosa de adorno que una mesa, al parecer de jaspe, que
sobre un pie de lo mismo se sostenía sobre él, al modo de las cabezas de los
emperadores romanos, de los pechos arriba, una que semejaba ser de bronce.
Dijo:
-“Esta cabeza, ha sido hecha y fabricada por
uno de los mayores encantadores y hechiceros que ha tenido el mundo, que creo
que era polaco de nación y discípulo del famoso Escotillo y que por el precio
de mil escudos que le di, labró esta cabeza, que tiene la propiedad y virtud de
responder en cuantas cosas al oído le preguntaren”.
Por no hacer más prolijo el relato, quedan al
día siguiente en hacer las preguntas, para dar tiempo a don Quijote a
prepararlas. Siete personas, incluidas Don Quijote y Sancho hacen sus preguntas
a la cabeza y ella les responde… ¡Qué más da lo que les dijera! El caso es que
Don Quijote sale maravillado por el encanto, que como os podéis imaginar nunca
fue real.
Don Antonio Moreno vio en Madrid un ingenio
similar que fabricó un impresor y, en Barcelona construyó la réplica. El
artilugio tenía la cabeza –hueca por cierto- unida a la madera de la mesa en la
vertical del pie. Tanto éste como la mesa estaban perforados, así como el suelo
de la estancia y desde una habitación debajo, un propio hablaba por el
conducto. Ni más ni menos… Los encantos con gaseosa.
Las cabezas llenas de aire pueden ser de loza
para contener monedas para el Domund: Cabezas de negros, indios, chinos con
gorrito…. Existe un modelo de cabeza hueca de arcilla que suele reposar en los
escaparates de los herbolarios y locales de venta de semillas. Les crece pelo
en forma de césped. Otras cabezas rubicundas contienen cerveza. Y otras, de
espuma de mar sirven para fumar. Todas ellas cabezas huecas incapaces de dar
vocerío o gruñido.
Las cabezas huecas que hablan son increíbles.
Un prodigio de la naturaleza. Suelen ser cabezas metalizadas capaces de emitir
sonidos con un cierto regusto por el
retorno y el eco que las hace parecer que nos hablan desde la ultratumba.
Unas son hijas de alfareros con horno, y otras,
prodigiosas terminales de cañerías y artilugios de submarino o de mayordomos victorianos. Todas ellas nos
aportan paz y misterio por lo milagroso y esotérico.
Las malas son las cabezas huecas que nos hablan
desde los senados, púlpitos, estadios de futbol, ruedas de prensa y tertulias
vacías. No paran de hablar, como si fueran los únicos capaces de reflexión y
verdad.
Todas las malas cabezas tienen en común que
hablan por boca ajena. Como en el relato de El Quijote, las cabezas huecas
siempre tienen alguien oculto que habla por ellas. Así se perpetúa el engaño.
La increíble mentira sobre la que se asientan los intereses de unos pocos.
Las cabezas encantadas no son pájaros de volar
mucho. Más bien de quietar un tanto. Si pudieran emigrar todos los años, cuánto
no estaríamos agradecidos el resto de los semovientes que tenemos todavía algo
dentro de la zosca.
El curioso doctor Guillotin investigó en los
cráneos que le proporcionaban su herramienta separadora de cabezas y tórax.
Pero parece que no debió de publicar nada, por no hemos sido capaces de
encontrar documentación archivada.
Tampoco hemos sido capaces de rastrear en los
verdugos de la Torre de Londres. Puede ser que lanzaran los restos superiores
con pelos y lenguas al Támesis, para que acudieran las manadas de anguilas
hambrientas a yacer en su interior. Por supuesto, vacío.
DOLORES ALARCÓN Leído por Jorge Mato
EL
ENCANTAMIENTO DE LA SEÑORA DULCINEA.
CAPÍTULO
X DE LA II PARTE DEL QUIJOTE.
Breve análisis
del mismo desde la perspectiva del filólogo Ramón Menéndez Pidal, que juzga la
literatura española fundamentalmente como pragmática y realista (D.Q.: Don Quijote. S.: Sancho)
Cuando se interpreta EL Quijote tiende a
considerarse una novela fantástica y de caballerías, aunque sea con la intención
de apartarse del género y ridiculizarlo.
La tesis que vamos a defender aquí, sin
embargo, es que se trata de un relato con partes tratadas con un fuerte realismo, como ocurre
en buena medida, en el capítulo del encantamiento de Dulcinea. Para comprobarlo
analizaremos algunas escenas del mismo.
Habiendo estado deambulando D. Q. y S. por El
Toboso, en busca de los castillos o palacios que pudieran albergar a la sin par
Dulcinea, y habiéndoles caído la noche encima, no pudiendo continuar la
exploración del terreno, deciden que S. siga la búsqueda al día siguiente, con
buena luz. Entretanto D. Q. permanecerá emboscado, a la espera de las noticias
que el escudero le traiga de su señora.
El enamorado caballero le pide que preste
atención a la reacción de Dulcinea cuando esta conozca por boca de S: la
embajada que le manda D. Q., pues él sabrá interpretar por sus gestos, si se
desasosiega y turba oyendo nombrar al caballero.
Cuando S. se ve solo y sin saber cómo va a
lograr poner a la princesa Dulcinea ante su señor, comienza un soliloquio
cuajado tanto de enormes fantasías como de aniquiladores dardos realistas, y
reflexiona así:
“¿Va vuesa merced a buscar algún jumento que se le haya
perdido? No por cierto, voy a buscar como quien no dice nada, a una princesa”.
Para S. no hay inconveniente en poner en un
mismo nivel de objetos perdidos a los jumentos y a las princesas. Y en la misma
línea realista, imaginando, si por ventura hallara a Dulcinea y lograra
llevarla a la presencia de D: Q:, cae en la cuenta de que los de El Toboso
podrían percatarse del rapto, y molerle las costillas a palos, por raptar a sus
princesas.
En medio de la loca fantasía de andar buscando
a quien bien sabe que no existe, no ve en eso el obstáculo, sino en la reacción
que tendrían contra él, los del pueblo de la princesa si él se la llevara.
El golpe de realismo vuelve a apropiarse de la
escena.
Estando en estas cavilaciones el buen escudero,
ve a tres labradoras sobre tres pollinos trotando hacia él, y en el acto decide
que estas van a ser la señora Dulcinea y sus damas, y que porfiará ante D. Q.
lo que haga falta hasta que el caballero lo admita. Así, corre a buscarlo para
avisarle de la inminente llegada de Dulcinea, con estas palabras:
(Lectura).
“-De ese modo
-replicó don Quijote-, buenas nuevas traes.
-Tan buenas -respondió
Sancho-, que no tiene más que hacer vuesa merced sino picar a Rocinante y salir
a lo raso a ver a la señora Dulcinea del Toboso, que con otras dos doncellas
suyas viene a ver a vuesa merced.
-¡Santo Dios! ¿Qué es lo que
dices, Sancho amigo? -dijo don Quijote-. Mira no me engañes, ni quieras con
falsas alegrías alegrar mis verdaderas tristezas.
-¿Qué sacaría yo de engañar a
vuesa merced -respondió Sancho-, y más estando tan cerca de descubrir mi
verdad? Pique, señor, y venga, y verá venir a la princesa, nuestra ama, vestida
y adornada, en fin, como quien ella es. Sus doncellas y ella todas son una
ascua de oro, todas mazorcas de perlas, todas son diamantes, todas rubíes,
todas telas de brocado de más de diez altos; los cabellos, sueltos por las
espaldas, que son otros tantos rayos del sol que andan jugando con el viento;
y, sobre todo, vienen a caballo sobre tres cananeas remendadas, que no hay más
que ver.”
El enamorado caballero, incrédulo y emocionado,
porque por fin, se va a ver ante su señora, agradecido a S. le promete, en pago
de sus servicios, o el mejor despojo que ganare en la próxima batalla, o las
crías de sus tres yeguas que se habían quedado preñadas en su pueblo, y ya
estarían a punto de parir.
D.Q., el valeroso caballero andante, ofrece los
frutos de sus fantasías, pero el hidalgo manchego ofrece lo que sabe que tiene
en realidad, en sus tierras: las crías de las yeguas.
S. no lo duda y contesta a su amo con otro
golpe de descarnado pragmatismo:
“a las crías me atengo porque de ser buenos los despojos de la primera
aventura no está muy cierto”.
Un poco más avanzado el relato, D.Q. se
encuentra con las campesinas que según S. son Dulcinea y sus damas. El impacto
de la visión de las tres mujeres al trotecillo, lo deja confundido y turbado.
En este momento, Cervantes dota al caballero de una agudeza sensitiva notable
que le permite valorar de un vistazo a Dulcinea, y entristecido, le dice a S.
que la princesa es carirredonda y chata. Y que por si fuera poco, tiene un
lunar sobre el labio superior del que le cuelgan unos cuantos pelos de más de
un palmo de largo.
¿Habrá más desconsuelos para él?
Sí, los hay. Ya , desencajado, le confiesa a S.
el último azote de realidad brutal sobre la que acaba de saludar llamándola
reina y princesa y duquesa de la hermosura“. Y dice:
“Porque te hago saber Sancho,
que cuando llegué a subir a Dulcinea sobre su hacanea, según tú dices, que a mí
me pareció borrica, me dio un olor de ajos crudos, que me encalabrinó y atosigó
el alma”.
El caballero no puede desengañarse más, la
realidad no le ha dejado rastro de ilusión.
Y nosotros dijimos que el análisis sobre el
realismo y el pragmatismo de este glorioso capítulo de encantamientos sería
breve. Así pues, comprobamos con Don Ramón Menéndez Pidal, que incluso el
personaje más idealista de la literatura española, Don Quijote de La Mancha, es
un hombre que ve y huele como cualquiera y que honra al realismo literario
español como el que más.
PABLO LLORENTE
Con
ficciones, quimeras, desvaríos. (Segunda parte del Ingenioso Hidalgo don
Quijote de la Mancha)
El caballero de
la Blanca Luna,
Roldán, Orlando, Merlín y Golías,
y Sancho Panza gobernando su ínsula,
y el caballero de Triste Figura.
Ángel, emperador, reina, soldado,
el demonio y las Cortes de la Muerte,
Durandarte, Belerma y Cide Hamete,
el cura, el bachiller Sansón Carrasco.
Y Dulcinea con su encantamiento,
Maese Pedro y su mono adivino,
caballo Clavileño y su relincho,
son actores del Quijote manchego.
Vuelve nuestro Hidalgo a su hogar vencido,
y le acogen sus deudos satisfechos;
muere cuerdo Alonso Quijano el Bueno,
le lloran sus parientes afligidos.
Con ficciones, quimeras, desvaríos,
crea Cervantes nueva la novela,
refundiendo con cuentos una lengua;
ensueños y aventuras han cumplido.
Roldán, Orlando, Merlín y Golías,
y Sancho Panza gobernando su ínsula,
y el caballero de Triste Figura.
Ángel, emperador, reina, soldado,
el demonio y las Cortes de la Muerte,
Durandarte, Belerma y Cide Hamete,
el cura, el bachiller Sansón Carrasco.
Y Dulcinea con su encantamiento,
Maese Pedro y su mono adivino,
caballo Clavileño y su relincho,
son actores del Quijote manchego.
Vuelve nuestro Hidalgo a su hogar vencido,
y le acogen sus deudos satisfechos;
muere cuerdo Alonso Quijano el Bueno,
le lloran sus parientes afligidos.
Con ficciones, quimeras, desvaríos,
crea Cervantes nueva la novela,
refundiendo con cuentos una lengua;
ensueños y aventuras han cumplido.
LUIS PÉREZ
Recién llegado a
las tertulias poéticas del grupo DIVERSOS y queriendo contribuir en este merecido homenaje del 4º centenario
de la publicación de la segunda parte del
Quijote, me he atrevido a componer y
compartir un soneto con cierto tono humorístico, cariñoso, que no burlesco.
Que bien sabido es que hubo estudiosos que calificaron la novela de Don Quijote dentro del género cómico- humorístico, en contra del verdadero propósito de Cervantes, quien dotando a sus personajes de los más nobles valores éticos, logró transmitir y reflejar con el máximo respeto y la más exquisita genialidad, los sentimientos de la sociedad de la época.
La evidente comicidad quizás brote del contraste de lo inesperado de sus protagonistas, pero nunca su autor les ridiculiza, sino que más bien les ennoblece buscando en cualquier caso la empatía y complicidad de la propia audiencia.
Que bien sabido es que hubo estudiosos que calificaron la novela de Don Quijote dentro del género cómico- humorístico, en contra del verdadero propósito de Cervantes, quien dotando a sus personajes de los más nobles valores éticos, logró transmitir y reflejar con el máximo respeto y la más exquisita genialidad, los sentimientos de la sociedad de la época.
La evidente comicidad quizás brote del contraste de lo inesperado de sus protagonistas, pero nunca su autor les ridiculiza, sino que más bien les ennoblece buscando en cualquier caso la empatía y complicidad de la propia audiencia.
Sancho Panza, genio y figura
Fue Sancho Panza idóneo escudero,
se podría decir, genio y figura,
sin cuya aportación, cualquier ventura
se hubiese malogrado en el trastero.
Porque con su discurso más certero
condujo a Don Quijote en su locura,
con advertencias sabias, con mesura
por mantenerle hasta el final entero.
Que si consejos ambos se ofrecían
con la misma pasión participaban
en repartirse por igual sus dones,
porque si peripecias compartían
algunas recompensas esperaban
al dotar de sentido sus razones.
JESÚS APARICIO
Hay en el
Quijote, tanto en su primera como en su segunda parte, mucha poesía, muchos
textos escritos en verso. Bien sean sonetos, romances, coplas, ovillejos, e
igualmente décimas.
En la segunda
parte del Quijote aparecen distintas de estas décimas tanto en su forma de
copla real o doble quintilla, en espinela, o en décimas de cabo roto.Estas las
podemos encontrar en los capítulos 18, 20 y en el capítulo 74 con el conocido
Epitafio en copla real:
Yace aquí el Hidalgo fuerte
que a tanto extremo llegó
de valiente, que se advierte
que la muerte no triunfó
de su vida con su muerte.
Tuvo a todo el mundo en poco;
fue espantajo y el coco
del mundo, en tal coyuntura,
que acreditó su ventura
morir cuerdo y vivir loco.
De cómo don Quijote y Sancho
sellan un destino común
Somos lo que
soñamos,
Sancho, nuestro destino
es hacer el camino
con alas que buscamos
en el cantar divino.
Sancho, nuestro destino
es hacer el camino
con alas que buscamos
en el cantar divino.
Para seguir el
vuelo
coge amigo mis manos
y abracemos el cielo,
no se nos pegue al suelo
nuestro soñar de hermanos.
coge amigo mis manos
y abracemos el cielo,
no se nos pegue al suelo
nuestro soñar de hermanos.
VICENTE ORALLO
Capítulo XLIII
En este
capítulo don Quijote le comienza a dar consejos a Sancho acerca del cuerpo.
Don Quijote
le dice a Sancho que se debe mantener limpio y aseado, que no debe comer nada
que le haga oler mal, que no debe comer demasiado ni muy deprisa por que si no
puede dar una mala impresión y también le dice que no diga tantos refranes como
solía decir siempre ya que le harían quedar muy mal.
Don
Quijote al final le dice que debe gobernar bien ya que las responsabilidades
que acarrearan su mal gobierno caerían también sobre él y no quiere sentirse
culpable de ningún mal mandato. Sancho al oír esto le dice a don Quijote que si
él lo desea dejará el cargo de gobernador ya que no quiere que su amo sufra
consecuencia alguna de lo que él pueda hacer mal. Don Quijote al oír que Sancho
está dispuesto a dejar de ser gobernador de una ínsula para que él no quede mal
en ningún momento le dice Sancho que merecería mil ínsulas ya que sus
razonamientos son sabios y correctos.
Emulando a nuestro Hidalgo, me tomé la licencia
de darle yo también estos consejos al buen Sancho.
Aprenderás
Hoy quisiera hablarte
fiel Sancho, mi amigo
que aprender es arte
y no pan al mendigo.
Aprenderás del llanto
del que has venido;
que es mejor el canto,
que el hambre y el ruido.
Aprenderás que hablando
no es bueno estar solo;
y sabrás
andando
que tu tiempo es oro.
Aprenderás deprisa,
cercano a los tuyos;
duelos de familia,
rumor y murmullos.
Aprenderás comiendo,
aprenderás cenando,
aprenderás sediento
para no ser sabio.
Aprenderás que el día
viaja en un suspiro,
y a decir mirando...
te quiero amor mío.
Aprenderás del sueño,
de una fragancia;
del fatal engaño
que duerme en la escarcha.
Aprenderás aprisa,
aprenderás despacio;
con leve sonrisa
cuando no llorando.
Aprenderás despierto,
aprenderás dormido;
del que ya está muerto
y el que muere vivo.
Aprenderás trabajos
con mal apetito,
a burlar lo cierto
y a creer el mito.
Aprenderás del viento,
aprenderás del vino;
a vivir lo incierto
que es el camino.
Aprenderás del beso...
y de una caricia;
a salir ileso
del odio y la envidia.
Aprenderás con rabia,
aprenderás con ira
y que la falacia
lleva a la mentira.
Aprenderás todo eso,
aprenderás la vida;
a ser tallo recto
sin grano ni espiga.
Aprenderás, ya viejo,
todo esto, amigo,
y sabrás muriendo
...cuánto ya has vivido.
LOLA VILLAVERDE
Inspirado en la II parte de El Quijote, cap VI
“¡
Valgame Dios!-dijo la sobrina-¡Que sepa vuestra merced tanto, señor tío, que si
fuese menester en una necesidad podría subirse a un púlpito e irse a predicar
por esas calles y que con todo esto dé en una ceguera tan grande y en una
sandez tan conocida que dé a entender que es valiente, siendo viejo; que tiene
fuerzas, estando enfermo y que endereza tuertos, estando por la edad agobiado,
y, sobre todo, que es caballero, no lo siendo, porque aunque lo puedan ser los
hidalgos, no lo son los pobres.”
Qué sería
la vida
si fuera solamente
como la ven los cuerdos,
carente de aventuras
con que llenar las horas
de emociones intensas.
si fuera solamente
como la ven los cuerdos,
carente de aventuras
con que llenar las horas
de emociones intensas.
¿Y la
vejez, sin afanes?
Tormento de percibir
la derrota del cuerpo
y el cansancio.
Tormento de percibir
la derrota del cuerpo
y el cansancio.
Que no es
locura
es decisión hermosa
elegir el camino,
abrazar lo que te salga al paso.
Vivir la vida con asombro
abiertos los ojos
para ver los prodigios
y afrontar los peligros,
a salvo de rutinas
y horas muertas.
es decisión hermosa
elegir el camino,
abrazar lo que te salga al paso.
Vivir la vida con asombro
abiertos los ojos
para ver los prodigios
y afrontar los peligros,
a salvo de rutinas
y horas muertas.
Y no por
parecer héroes
o caballeros, mas por serlo.
Vivir las acciones
que te toquen
con el código férreo
que te impongas
y proponerte logros
mientras aún rerspires
sin importar que a los otros
les parezcan quimeras.
o caballeros, mas por serlo.
Vivir las acciones
que te toquen
con el código férreo
que te impongas
y proponerte logros
mientras aún rerspires
sin importar que a los otros
les parezcan quimeras.
Como tú,
D. Quijote
que conoces el mundo
y, lúcido, lo razonas
mas, eliges vivir otro
donde ser caballero
y perseguir afanes.
A salvo de la vejez,
el peor enemigo,
pues puedes ser valiente
siendo viejo,
tener la fuerza de un volcán
estando enfermo
ser caballero
aún siendo pobre
y soñar el amor
aunque el objeto amado
sea irreal para los otros.
Pues el amor, poderoso elixir
lo muta todo
y la ilusión, potente medicina
te vuelve inexpugnable.
que conoces el mundo
y, lúcido, lo razonas
mas, eliges vivir otro
donde ser caballero
y perseguir afanes.
A salvo de la vejez,
el peor enemigo,
pues puedes ser valiente
siendo viejo,
tener la fuerza de un volcán
estando enfermo
ser caballero
aún siendo pobre
y soñar el amor
aunque el objeto amado
sea irreal para los otros.
Pues el amor, poderoso elixir
lo muta todo
y la ilusión, potente medicina
te vuelve inexpugnable.
AMPARO NAVARRO
Esta reflexión se ha basado
en el último capítulo de El Quijote, cuando el hidalgo está en su lecho de
muerte.
Esos sí son perros los que
ladran
Barcino y Butrón, que tanto
pagué a su ganadero,
y yo aquí vencido y dispuesto aguardo el cielo.
Mi libertad, mi cuerpo ya
rendidos.
Por más que yo viviera
querido amigo Sancho,
no encontraría forma de
pagar tus consejos,
ni vida suficiente para
darte las gracias por todo tu desvelo.
Dios y su misericordia no
tendrán más paciencia
que el bueno de mi
escudero.
Abierta la puerta, hasta ayer
cerrada, de mi loco entendimiento
sé ya quien soy, quien
hasta ayer he sido:
Hidalgo y Quijote de la Mancha.
Maldigo al de Gaula, a toda
su caterva y su linaje,
que un día, como huéspedes ingratos, se alojaron sin tino
en mi pobre mollera.
Perdón a todos pido.
Mirad que muero con prisa.
Llamad pues a mis amigos: al cura, al bachiller
Sansón Carrasco,
y a maese Nicolás el fiel barbero.
Haz pasar, Sancho, al
escribano para que redacte mi confesión y testamento.
-No se me muera mi señor
que esas sí son locuras;
Dejarse morir sin que nadie
le mate.
Levántese y volvamos al
campo vestidos de pastores
que aún no ha desencantado
a Dulcinea
y el corazón dentro del
pecho le late.
-Es eso lo que me
entristece Sancho, el no tener la mano
de la dulce quimera a la
que tanto amé.
Si ayer de ella se enamoró el Quijote
hoy Alonso Quijano su
eterno amor suplica.
Mas nada tengo y desnudo
ante Cristo me presento.
Deja buen Sancho de hurgar
en las locuras,
pues ya en los nidos de
antaño no hay pájaros hogaño.
Haz pasar al escribano, te
digo, para que redacte mi confesión y testamento:
-A mi sobrina Antonia, la
Quijana, le dejo cuanto tengo
y asi le pagaré el tiempo
que ha servido en esta casa.
Doncella fue, lo sepa todo
el mundo, siempre doncella
y nunca barragana.
Y ruego a quienes nombro de
albaceas
busquen y hallen al autor
de la segunda parte de lo que yo escribí
le perdono por tanto
disparate de contar lo que yo no hice
y lo que dice que he sido.
Ahora que se llegue el cura
y perdone mi pecado el sacramento.
Todos lloran la muerte de
Quijano.
Sancho se rasuró la barba
sin ayuda del barbero.
Cerrome los ojos el cura.
La sobrina se enlutó y me
acarició la mano.
Sansón Carrasco escribió en mi sepultura:
“Yace aquí el hidalgo fuerte
que a tal extremo llegó…
JORGE MATO
CUENTO
Inspirado
en el último capítulo del Quijote.
Ilustración Jorge Mato
El niño es menudo, algo rubio, de mirada
inquieta y ojos soñadores.
Viste pantalón corto. En sus rodillas hay
señales de carreras que terminaron en aterrizajes no deseados.
Lleva en la mano la merienda que ha cogido en
casa antes de salir a la plaza en busca de otros, que como él, han sido ya
liberados de sus obligaciones colegiales.
Allá en lo alto de un cielo muy azul y muy limpio, en este final de primavera
esplendoroso, pasa un avión casi no divisable por la lejanía si no fuese por la
estela blanca que va dejando como una escritura hecha de nube, memoria del
camino recorrido.
El niño, sentado en una piedra, lo mira
mientras da mordiscos alternativos al pan y al chocolate que lleva en la mano.
-Algún día yo volaré tan alto como él.
Se promete con la certeza del que se sabe dueño
de sus actos.
El niño lleva en la memoria, almacenadas como
un proyecto de vida, las aventuras de los héroes de los tebeos que devora a
diario cuando los deberes colegiales has sido terminados. A veces incluso antes
o en sustitución de los mismos.
La vida para él está hecha de decisiones
momentáneas y muchas veces se hace imprescindible saber como resolverá el Capitán
Trueno la situación angustiosa en la que
se ha metido por defender sus valores de amistad o de enamorado.
Sobre la plaza cae un sol implacable ya casi en
retirada que hace crecer sobre el suelo las sombras del caserío. Éstas, las
sombras, se estiran poco a poco como si se desperezasen lo mismo que ese gato
que asoma su cabeza en el portalón fresco en el que ha dormido hasta ese
momento.
En estos pueblos manchegos de trazado algo
desgalichado los inviernos son fríos y los veranos abrasadores por eso lo más
valioso en ellos son los callejones estrechos y enroscados como laberintos por
los que caminar al abrigo del hielo o del sofoco.
Imperceptiblemente la plaza se ha ido llenando
de chiquillos que con sus risas y sus gritos van convirtiendo lo que era un reino de silencio y de calor en un lugar
bullicioso, alborotado.
A las puertas de las casas se han ido situando
también algunas mujeres que, sentadas en sus pequeñas sillas de anea forman
grupos que, tejiendo, cusiendo o limpiando las lentejas de mañana conversan
animadamente una vez que el calor agobiante de las primeras horas de la tarde
va cediendo su puesto a una amable brisa.
La guerra quedó acordada ayer y nadie puede
faltar a la palabra dada porque el honor de los combatientes es una cualidad
ineludible.
Se ventilará entre las ruinas del antiguo
castillo, esas que coronan el pequeño altozano a cuyos pies se refugia el
pueblo.
La guerra de hoy es un juego entre dos grupos
de chiquillos constituidos en minúsculos ejércitos pero no por ello menos cruel
que la otra.
La batalla a pedradas entre los dos bandos
siempre deja algún herido que volverá de noche a casa ocultando lo mejor que
puede las heridas de guerra en ahorro de otras más graves que sobrevendrían si
fuese descubierto por sus padres.
Pero la batalla de hoy es inevitable.
Uno de los enemigos, el que parecía ser el jefe
tal vez por ser algo más fuerte y más descarado, había insultado gravemente a
la niña de las trenzas morenas.
La niña vivía en una casa próxima a la del
muchacho rubio de mirada inquieta y soñadora.
Realmente nunca había hablado con ella pero sus
ojos se habían cruzado casi todas las tardes en los primeros días de esta
primavera que ahora era testigo de una de las batallas más cruentas de los
últimos días.
Las piedras cruzan veloces entre los dos
montículos donde una docena de valientes guerreros se agazapan.
Todo termina cuando el enemigo número uno, el
más fuerte y descarado recibe la pedrada oportuna y, entre lágrimas, reconoce
que la niña de coletas morenas, causa de todo aquello, no es tan fea como había
dicho.
Y aquí paz y después gloria.
El niño vuelve a casa ya de anochecida.
Al pasar frente a ella, mira tímidamente a la
niña de las trenzas que, como en otras ocasiones, le sonríe, ajena a todo lo
que esa inocente sonrisa ha provocado esta tarde.
Algo más allá, sentado en el escalón del portal
de la humilde casa de labradores que habita, aquel niño regordete algo más
joven que él, aquel niño tranquilo al que jamás vio meterse el líos como los
suyos; aquel niño, digo, devora una gran rebanada de pan con nata, de esa nata
que amanece cuando hierve la leche en el hogar.
Eso le recuerda que su estómago reclama
atención y acelera el paso.
Su padre, en la sala, sentado, mira ensimismado
la televisión de gran pantalla de plasma que pudo comprarse a la vuelta de un
inútil viaje a Centroeuropa. Allí no era todo como le habían contado.
Pero este premio se lo concedió a si mismo para
no pensar durante el resto de su vida que era un fracasado.
Ahora, mientras su mujer prepara la cena él mira
sonriendo, como hacen las almas de los que no tienen nada que ocultar, aquella
película que tanto le divierte, “La guerra de los botones” mientras piensa que
esas cosas sólo ocurren en el cine.
Pasa silencioso por delante de la cocina en un
intento inútil de escabullirse de la bronca que le esperaba.
Su estrategia falló una vez más. Su madre le
conoce y siente su presencia aún sin verle.
-
Alonso,
hijo ¿otra vez?
-
¿Cuándo
dejarás que los demás arreglen sus problemas sin estar tú por medio?
La madre, igual que ha hecho en otras
ocasiones, sujeta con una mano la cabeza del pequeño Alonso mientras con la
otra aplica un algodón empapado en alcohol para restañar la herida.
El muchacho promete, aunque sabe que no podrá
cumplir, que nunca más se meterá en líos ni en peleas………………………………..
…………………………………………………
Alonso
Quijano el Bueno, en su lecho de muerte, extiende una mano temblorosa con
intención de coger la de su madre que se
aplica de forma entrañable sobre la herida de su frente.
Pero la mano de Alonso solo encuentra ahora la
de ese niño regordete y tranquilo que,
ya un hombre, entre lágrimas, sujeta la de su señor D. Quijote, su
camarada y, ahora lo comprende, su amigo en la aventura y desventura de la
vida,
“El cual, entre compasiones y lágrimas de los
que allí se hallaron, dio su espíritu: quiero decir que se murió”
VICENTE MORATILLA
Sobre las ediciones de El
Quijote
En 1605 se publica la 1ª
parte del Quijote en la imprenta de Juan de la Cuesta se tiraron
aproximadamente 1500 ejemplares. En 1604 Cervantes vende los derechos al
librero madrileño Fco. De Robles que lo entrega al impresor Juan de la Cuesta
que tuvo poco cuidado en la corrección
por lo que salió esta 1ª edición plagada
de errores. Por ejemplo y por lo anecdótico, citar que ya en la dedicatoria
dice: “al duque de Béjar conde de Barcelona titulo exclusivo se SM, cuando
debía decir conde de Benalcázar”.
De la I edición de 1500
ejemplares quedan poco más de veinte
localizados en: Biblioteca Nacional, Biblioteca de Catalunya, Real Academia
Española, BN de París, Oxford, Glasgow, Innsbruck, N. York, Chicago, etc.
Algunos otros que llegaron a la América
hispana se encuentran en México, Lima ,
Panamá… a pesar de la prohibición en 1543 de enviar «libros de romance porque
este es mal ejercicio para los indios, e cosa es que no es bien que se ocupen
ni lean»
Esta primera edición tuvo gran éxito y
enseguida sale a la luz la segunda, además aparecen en Valencia, Aragón y Lisboa tres publicaciones
piratas.
Cervantes saboreó el
éxito : El propio don Quijote nos dice: “una de las cosas que
más debe de dar contento a un hombre virtuoso y eminente es verse, viviendo,
andar con buen nombre por las lenguas de las gentes, impreso y en estampa”. Y
en el Cap. 3º de la II parte en voz de
Sansón Carrasco se lee: “tengo para mí que el día de hoy están impresos
más de doce mil libros de la tal historia: si no, dígalo Portugal, Barcelona y
Valencia, donde se han impreso, y aun hay fama que se está imprimiendo en
Amberes; y a mi se me trasluce que no ha de haber nación ni lengua donde no se
traduzca”.
Pronto se difundió la novela por América; lo que no había conseguido Cervantes, después de sus
intentos fallidos de tener un destino en las indias, lo lograba su criatura
asentándose en el Nuevo Mundo.
La amplia difusión de la primera parte del Quijote y la fama que esto
había acarreado al autor debió de compensar las ansias y las desilusiones de
toda una vida de un Cervantes ya pobre y viejo. Se cuenta que unos caballeros
ilustres venidos de Francia pidieron noticias de Cervantes, por la gran estima
que en Francia se tenían por sus obras,
se les respondió que era viejo, soldado, hidalgo y pobre, a lo que uno de
ellos dijo : «Pues, ¿a tal hombre no le tiene España muy rico y sustentado del
erario público?» y otro de aquellos caballeros con mucha agudeza, añadió: «Si necesidad le ha de obligar a
escribir , plega a Dios que nunca tenga abundancia, para que con sus obras,
siendo él pobre, haga rico a todo el mundo»
Cervantes ve en vida tres
ediciones en Madrid, las de 1605,
1608, y la de 1615 con la II Parte en
la imprenta de Juan de la Cuesta
de la que se cumplen ahora 400 años. No tenia prisa Cervantes, como se ve, en
la publicación de esta II parte.
En 1614 se publicó en
Tarragona “un” Segundo tomo del ingenioso hidalgo Don Quixote de la Mancha, compuesto
por el licenciado Alonso Fernández de Avellaneda hecho que anima a Cervantes a
publicar su II Parte diez años después .
Cervantes que lee enseguida el falso quijote,
“fagocita” a Avellaneda e incorpora a algunos de sus personajes a los que como
sabemos obliga a declarar que el único y verdadero D. Quijote es el suyo.
Se editan otros quijotes en: Valencia 1605, Bruselas 1607, Barcelona. Portugal, Amberes, etc. La difusión de la obra completa fue
vertiginosa y enseguida aparecen las primeras ediciones ilustradas en Europa.
Inglaterra tiene el honor en 1738, de
contar con la primera edición de lujo de R. Tomson en cuatro volúmenes,
seguramente la mejor, fuera de las españolas de Ibarra y Sancha.
En 1674 Diego de Obregón edita la primera
ilustrada en España, aunque hay que decir que sus grabados están inspirados en
los que se habían hecho en Europa y alejados del paisaje y tipología propios de
España.
En 1771 el impresor Joaquín Ibarra edita la obra del
Quijote en cuatro volúmenes, lo
ilustraron José Camarón y Manuel Monfort. La edición no fue muy acertada ni tampoco las
ilustraciones pues son casi copia de
modelos de las ediciones inglesas. En 1780 recibió Ibarra un encargo, esta vez
de la Real Academia Española. En este caso salió a la luz un perfecto y bonito
trabajo de tipografía con 31 láminas en las que intervinieron : Antonio
Carnicero, José del Castillo, Fabregat, Rafael Ximeno y Fernando Selma entre
otros . Como anécdota puede contarse que en el concurso que hubo para elegir a
los dibujantes, uno de los rechazados fue Goya, que había presentado 2 láminas
(que se conservan) .
Además la lujosa
edición de Ibarra se acompañó de un “Mapa de una porción del Reyno de España
que comprende los pasages por donde anduvo Don Quijote y los sitios de sus
aventuras, dibujado por D. Tomás López, geógrafo de S.M.” que pueden ustedes
ver el la muestra que se ha preparado para esta ocasión.
En 1782: La real
Academia Española edita de nuevo la obra en edición más popular, en cuatro
volúmenes en 8º con excelentes grabados
entre los que se encuentran los de los hermanos Carnicero con una buena
encuadernación en pergamino o en pasta española . La edición de la RAE junto
con las de la IMPRENTA DE SANCHA son un tesoro editorial que pueden ustedes
ver en la exposición.
Antonio de Sancha 1720-790
alcarreño natural de Torija, fue junto con Ibarra el mejor impresor del XVIII
en España, con 19 años se instaló en Madrid y llegó a poner de nuevo en
circulación de la obras de Cervantes,
Garcilaso, Lope, Quevedo, autores prácticamente desconocidos y casi olvidados
en España y a veces hasta despreciados.
El joven Sancha llega a
Madrid como encuadernador de libros, oficio en el que destacó hasta llegar a
ser encuadernador de la Biblioteca Real,
además fue destacado intelectual ,que tuvo en su casa una tertulia donde acudían los más
destacados intelectuales y artistas del
momento.
Antonio de Sancha edita
en 1775 un Quijote casi idéntico en tipografía
y láminas al de Ibarra pero quiso hacer el suyo propio que no pudo
llegar a ver y que concluyó su hijo D. Gabriel de Sancha
En 1797: Gabriel de
Sancha, ve colmadas las aspiraciones de su padre con la excelente edición de la
obra en cinco volúmenes en la que incluye tres mapas desplegables : Mapa del
cartógrafo de SM Antonio Rodríguez, de la ruta del Quijote, otro de las Lagunas
del Ruidera y otro de la Cueva de Montesinos. Se incluyeron además excelentes
comentarios a pie de página y la interesante Vida de Miguel de Cervantes de
Juan Antonio Pellicer considerada como
la mejor que se ha hecho para la gran obra de Cervantes.
Como entrañable
curiosidad citar que, para el capítulo de la visita a la imprenta de Barcelona,
Gabriel de Sancha incluye un grabado del dibujo de Luis Paret en el que puede verse a Don Quijote bajo un letrero en
el que se lee: “Imprenta de Sancha” y sentado, hablando con Don Quijote, el
dueño de la imprenta, que no es otro que
el mismísimo Antonio de Sancha. De esta forma, Sancha, un alcarreño hoy
olvidado, pasa a formar parte de la obra cervantina.
Las tiradas de Sancha
e Ibarra fueron de unos cinco mil
ejemplares por lo que sus quijotes son hoy caros y difíciles de encontrar.
A partir de este
momento entrando ya en los S XIX y XX son numerosísimas las ediciones de
quijotes que se editaron en todos los lugares y en todas las lenguas, tantas
que sería largo y motivo para otros encuentros , de momento nos basta con
seguir gozando de esta obra que nos identifica y de la que tantos somos y
seremos aficionados.
Para terminar , citaré un
pensamiento del escritor ruso Dostoievski que como Cervantes estuvo encarcelado
y condenado a muerte.
Refiriéndose al Quijote el
autor ruso comentó: “En el mundo entero no existe una obra más profunda y
consistente. No olvidará el hombre llevarlo consigo el día del Juicio Final,
representa la suprema y máxima expresión del pensamiento humano, la más amarga
ironía que pueda formular el hombre y, si ese día se te preguntase: «Veamos,
¿qué has sacado en limpio de tu vida, que conclusión definitiva has deducido de
ella?», podrías mostrar en silencio el Quijote y decir luego: «Esta es mi
conclusión sobre la vida”
Gracias por su atención
Grabado de Luis Paret.
Don Quijote dentro de la Imprenta Sancha
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