DIVERSOS
87. TERTULIA POÉTICA GUADALAJARA septiembre de 2015
Por fin juntos
Ya está la Tertulia en plena actividad. Con
toda la fuerza bruta de la que disponemos desatada en éxtasis. Hemos pasado de
la perezosa tumbona de playa al tatami de la pelea creativa más movida. Estamos
contentos porque la cosecha va siendo buena este año difícil. Y los aires que
nos llegan de cara nos prometen muchas páginas saludables. La revista que
hacemos, se reinventa en su labor de ser la expresión correcta del grupo. JLGR
Fotografía de finales de 1800. Eardweard
Muybridge.
VICENTE
MORATILLA
Repentización
Otra vez aquí
en esta sala,
es de noche,
hay ruido en la plaza,
parece agua que corre
pero no, es gente que pasa,
ladridos de perros
y voces de fiesta,
y la casa retumba
que suena a vacía
tan llena de nada.
Mañana de nuevo
la luz en la cara
y los truenos de feria
y la gente borracha
y la casa que suena a vacía
tan llena de nada.
(Este poema fue un ejercicio de dejar fluir las palabras según llegaban, después sometí el poema a algún retoque decorativo
que quizá estorbe.)
ISABEL MUÑOZ
El susto
Dos en una esquina,
abandonados, dejados
uno junto al otro.
Otra vez miro,
pero ¡ya no están!
¿A dónde han ido?
No merecen el secuestro.
¡Son míos!
Los vi primero.
¡Los compré!
Busco, pregunto, indago…
Y triste, vuelvo al mercado
para reponer
sendos paquetes birlados.
DANIEL VÁZQUEZ
Sólo es un hombre comiendo
solo
Lentamente mastica
los espejos
de su ausencia.
Con esfuerzo digiere
una densa bruma
de horas y segundos.
Sus ojos atrapados
en la nada
se diluyen
tras un plácido olvido.
Nunca volverá
del vacío sueño.
Silencia sus miradas,
su sonrisa
queda ciega,
la mano sólo quiere
agarrar su sombra
e irse sin marchar.
Picasso.
La comida del ciego
JOSÉ LUIS GÓMEZ RECIO
(Dedicado
a Daniel Vázquez)
Libre el poeta
decidido
salta por
el acantilado.
Sin
métricas ni corsés
vuela
sobre los riscos.
La
imaginación desbocada
limita
con el sueño.
Las rimas…
¿a qué nido
fueron a
poner sus
huevos
las rimas?
Por fin,
solos
poeta,
aire y agua se aparean
en
posturas imposibles
en
perfecta armonía
con el
Universo.
Goya. Modo de volar
JAVIER DELGADO
En
la tarde última
Al fin,
en la tarde última
pude sentarme al borde
de aquel abismo verde,
avenirme al silencio
y observar, incrédulo,
una danza de árboles
sin violines,
sin risa de rosas.
Tras las hortensias
rendidas
hay espacios de
silencio
en el final repetido
de todos los veranos.
Una plenitud sin labios
que siempre se va
la última tarde.
Acuarela de Javier Delgado
PABLO LLORENTE
Arquetipos
humanos
(Segunda entrega)
Almirez
La moza almirez
con su pertinaz
metálica voz,
es ave rapaz,
cual Eva feroz.
Al
poderoso ríe
Con los de abajo
no se moja,
el reglamento
aplica
y les muestra su
fuerza.
Al poderoso ríe,
alaba y favorece.
Herodes
y Pilatos
Utilizan personas
cual muñecos
hinchables.
Ausente el corazón.
De nuevo
se lavan
las manos.
Furia
Celosa loba
que muerde aullidos.
Fuego en las fauces
LOLA VILLAVERDE
Junto las manos,
aguzo los sentidos,
percibo los aromas.
me preparo.
Siento la saliva
fluyendo por la lengua
ya es el momento de disfrutar sabores.
Llevo un trozo a la boca
mis papilas se excitan,
mastico despacio
me demoro en el gusto.
Una explosión de sabor
recorre el paladar.
Cambia la textura
del bocado molido.
Trago.
Lo disfruto.
Agradezco el regalo.
Me relajo.
aguzo los sentidos,
percibo los aromas.
me preparo.
Siento la saliva
fluyendo por la lengua
ya es el momento de disfrutar sabores.
Llevo un trozo a la boca
mis papilas se excitan,
mastico despacio
me demoro en el gusto.
Una explosión de sabor
recorre el paladar.
Cambia la textura
del bocado molido.
Trago.
Lo disfruto.
Agradezco el regalo.
Me relajo.
Fotografía Lola Villaverde
JORGE MATO
Lo viejo
Quiero pedir perdón
por haberme dejado
deslizar en el tiempo
arrastrando conmigo
aquello que conozco.
Todo es más viejo ahora,
los árboles, los campos,
la música. Mis ojos.
Se ha hecho más viejo el cielo
y aquella nube blanca
me mira con tristeza y con cansancio.
Ya no cantan los grillos entre el trébol
y el arroyo,
aquel que conocí con aguas cristalinas,
hoy se muere de sed
en su cauce de piedras.
Todo es ahora más gris.
Hasta los paseantes
sentados en el banco de la plaza
me parecen más tristes.
Solo aquel viejo amor
sigue tan joven.
Ilustración Jorge Mato
PAULINO APARICIO
Editorial Oniro
Bajar
al sur
Día gris,
el tren hace esfuerzos.
No hay horizonte.
Los días de verano
sin sol
parecen pantalones
de un muerto
atados en el aire.
Bajar al Sur requiere
cristales secos,
lumbre en una diadema.
Y luego la lenta
prisa del campo…
Vendrá el mar,
miro sus ojos
ahora que la tierra no
cede.
Voy hacia Sur
en un atropello de
raíles.
El campo lento es una
soledad.
CARLOS SAHAGÚN (Poeta recomendado por Jorge Mato)
Aquí empieza la historia. Fue una noche
en que se habían puesto las palomas
más blancas, más tranquilas. Como siempre
salí al jardín. Alrededor no había
nadie: la misma flor de ayer, la misma
paz, las mismas ventanas, el sol mismo.
Alrededor no había nadie: un árbol,
un estanque, ceniza de aquel monte
lejano. Alrededor no había nadie.
Pero ¿qué es este viento, quién me coge
el corazón y lo levanta en vilo? Una
muchacha azul en la orfandad del aire
ordenaba los pájaros. Sus manos
acariciaban con piedad el árbol,
y el estanque, y aquel lejano monte
ceniciento. El jardín ardía al sol.
La miré. Nada. La miré de nuevo,
y nada, y nada. Alrededor, la tarde.
en que se habían puesto las palomas
más blancas, más tranquilas. Como siempre
salí al jardín. Alrededor no había
nadie: la misma flor de ayer, la misma
paz, las mismas ventanas, el sol mismo.
Alrededor no había nadie: un árbol,
un estanque, ceniza de aquel monte
lejano. Alrededor no había nadie.
Pero ¿qué es este viento, quién me coge
el corazón y lo levanta en vilo? Una
muchacha azul en la orfandad del aire
ordenaba los pájaros. Sus manos
acariciaban con piedad el árbol,
y el estanque, y aquel lejano monte
ceniciento. El jardín ardía al sol.
La miré. Nada. La miré de nuevo,
y nada, y nada. Alrededor, la tarde.
De
su libro “Como si hubiera muerto un niño”
Carlos Sahagún Beltrán (Onil, Alicante, 4
de junio de 1938 – muere
en Valladolid, el 28
de agosto de 2015) fue
un poeta español, Premio
Nacional de Poesía en 1980. También consiguió el Premio Adonáis en 1957 y el premio
Boscán en 1960. Vivió en Alicante hasta 1956, año en que se
trasladó a Madrid para completar sus estudios de Filosofía y Letras,
licenciándose en Filología Románica en 1959. Fue Lector de Español en la Universidad de Exeter
(Inglaterra) y desde 1965 ejerció la docencia como Catedrático de Lengua y
Literatura Españolas en Segovia, Barcelona, Las Palmas, Madrid y Palermo.
ALBERTO VALERO
Padre niño (A mi
padre)
Con la triste muerte de tu padre asesinado,
preciso a ser hombre de negada pubertad,
no te acobardaron ni esos tiempos, ni tu edad,
con una madre y tres hermanos a tu cuidado.
Herido tanto de aquel dolor, rabia e indignado,
fuiste a esa otra tierra, que os brindó
seguridad,
allí diste cuidado, el esfuerzo y tu amistad,
siendo herrero, hortelano o buen pastor de
ganado
de hambruna y miseria los habías apartado,
a los seres queridos que amabas de verdad
y tus juegos de niñez perdidos ¿dónde irán?.
Maldita iniquidad, a la vida así lanzado,
te obligaron, lo hizo aquella gente y su maldad
y si viven, sus negras conciencias ¿qué dirán?.
LOLA ALARCÓN
Los
campos de violeta
“Los
campos de violeta” en la poesía de Antonio Machado no son siempre una hipérbole
del color. Nosotros, sus lectores, paseando por el campo los hemos visto;
violetas por el espliego, o por el brezo, o porque la luz de un anochecer los
ha vuelto violáceos…
Pero, además, también los ha visto Antonio
Colinas; y esa visión de un poeta contemporáneo, cuya obra ha merecido, entre
otros, el Premio Nacional de Literatura en 1982, y el Premio de la Letras de
Castilla y León en 1999, esa visión suya, digo, es un argumento de autoridad
prácticamente irrefutable.
¡Los campos de violeta existen y Antonio
Machado simplemente los nombró con su forma mágica de nombrar!
Ilustración Jorge Mato
ANTONIO
MACHADO (Fragmentos
de diversos poemas de Campos de Castilla)
Campos de Soria
III
Es el campo ondulado, y
los caminos
ya ocultan los viajeros
que cabalgan
en pardos borriquillos,
ya el fondo de la tarde
arrebolada
elevan las plebeyas
figurillas,
que el lienzo de oro
del ocaso manchan.
Mas si trepáis a un
cerro y veis el campo
desde los picos donde
habita el águila,
son tornasoles de
carmín y acero;
llanos plomizos, lomas
plateadas,
circuidos por montes de
violeta,
con las cumbres de
nieve sonrosada.
IX
¡Oh!, sí, conmigo vais,
campos de Soria,
tardes tranquilas,
montes de violeta,
alamedas del rio, verde
sueño
del suelo gris y de la
parda tierra,
agria melancolía
de la ciudad decrépita,
me habéis llegado al
alma,
¿o acaso estabais en el
fondo de ella?...
Canciones de tierras altas
IV
Es la parda encina
y el yermo de piedra.
cuando el sol
tramonta,
el río despierta.
¡Oh montes lejanos
de malva y violeta!
En el aire en sombra
sólo el río suena.
¡Luna amoratada
de una tarde vieja,
en un campo frío,
más luna que tierra!
V
Soria de montes azules
y de yermos de violeta,
¡cuántas veces te he soñado
en esta florida vega
por donde se va,
entre naranjos de oro,
Guadalquivir a la mar!
ANTONIO COLINAS
(Texto
perteneciente a Tres tratados de armonía)
Contemplo lo que Antonio Machado reconocía como
“los montes de violeta”. Una vez más la aparentemente imagen “irreal” de los
poetas es lo más real. La floración del brezo está en su esplendor. He ido
paseando hasta el encinar; he cruzado la vaguada intentando no meter los pies
en las grandes madrigueras que han escarbado las liebres. De repente, ante mí,
una sorpresa: toda la ladera del monte aparece completamente violácea. Es una
impresión nunca vista. ¿Cómo encontrar palabras para describir esta maravilla
de “los montes violetas”?
CELIA VIÑAS OLIVELLA (Sacada del olvido por Vicente Moratilla)
El primer resfriado
Me duelen los ojos,
me duele el cabello,
me duele la punta
tonta de los dedos.
Y aquí en la garganta
una hormiga corre
con cien patas largas.
Ay, mi resfriado,
chaquetas, bufandas,
leche calentita
y doce pañuelos
y catorce mantas
y estarse muy quieto
junto a la ventana.
Me duelen los ojos,
me duele la espalda,
me duele el cabello,
me duele la tonta
punta de los dedos.
me duele el cabello,
me duele la punta
tonta de los dedos.
Y aquí en la garganta
una hormiga corre
con cien patas largas.
Ay, mi resfriado,
chaquetas, bufandas,
leche calentita
y doce pañuelos
y catorce mantas
y estarse muy quieto
junto a la ventana.
Me duelen los ojos,
me duele la espalda,
me duele el cabello,
me duele la tonta
punta de los dedos.
Celia Viñas Olivella (Lérida, 16
de junio de 1915 - Almería, 21
de junio de 1954)
autora que escribió poesía infantil en español y catalán, con una obra breve pero considerada
renovadora y clave en el panorama de la posguerra. Su infancia y juventud
transcurren en Palma de Mallorca y en Barcelona, donde comenzó sus estudios de
Filosofía y Letras, los cuales se vieron interrumpidos por la Guerra Civil, y
que terminó en 1941. Entre sus profesores universitarios cabe destacar a Rafael
Lapesa, a Ángel Balbuena Prat y a Guillermo Díaz Plaja, que en 1976 se encargó
de realizar una antología de la producción poética de la que había sido su
alumna para la colección Adonais. de Cultura.
MAROSA DI GIORGIO
La escritora
Marosa di Giorgio, traída a la tertulia por Gracia Iglesias, por
recomendación de Javier Delgado, es una poeta uruguaya nacida en Salto en 1934
y radicada en Montevideo desde 1978. En su obra poética, que refleja un mundo
interior de magia, naturaleza, mitología y misterio, se encuentran reflejos de
su ascendencia italiana y vasca. El conjunto de su obra, reunida en “Los papeles salvajes”, se amplió con
dos volúmenes que incluyeron “La liebre
de marzo”, “Mesa de esmeralda”, “La falena”, “Membrillo de Lusana” y “Diamelas
de Clementina Médici”.
(Del libro "Los papeles salvajes", 1991)
De súbito, estalló la guerra. Se abrió como una bomba de azúcar
arriba de las
calas. Primero, creíamos que era juego;
después, vimos
que la cosa era siniestra. El aire quedó
ligeramente
envenenado. Se desprendían los murciélagos
desde sus
escondites, sus cuevas ocultas caían a los platos,
como rosas,
como ratones que volvieran del infinito,
todavía, con
las alas.
Por
protegerlos de algún modo, enumerábamos los seres y las cosas:
"Las
lechugas, los reptiles comestibles, las tacitas...".
Pero, ya los
arados se habían vuelto aviones; cada uno, tenía
calavera y
tenía alas, y ronroneaba cerca de las nubes, al alcance
de la manos
pasaron los batallones al galope, al paso. Se prolongó
la aurora
quieta, y al mediodía, el sol se partió; uno fue hacia el este,
el otro hacia
el oeste. Como si el abuelo y la abuela se divorciaran.
De esto ya
hace mucho, aquella vez, cuando estalló la guerra,
arriba de las
calas.
REFLEJOS DE LA TERTULIA
Tertulia, técnica mixta, A. Guijarro
¿Por qué singulares mecanismos de la mente y la
conversación entre amigos un poema que habla de un hurto en el mercado acaba
por generar un animado debate sobre zapatos que se dan a la fuga y calcetines
desparejados? Son las maravillas de la dinámica tertuliana que con el tiempo se
va enriqueciendo gracias a los más variados aportes que trascienden la línea de
la poesía para, por ejemplo, discurrir por los caminos del arte. Y es que un
magnífico poema enviado desde el otro lado del charco por nuestro joven “delegado
en Washington” puede servir de perfecta excusa para explorar el modo en que la
creatividad, en un momento dado, se ve impelida a romper la barrera de los
límites formales para dejar que la voz propia se alce en total libertad, como
ejemplo de lo cual han quedado para siempre las Vanguardias Históricas. Después
de todo, la poesía no es un estado, no es una profesión, no es un modo
determinado de escribir, sino una forma de mirar el mundo, y ser poeta es
contemplar la realidad con unos ojos que ven más allá de lo concreto y son
capaces de crear un universo nuevo.
El paisajismo literario de Unamuno y el
impresionismo verbal de Azorín, con su forma de escribir poniendo “una cosa
detrás de la otra” también se dieron un paseo, el miércoles pasado, por el
Casino de Guadalajara a donde regresó nuestra tertulia –tras el temporal cambio
de sede veraniego– con una sesión en la que reaparecieron algunos de los
“prófugos veraneantes” pero seguimos echando en falta a otros.
Entre verso y verso, charleta: sobre los amores
eternos de la juventud, o el placer hedonista de la comida. Este capítulo, por
cierto, venido a colación por el sensitivo y sensual poema de una de nuestras
Lolas, propició una cascada de recomendaciones interesantes: la película “La
plaga” de Neus Ballús, el libro “El Primer trago de cerveza y otros pequeños
placeres de la vida” del no muy conocido escritor Philippe Delerm y la obra “La
cocina cristiana de Occidente” de Álvaro Cunqueiro.
Una despedida de Cernuda, un mano a mano entre
Machado y Colinas a propósito del violeta de los montes y un pequeño muestrario
de la poesía de la uruguaya Marosa di Giorgio, compusieron el muestrario de
propuestas de quienes, en esta ocasión, no llevábamos nada propio escrito.
Gracia Iglesias
SE HACE SABER AL PERSONAL…
Que está en imprenta el número especial 8/9 que reúne nuestra
producción de los meses octubre y noviembre de 2014 Como siempre, el encargado de hacer las
portadas en color es nuestro compañero Jorge Mato. En esta ocasión el poeta
seleccionado es Juan Ruiz, Arcipreste de Hita.
El próximo número ya preparado será el 10/11, diciembre y enero ya de 2015, con ilustración de
portada de Miguel de Cervantes y que queremos que coincida con nuestra
participación en el Archivo Histórico. Estamos celebrando el cuarto centenario
de la aparición de la segunda parte de El Quijote.
ORACIÓN Y CIERRE
(Entresacado de E. M. Cioran, “Contra la
historia” por JLGR)
Un zoólogo que ha observado de cerca a los
gorilas de África, se sorprende de la uniformidad de su vida y de su gran
ociosidad. Horas y horas sin hacer nada… ¿Acaso no conocen el tedio?
Esa es la típica pregunta de un hombre, de un mono ocupado. Lejos de
huir de la monotonía, los animales la buscan, y lo que más temen es verla
cesar. Ya que solo cesa para ser reemplazada por el miedo, causante de todo
ajetreo.
La inacción es divina. Y, no obstante, el
hombre se reveló contra ella. El único ser incapaz, en la naturaleza, de
soportar la monotonía, quiere a toda costa que algo suceda, cualquier cosa. Con
ello se muestra indigno de su ancestro: la necesidad de novedad es lo propio de
un gorila descarriado.
©
Tertulia Literaria, Asociación Cultural C/ Lope de Haro, 4 1º - Guadalajara
CIF
619302231
Esta
publicación aparece gracias a Aache Ediciones, Casino Principal, Dublin House,
Ecoaventura,
Animación, Turismo, Ocio y Tiempo Libre
y
Amigos del Archivo Histórico Provincial de Guadalajara
di-versos-guada.blogspot.com
Números
atrasados
COPIPLUS,
Condesa de la Vega del Pozo, 3. Guadalajara.
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