DIVERSOS
88. TERTULIA POÉTICA GUADALAJARA septiembre de 2015
Instalación de paraguas
decorando una calle de Agueda Portugal
Los
paraguas no llevan ropa interior
Estamos en ese
punto del calendario donde se mezclan todos los símbolos. El verano, casi
derrotado, con el otoño que lanza lluvias como dardos enfriados para
recordarnos que existen las chimeneas y las novelas de misterio. Es la hora de
sacar los cuadernos de hojas blancas para escribir poemas más calientes, y
soñar con arrobamiento que los verdaderos amores se guardan en el bargueño de
nuestra cabeza. Y el mejor está escondido en su cajón secreto.
JLGR.
JOSÉ LUIS GÓMEZ RECIO
He vuelto a las andadas
He vuelto a andar,
a tener esa maravillosa sensación
de tirar para adelante sin albardas.
De mirar cara a cara los pasos.
El ritual siempre el mismo:
me limpio la cara y las manos
y las cubro de protección solar.
Para las sorpresas de los pájaros
que evacúan en vuelo,
un sombrero viejo
sacado de las cuevas de Sésamo.
Zapatos viejos, calcetines de lana.
Al aire las canillas golpeadas,
siempre viejas
a la basura las miserias,
siempre nuevas.
A la altura de los ojos
la vida brilla por su presencia,
por eso disparo la batería
de recuerdos bellos,
para que entren en órbita
las cosas buenas de la recámara.
Todas mis amores giran en un carrusel
mientras empiezo la marcha.
Andando vuelvo a resucitar
sin los tres días de las instrucciones.
Mientras sienta el aire de frente
volveré a ser un hombre nuevo.
Mientras ande solo,
me acompañará tu sombra.
Camino de Santiago en
2009, desde entonces no volví a andar hasta ahora.
Fotografía Lola Villaverde
No puedo soportar ver un
papel en blanco sin nada escrito
Los poetas –así me lo parece a mí- somos
adictos a inventar pasiones, corazones doloridos y amores desgraciados. Nada
más cerca de la imaginación en la mayoría de los casos; ni más lejano a la
realidad personal.
Los poetas que jugamos a serlo, marcamos las
fronteras entre un Sueño que no alcanzaremos nunca y el Fracaso posible. Entre
esos límites discurre lo que damos en llamar nuestra vida. Cambiar fracaso por
éxito no está al alcance de cualquier poeta normalito. Lo mejor que nos puede
pasar es que el fracaso se quede en Nadería, antes que en Baño de Sangre.
A los poetas torpes –como yo- no nos queda más
remedio que elegir entre la mediocridad y la goma de borrar. Así, con dos
narices y un palote.
El que crea que todo esto es blablabería está
en su perfecto derecho de creérselo. Allá él si quiere engrosar el gran
ejército de poetas tristes vagando en la Santa Compaña.
Luego están los que son Poetas con versal. Son
los que no lo quieren reconocer, pero son grandes. Sí señor. Pocos pero
geniales. Los demás ablandamos el belfo y les seguimos con arrobamiento y
admiración. Casi siempre nos asalta la sana envidia. Mierda, eso que ha
escrito, cómo diablos no se me pudo ocurrir a mí… si estaba allí, al alcance de
mi cabeza y no me había dado cuenta. Pero no pasa nada. Somos seguidores del
Maestro que inventa religiones. Los que abrazamos las reglas de la poesía de
nuestros maestros, también podemos ser mártires de la causa y pasar al
calendario.
El ignorante es el poeta que se cree Dios. ¡Al
diablo con él!, los demás hagan como yo, que ya no creo ni en la regla de
cálculo ni en las tablas de trigonometría. Juguemos a ser angelitos de mofletes
en simetría con las nalgas y élitros de mariquitas. Minúsculos seres etéreos para
que podamos divertirnos. Mientras tanto, tengamos la seguridad de que pocos nos
recordarán y muchísimos menos nos admirarán cuando hayamos muerto. O lo que es
lo mismo, cuando hayamos dejado de escribir.
José Luis
Gómez Recio
LOLA
VILLAVERDE
La voz perdida
He buscado en el
pozo
que se abisma sin agua
y no devuelve ecos
la voz que se perdió
aquel día lejano
del abrazo de ortigas
y el desgarro.
Me aferro a tu recuerdo,
al hueco que dejaste,
pero el silencio
me rasga las entrañas.
Las palabras que no pude
llegar a pronunciar
se mutaron astillas.
Me duele el alma
donde están clavadas
todavía.
Querría oír una palabra tuya,
esa que necesito
para sanar mi herida,
que responda a aquellas
petrificadas desde entonces.
Sólo el silencio tengo,
sigo sin encontrar
la voz perdida.
que se abisma sin agua
y no devuelve ecos
la voz que se perdió
aquel día lejano
del abrazo de ortigas
y el desgarro.
Me aferro a tu recuerdo,
al hueco que dejaste,
pero el silencio
me rasga las entrañas.
Las palabras que no pude
llegar a pronunciar
se mutaron astillas.
Me duele el alma
donde están clavadas
todavía.
Querría oír una palabra tuya,
esa que necesito
para sanar mi herida,
que responda a aquellas
petrificadas desde entonces.
Sólo el silencio tengo,
sigo sin encontrar
la voz perdida.
VICENTE MORATILLA
Repentización II
Una muñeca
y una cómoda
desvencijada,
las tareas sin
hacer
y una nube que
pasa.
Ayer se quemó la
olla,
lloverá quizá en
octubre,
el coche no
arranca.
La fiesta del
barrio,
las setas de
otoño,
dolor de cabeza,
el camión que
pasa
y la vieja
sintonía
en la radio;
cantinela
eterna.
Me voy a la cama
.......
Una excavadora
suena,
vaho en la calle
y no queda nada.
DANIEL
VÁZQUEZ
Epifanía de los difuntos
Yo los vi
marchar desde aquel infierno
de odioso eco y
despiadado alarido,
fosa donde la
putrefacta turba
masticaba el
barro de su demencia.
No eran más que
huesos, roña y harapos,
su voz portaba
el clamor de la sombra
y el frío
repicar de la campana
que nos anuncia
temblor y silencio.
Desfilaban por
la calle nocturna
desprendiendo el
aroma de la niebla
mientras se
abrían sus obscuras bocas
buscando las
estrellas respirar.
Allí en nuestro
vagar nos encontramos
bajo el gélido
fuego de la Luna;
sus cuerpos miré
con melancolía,
sus miradas sólo
rogaban tiempo.
CLARA ISABEL ALEGRÍA VIDES (Poeta recomendada por Isabel Muñoz)
Poeta centroamericana
nacida en Estelí, Nicaragua, en 1924. Desde muy niña se trasladó y vivió
con su familia en El
Salvador y en 1943 viajó a EE.UU. donde obtuvo el título en Filosofía y Letras
por la Universidad George Washington.
Ha publicado una
veintena de libros de poesía y narrativa así como muchos testimonios
históricos. Es además traductora de
algunos poetas norteamericanos y autora de la publicación «Nuevas voces de
Norteamérica». En 1978 obtuvo el premio Casa de las Américas por Sobrevivo, y en el año 2000, el
Premio de Poesía de Autores Independientes.
De su obra, destacan "Anillo
de Silencio", "Vigilias", "Umbrales", "Fuga de
Canto Grande", "La
mujer del río" y de su
última producción, "Saudade",
editada por Visor de España (2005).
Barajando recuerdos
Barajando
recuerdos
me encontré con el tuyo.
No dolía.
Lo saqué de su estuche,
sacudí sus raíces
en el viento,
lo puse a contraluz:
Era un cristal pulido
reflejando peces de colores,
una flor sin espinas
que no ardía.
Lo arrojé contra el muro
y sonó la sirena de mi alarma.
¿Quién apagó su lumbre?
¿Quién le quitó su filo
a mi recuerdo-lanza
que yo amaba?
me encontré con el tuyo.
No dolía.
Lo saqué de su estuche,
sacudí sus raíces
en el viento,
lo puse a contraluz:
Era un cristal pulido
reflejando peces de colores,
una flor sin espinas
que no ardía.
Lo arrojé contra el muro
y sonó la sirena de mi alarma.
¿Quién apagó su lumbre?
¿Quién le quitó su filo
a mi recuerdo-lanza
que yo amaba?
¿Cómo será el
encuentro?
¿Cómo será el
encuentro?
Descarnados los dos
sin tu mirada
sin mis labios
posándose en los tuyos.
Partículas de luz quizá seremos
que se atraen
se buscan
se amalgaman.
Descarnados los dos
sin tu mirada
sin mis labios
posándose en los tuyos.
Partículas de luz quizá seremos
que se atraen
se buscan
se amalgaman.
JAVIER DELGADO
Inocencia
Ayer
fuera restar
liquidaciones.
Hoy
necesariamente,
desaprender
enfermar de
inocencia
verificar el
horizonte deshilado
la nube de
verano.
Descreer fuera
posible, hay
un cristal de
fósforo iluminando el lisérgico laurel
el incienso
la dosis
el apocalipsis
insultante, permanente y a plazos.
Aquel requiere
profundidades pero
¿quién necesita
ahogarse?, sucumbir
al estrago
lógico del discurso
o herirse
a un punto de la
muerte
con el fino
bisturí del análisis
al hilo.
Querido amigo
ella
la desnuda
verdad presente
no alumbra sino
cadáveres.
PAULINO APARICIO
Los
zapatos
haber molido
los zapatos de
entonces:
la tierra, las
afueras... aquel tapial
reventado a
pedradas
donde los
verderones tejían
medallas de la
sombra.
El tiempo es juez,
no escucha las
plazuelas,
esconde
prórrogas,
nunca repite una
estación pasada
o un grito que
ocurrió,
un grito de
botellas
para mirar a
nunca.
Haber molido los
zapatos
de entonces; sin
cielos obedientes.
Todo lo que
habrán hecho
estos zapatos
míos
de cuando estaba
niño
pelando una
naranja.
Y nadie se
moría,
y había un suelo
grande
donde pintar
rayuelas.
Y en el campo
sonaba
la indecible
sonrisa
de un día con
cuadernos.
Se fueron los
zapatos,
queda un dolor
de sótano
por los desvanes
donde todo se
pierde.
Pero quizá un
fragmento
de astillas, de
algo roto,
una cadena
herida que aún maneja
el primordial
sentido de anudarse,
persiste (lo
pienso),
la casualidad de
algún solar sin memoria,
que amontona
basura,
como si fuera un
camposanto
donde la lluvia
encharca
a los muertos
sin nombre.
ANTONIO COLINAS (Poeta recomendado por Javier Delgado)
La belleza cautiva que perdí
Pequeña de mis sueños,
por tu piel las palomas,
la pálida presencia de la luna en el bosque
o la nieve recién caída de los astros.
Por esa piel sin mácula, por su tersura suave,
tronché columnas firmes, derrumbé la techumbre
de la más alta noche: la de mis sueños puros.
Pan del amanecer tu blanco cuello, frente,
osamenta querida, veta, venero noble…
Aquí tengo los brazos abiertos como un río,
las venas descansadas, todo el amor del mundo
dispuesto a consumir en un beso glorioso.
Pequeña mía, amada, no olvides que por ti,
una noche de julio, olvidé la aventura
de salir a buscar la belleza cautiva.
la pálida presencia de la luna en el bosque
o la nieve recién caída de los astros.
Por esa piel sin mácula, por su tersura suave,
tronché columnas firmes, derrumbé la techumbre
de la más alta noche: la de mis sueños puros.
Pan del amanecer tu blanco cuello, frente,
osamenta querida, veta, venero noble…
Aquí tengo los brazos abiertos como un río,
las venas descansadas, todo el amor del mundo
dispuesto a consumir en un beso glorioso.
Pequeña mía, amada, no olvides que por ti,
una noche de julio, olvidé la aventura
de salir a buscar la belleza cautiva.
De Preludios
a una noche total (1968)
Ilustración
Javier Delgado
ALBERTO
VALERO
Buscando
No sé por qué sigo buscando cosas,
que sé cierto, de no poder encontrarlas
porque están escondidas en los sueños,
tan hondas como tercas y arraigadas.
Y en ellos entro y salgo sin sentido
ni dirección, ni cálculo, ni tiempo,
Recorriendo mil paraísos corruptos.
Entrando en mil infiernos congelados.
Cruzando locos mares empedrados.
Talando los selváticos jardines
donde se enredan, entre negras sombras
todas las falsedades y los miedos.
Y por más que busco, nunca lo encuentro.
La ansiedad que me embarga, no se calma
ni sé, que es, lo quiero hallar tan siquiera.
Pero sigo tras ese rastro inocuo,
me exijo despertar en otro sitio
o tal vez en otro onírico mundo
tan real, que ya esté todo encontrado.
PABLO LLORENTE
Arquetipos humanos
(Tercera y última entrega)
Corazón de piedra
Elevas
un muro
con tu indiferencia,
¡no me necesitas!,
¡corazón de piedra!
Camaleón
Pérfido varón,
buen camaleón,
de ademán florido
A seriedad seca.
Maquiavela-mente
sus favores vende.
Vértigo en las alturas
Montada en tacones finos
uno ochenta y cinco doy,
la reina del mambo soy.
Los
chicos me parecéis
enanitos presumidos,
que os movéis acelerados.
Con
cinco centímetros más
uno ochenta y cinco doy,
la reina del mambo soy.
Sigue tu camino
Ofrece,
siempre ofrece,
llora y pide,
pide y llora,
vende palabras,
asimismo se vende.
Si te
asalta, sonríe
y sigue tu camino.
FERNANDO BELTRÁN (Poeta que viene
sugerido por Manuel Sanz)
Fernando
Beltrán (Oviedo, 1956) Desde 1964 reside en
Madrid. En 1982, obtuvo con Aquelarre en Madrid el accésit del Premio Adonáis.
La poética del autor quedó
definida a través de dos manifiestos. En 1987 publicó el
manifiesto Perdimos la palabra en el diario El País, y posteriormente
también fue el autor de Hacia una poesía entrometida, aparecido en la
revista Leer en 1989. Con anterioridad el poeta había sido uno de los
fundadores del Sensismo,1980, movimiento que supuso un rechazo a las corrientes estéticas culturalistas de los Novísimos en los años
setenta.
Ha publicado más de quince poemarios. Creador
del Aula de las
Metáforas,
una biblioteca poética a la que el autor donó dos mil quinientos ejemplares, y
que se encuentra ubicada en la Casa de Cultura de Grado (Asturias). Fernando Beltrán
preside la Fundación Aula de las Metáforas.
En la actualidad es director de la revista
poética El hombre de la calle. Además de poeta, es profesor del Instituto Europeo de Diseño, de la Escuela Superior de Arquitectura.
Apenas un puñado de caricias
y nombres de mujer, y algunas dudas
de lluvia o bienestar, algunos versos
tachados finalmente por la vida.
Hagan por favor la habitación.
Cuelgo el cartel que tiembla en el picaporte
como lágrima al borde de caer
y regreso de nuevo a esta cama
desecha de latir.
Me duele hasta la luz.
De par en par abiertas las ventanas
azules hacia un mar que ya no es mío.
Los pájaros ayer…
Este pavor.
JORGE MATO
De la misma manera que se
mira la rosa
Te miré
de la misma manera
que se mira la rosa,
con respeto y ternura.
Nos envolvió la luz
haciendo nuestros cuerpos transparentes.
Y fue todo un milagro
aquel tiempo sin tiempo.
Aquel tiempo que hizo
que nuestros ojos fuesen
alas de mariposa.
Tus manos como pájaros
posadas en mi rostro,
Mis manos descubriendo
promontorios de miel
donde libar sin prisa
una música dulce y silenciosa.
Aquel jardín de nuestra adolescencia
se quedó para siempre
sembrado en cada surco de mi alma,
germinando en el tiempo
en espigas de oro,
esas con las que hago
el pan que me alimenta cada día.
ALVARO CUNQUEIRO (Presentado por Jorge Mato)
Álvaro Cunqueiro es un escritor gallego que
espera pacientemente ser reconocido por el gran público. Su obra es un prodigio
de imaginación, humor, conocimientos eruditos, finas sutilezas poéticas, amor a
su tierra y, algo que hoy quiero traer a
colación, su fino y documentado saber gastronómico.
Su libro “La cocina cristiana de occidente” es
“una muestra de sus vastos conocimientos del arte culinario y también sus
invenciones: porque el hombre civilizado ha puesto mucha más imaginación en la
cocina que, por ejemplo, en el amor o en la guerra” como reza en la
contraportada de su libro.
Quisiera dejar aquí el libro entero para
vuestro disfrute, cosa que evidentemente no puedo hacer por razones obvias,
pero si puedo dejar una pequeña muestra del tono que sus capítulos o mejor
artículos, tienen.
He elegido el que titula el autor DE CEREZAS Y
GUINDAS. Y tampoco completo, solo unas breves líneas que dan una idea de la
manera y el color de la escritura de Cunqueiro y que, además, dedico
expresamente a nuestra compañera de tertulia Gracia Iglesias, enamorada
incondicional de esos frutos.
P.D. En esta ocasión las cerezas y guindas han
sido más rápidas que el rodaballo leído en la tertulia que se queda en espera
de una próxima ocasión. Prometido. Jorge
Mato
“Como se
sabe por Plinio, aunque Plutarco en su vida de Lúculo no diga nada del asunto,
fue éste quien, de regreso de Asia Menor, concretamente de Kerasos, en el
Ponto, trajo a Occidente los cerezos.
……………
El gran
siglo de expansión del cerezo fue el XVIII. María Antonieta y sus damas se
dedicaban a cogerlas de las ramas subidas a frágiles escaleras. Fragonard, por
ejemplo, pintó mucha aristócrata francesa subida al cerezo, enseñando el
tobillo.
…………..
Mi valle
natal y el vecino de Lorenzana son valles de cerezos. Especialmente este
último. Las hay muorás, blancás, garrafales, leonesas, de piñón. Y hay buenas
guindas de pico. En Villanueva de Lorenzana, en una taberna, ponen unas guindas
en aguardiente anisado que son verdaderamente deliciosas. Pero, si la gente
pone las guindas en aguardiente, a nadie se le ocurre destilarlas, y sin duda
que se obtendría un licor estupendo, perfumado, lo que revalorizaría el fruto.
Pero esto es otra historia.
Estos
días, poniendo yo unas cerezas en aguardiente – que me gustan estos trabajos-
me acordaba de mi valle nativo de los cerezos llenos del rojo fruto, en la
falda del Padornelo y de lejanas horas en que, al igual que en las estampas
dieciochescas de Francia, yo comía directamente de la rama. Las cerezas
peteiradas del mirlo o del jilguero son las más dulces, como si los picos de
las aves cantoras hubieran provocado en la cereza un alboroto de azúcares.
CARMEN NIÑO
Mar bañado de luna.
Playa vestida de sangre
en un lento amanecer, donde ni siquiera
se pudo oír el llanto de un niño. La mañana olía a silencio, mientras las voces
del telediario daban la noticia. Y el mar bañado de plata en la noche, se torno
gris, silencioso tras haber arrastrado con sus olas: cuerpos, almas, la niñez
abriendo alas de libertad.
En
la arena de una playa vacía quedaron los sueños, las esperanzas, las voces calladas,
la búsqueda del amor. Bañado el mar de plata, no quiso ser romántico guiando esa débil barca, hacia el puerto de
la salvación.
Se
oirán voces de protesta, lamentos, intenciones de hacer algo. Nada de cuanto ocurra devolverá
la sonrisa al niño, que el mar arrastró casi de manera delicada hacia la playa.
Luna menguante, que bañabas de plata el agua,
el niño te miraría y tú no pudiste hacer nada.
GRACIA IGLESIAS
Soñaba Mary Poppins
No sé cómo aplacar este deseo
de robar un paraguas
y huir desbaratando la prisión de las
nubes
con su anemia de otoño blanda y triste.
Dejar atrás la tierra
que arde hambrienta de huesos,
sus sarmentosos dedos extendidos
hacia las aves torpes que no saben,
no quieren,
(no sabemos)
no logran, no pueden
(no podemos)
volar.
A falta de paraguas
me valdría una escoba,
o una alfombra mullida y confortable
donde extender los cuentos que aún no han sido inventados.
Si pudiera romper
la inexplicable cadena de los días
que llevo uncida al cuello.
Si al menos consiguiera deshacerme
de los sueños perdidos,
de su peso implacable,
y aprender a vivir.
Pamela Lyndon autora de Mary Poppins
REFLEJOS DE LA TERTULIA
Ángeles Santos Torroella, Tertulia 1929. Museo
Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Opino que es difícil que exista mejor banda
sonora para una tertulia literaria que la lluvia golpeando rítmica y melodiosa
las ventanas mientras, cómodamente arrellanados en las butacas de un salón,
digamos por ejemplo del Casino de Guadalajara, unos cuantos amigos acompasan su
ritmo de murmullos, silencios y hasta alboroto a veces, al de la poesía. Es
grato regresar a la rutina, aunque sea traídos de la mano de un otoño precoz;
es grato el reencuentro y que se llenen los huecos que nos dejó el verano. Cada
vez somos más: más que leer y más nutritiva la charla y el debate. Y nos da
tiempo a todo, incluso a tirar de las orejas al cumpleañero Jorge Mato.
Puede que, como efecto secundario, este soundtrack de agua en los cristales nos
hiciera tender a la melancolía. En cualquier caso, fuera por eso o por pura y
sencilla coincidencia, el miércoles pasado la memoria se hizo presente en los
versos de varios contertulios, lo que nos dio lugar a analizar sus ángulos
posibles, desde la inevitable zozobra del que crea y se pregunta si su obra
dejará algún rastro, hasta las dimensiones del recuerdo: doloroso, curado,
decadente… Y todo para concluir, como dice Paulino en uno de sus versos, que
“lo enmendamos todo / también lo que fue cierto”, porque la memoria es lo más
mentiroso que tenemos (Javier Delgado dixit).
Ojalá la memoria sirviera para algo cuando se
trata de encontrar soluciones al enorme problema humanitario que hoy día aflige
a Europa. Con la llamada “crisis de los refugiados” golpeando la puerta de
nuestras conciencias día y noche a través de los medios de comunicación, es
natural que los poetas enarbolen banderas de versos y denuncias para intentar
dejar de sentirse impotentes. Como normal es también que un verso escrito ad hoc sobre este tema sea como una
chispa que haga arder el debate. Conclusiones: muy pocas. Sensación de
vorágine, de asco ante el ser humano, de culpabilidad y de fracaso donde no
caben la rabia ni el lamento, solo cabe el horror.
No fue fácil salir de semejante vórtice de
sentimientos, pero lo conseguimos. El río volvió al cauce. Más versos y más
charla: sobre la pertinencia o no de moderar la longitud de los poemas, sobre
la erótica del desayuno –a la que, por ese caprichoso azar de la tertulia,
llegamos a partir de un rodaballo (no me pregunte cómo) –, sobre el automatismo
como técnica y sobre la manera de abordar la creación de un poema: ¿hay que
entrar por un sitio y terminar por otro o cerrarlo muy bien por ambos lados
cual si fuera morcilla o longaniza? Como imaginarán, este duelo en concreto no
tuvo ganadores: a cada cual le gusta la cocina con distinto aderezo.
Gracia Iglesias
Ya está con nosotros el tan deseado número
mensual doble. Ese que aúna los esfuerzos de la tertulia durante los pasados
octubre y noviembre. Casi con un año de retraso vamos buscando la comunión con
las ediciones semanales, esta vez con portada de Jorge Mato dedicada al
arcipreste de Hita… No tenemos que preocuparnos, pronto tendremos el siguiente
número doble con 150 páginas y que haremos coincidir con nuestro evento en el
Archivo Histórico de Guadalajara, con motivo de cuarto centenario de la segunda
parte de El Quijote.
©
Tertulia Literaria, Asociación Cultural C/ Lope de Haro, 4 1º - Guadalajara
CIF
619302231
Esta
publicación aparece gracias a Aache Ediciones, Casino Principal, Dublin House,
Ecoaventura,
Animación, Turismo, Ocio y Tiempo Libre
y
Amigos del Archivo Histórico Provincial de Guadalajara
di-versos-guada.blogspot.com
Números
atrasados
COPIPLUS,
Condesa de la Vega del Pozo, 3. Guadalajara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario