lunes, 9 de junio de 2014

DIVERSOS 17

DIVERSOS
17. TERTULIA POÉTICA DEL CAFÉ LICEO GUADALAJARA   junio 2014


Buscábamos la parejita. Y por fin nos ha llegado. A lo Pepe Hierro con su fiera mirada de cántabro a las dulces hierbas. Son sus ocurrencias las que van aderezando nuestras soledades de alcarreños, supervivientes en un mar de tapial y adobe. Lejos del indómito Cantábrico y de su Isla de los Ratones. Allí donde Hierro se inició como naufrago del verso.
Multiplicamos nuestras aportaciones poéticas en la Tertulia y así nos nacen los retoños: gorditos y con los culitos bañados del talco laminar que exudan las estrofas.
Entre todos lo estamos consiguiendo.

DANIEL VÁZQUEZ

A un castillo desolado

Frente a ti, esqueleto de las Edades
atormentado por los fieros ecos
que ante el paso del Tiempo y sus secuaces
perduran con arrogancia inmutable,
desafiantes hacia el mortal miedo.

Con el aullido del viento y los lobos
voló muy lejos tu esplendor de antaño;
en el yermo olvido se hallan tus logros
junto a tu fantasmal porte ruinoso
incluso por el gran sol desdeñado.

Permite que las brisas acaricien
por última vez tus inertes rocas,
mas aquí mi alma de ti se despide
con profundo pesar, pues pereciste
                                                      para unirte al linaje de las sombras



Ruinas del Castillo de Cogolludo destruido por el padre de Víctor Hugo, el general Hugo para que no pudiera ser refugio del Empecinado.


AMPARO NAVARRO
Mi país
Mi destino tu cuerpo,
tu boca mi hotel,
tu aliento mi desayuno y cena.

Son tus ojos Las Canarias
y tus manos, caudalosas como
el Magdalena.

Piernas como el Tajo…
por columna, el Barranco de la Hoz.
Tu espalda el Mediterráneo,
Madrid si te veo venir.

Mis besos son la brújula
del súbdito que soy de tu piel.

Mi nacionalidad  es tu corazón
y mi bandera, tu interior.
Tengo dónde ir de viaje por tu anatomía
donde no necesito ni visa ni pasaporte.

El cónsul del Paraíso ya me dio
permiso para entrar en ti.

GRACIA IGLESIAS

Los pájaros están alborotados,
escucho en la ventana
su bienvenida al día.
Es como si naciera
del fondo de mi pecho

y en mi interior
se forma un remolino
de plumas apremiantes.



VICENTE MORATILLA  (Leyendo a Juan Pérez Zúñiga)


                                                           Soneto

                                                           Como el fasgo sendal de la pandurga
                                                           remurmucia la pínola plateca,
                                                           así el chungo del gran Perrontoreca
                                                           con su garcha cuesquina s’apreturga.


                                                           Diquilón el sinfurcio flamenurga,
                                                           con carrucios de ardor en la testeca;
                                                           y en limpornia simpla y con merleca,
                                                           se amacoplan Segrís y Trampalurga.

                                                           La chalema, ni encurde, ni arropija;
                                                           la redopsia, ni enfucha, ni escoriaza;
                                                           y enchimplando en sus trepas la escondrija,

                                                           con casconia ventral que encalambrija,
                                                           dice a la escartibuncia mermelaza:
                                                           ¡Qué inocentividad tan concunija!


    ALBERTO GARZÍA    (Este autor usa un especial tratamiento de la c y la z. Así es)

Vivir a sombra alzada
por sorpresa
con humildad
y claridad.
Espazio libre
para el viento intenso.
Se respira salvación
con conocimiento conmovido
y honda entraña.
Silenzios ziertos
que serenan el alma.
.
PAULINO APARICIO

Mar lejos

Igual que después antes,
siempre y nunca
en la misma palmada.

Te escucho. Me suenas
con un aire de manos. Hay
un olor a horizonte,
la letra de un relato,
lo que pego con la saliva de mirarte:
fantaseado,
sucesivo,
porfiando el ataque que se enfría
en el futuro
de no tener futuro.

Te veo mejor aquí, mar,
el más inaplicable de los sitios:
páramo y espiga
en la sed amarilla de la tierra;
aquí, cuando la noche
hace remoto todo
y huele a plantas,
y los perros escarban su cinturón
he sentido, el forcejeo
de un límite acuñado y,
                                                             quién sabe si rompible.



JAVIER DELGADO
Pudiera salir de mí
por dar una larga vuelta
entre rosales de acuarela,
rumor de niños,
risas en un parque,
luz.

Podría,
una noche plateada,
sentir soles en mi  piel,
aromas de brisa cálida
y jazmines bajo álamos.

Pudiera ser,
un verano de brillos
en el centro gris de mi silencio,
donde el hueso queda.

Podría incluso, morir a veces
un alba de tejados sin ciudad.
Y estar bien.
Más sólo soy viajero de interiores.

Adiós, días de mayo
                                                             casi reales, efímeros mayos.



JORGE MATO
                                                             Algunas veces

Algunas veces amo
Esa enorme mentira que es vivir.
Y amo
Esa inmensa falacia de los sueños.

Nos lo dijo Lear King
En voz de Pepe Hierro
“Di que me amas,
Di -te amo-, Cordelia,
Aunque me mientas”

Solo existe un problema,
Que yo no spy Lear King
Ni tu eres Cordelia. 




ALBERTO VALERO

Un banco al sol

Junto al puerto sobre un banco cercano
reposan, frente al levante.
Llegó gente tranquila que besan y gozan
la caricia sutil que otorga el sol,
la brisa tenue alivia la mañana
del temple intenso y el fuerte calor.

Pieles que agradecen tornarse en bronce,
fuerza de acero para el corazón.
El tono ilusorio en piel falseada
Del que fue esclavo por ese color.
Al ser moda y gusto el lucir moreno
Negando el rastro de cualquier dolor.

Tras el paseo ganado al descanso,
Tras dura vida la relajación,
Dando al olvido los viejos pesares
Dar al trabajo la jubilación,
Que es este punto que mejor se goza
                                                              Brazos abiertos mirando hacia el Sol.

JOSÉ LUIS GÓMEZ RECIO




Algunas veces la frontera entre lo tradicionalmente poético, y las incursiones de los bárbaros que exploran fuera del tiesto, no queda clara. Esta es una mínima muestra de lo conceptual y visual. Perdonadle, porque no sabe muy bien por qué lo hace.

Nota. Por un problema de comunicación interna no nos ha sido posible incluir el poema que leyó en la Tertulia Carlos Bernal. Intentaremos su inclusión en el próximo número, emplazados estamos.