lunes, 12 de octubre de 2015

DIVERSOS 91

DIVERSOS
91. TERTULIA POÉTICA GUADALAJARA octubre de 2015

Fotografía cedida a Diversos por Pedro López

Sacarle la puntita a la mirada

Hay locos que ven gigantes donde solo hay molinos y espejos que ven a madrastras celosas de otras bellezas. Hay personas enfebrecidas que ven carrozas en calabazas. Naves ardiendo más allá de Orión. Y bandadas de ciegos ingeniosos que nos venden la moto de glorias, infiernos, limbos y huríes  como si fueran  vencejos en busca de aleros. Son las miradas que nos recuerdan que somos creativos. Diosas Miradas que hacen nacer versos donde solamente hay ventanas que reflejan la realidad.
La poesía nos maravilla si sabemos mirar. JLGR

ISABEL MUÑOZ


Bajo las sábanas blancas

Te esperaré dentro del armario
junto a la ropa blanca de cama.

Soy la llave de la cerradura
que mantiene tus pensamientos a salvo.
Un paraíso virtual que esculpe tu alma
y te protege del frío invierno,
de la soledad y el silencio.

Cuando afuera amenace el huracán,
nos refugiaremos en el rincón,
quietos bajo las sábanas blancas.

Transformados en sendas polillas,
pasarán las horas despacio, quedas.

Nos miraremos, abriremos las alas
e iniciaremos el vuelo al exterior.

Te esperaré dentro del armario
junto a la ropa blanca de cama.


Fotografía expandida Pedro López
  

ALBERTO VALERO
  
Gritos perdidos
 
Quise bajar al infierno
allí no estaba la puerta
y pidiendo paz, di gritos.
¡Silencio!, nadie contesta!

Intenté alcanzar el cielo
mas no encontré la escalera,
allí levanté mis súplicas,
tampoco  encontré respuesta,

Salí a la calle, a contarlo,
vi que el mundo estaba sordo
como quedo, mudo y ciego.
¡Nadie contesta! ¡Silencio!

Fui al mar, a pedir clemencia
al final de los caminos,
mas las arenas callaban
y luego, rieron las olas.

y recurrí a los poetas
que dormían en las flores
o montaban mariposas
por los sueños de belleza,

donde no vive lo injusto,
donde no hay temor ni miedo.
Por eso escribo, y suspiro
por si alguien que siente, lee.
y es capaz de comprenderlo.

                                                                   El grito, Edvar Munch


JOSÉ LUIS GÓMEZ RECIO

De las putas de alboroque
del viejo calzoncillo deshilachado
de la raíz negra de la cabellera rubia
de Caperucita y el Odio Feroz…

De tantas cosas. Reniego.
Sí. Reniego.

De los dedos de tu mano limón
de la vertical de tu entrepecho
del nido de oreja en tu axila
de los hoyuelos de tus nalgas…

De tan pocas cosas. Fascino.
Sí. Me fascino.

  
Fotografía Pedro López 


PABLO LLORENTE

Salimos de Guadalajara al rayar el día y en el camino
cruzamos dos veces el río Sorbe. De repente, vemos en la
cuneta, muy cerca, a una cierva joven, poco más que un
“Bambi”, que desafía corriendo a nuestro coche, ahogado en la
subida, con su trote largo, elástico y grácil y cruza  la carretera
delante mismo de nosotros. Admiramos su gran belleza delica-
da, pues parece muy vulnerable y que, si acelerara un poco
su galope, sus patas saldrían volando, autónomas, en todas
las direcciones, navegando por el éter.

          A estas horas y por estos parajes la carretera es nuestra. 
Llegamos a Valverde de los Arroyos de buena mañana, con la
fresca. Estamos a mediados de Julio, en un día soleado y a más
de 1200 metros de altitud.

         Como saben, en estos pueblos, las casas son de pizarra
  y se les conoce como los de Arquitectura Negra. Las fachadas
de las casas de Valverde están llenas de parras, rosales,
geranios y hortensias, como recién pintadas. El aire está limpio y
corre una brisa que en la sombra es más fresca. Desde la plaza
del pueblo se divisa, enfrente, la cresta del pico Ocejón que está
 al noroeste. 

         A finales de la primavera hemos visto bailar en esta plaza
a los Danzantes de Valverde,- lo hacen desde hace 600 años-, y
hemos comido roscas dulces que se subastan después de la
danza.  Muchas veces subimos a las Chorreras del Ocejón y
siempre regresamos a Guadalajara  fascinados  y en
comunión espiritual con estos paisajes tan bellos y serenos; 
y nos  sentimos hijos de la madre naturaleza.




LOLA VILLAVERDE


He salido a buscarte
en la noche de oscuridad completa.
Las sombras han huido
persiguiendo a la luna.
Como un ciego
palpo el aire vacío
sin hallarte. Tropiezo.
Me sangran los nudillos
de aporrear la sólida negrura
inexpugnable.
Quiero entrever
algún pálido destello, 
atisbo de presencia.
Me engaño.
La contumaz ausencia,
la soledad  tan negra
y tan vacía.


Pedro López, fotografía.

Fotografía Pedro López

VICENTE MORATILLA

No sé qué pasa hoy en la calle
Se respira inquietud y tristeza
La gente, a lo suyo,
con poca traza
de animarme el día
que me pesa por momentos,
como si de repente
fuese a estallar la tormenta
que nos derribe las calles,
como  si los del gobierno
estuvieran  a punto
de romper el último pacto,
de firmar la guerra,
como si una bomba
fuese a caer en mi casa.
Por eso estoy considerando
prepararme para lo mejor
no sea que me pille el asunto
con cara de tonto
y el desayuno preparado.

PAULINO APARICIO



El tren no mira

El tren no mira,
rompe las anchuras. La tierra
tiende su indolencia
como una mujer muerta
con el vientre cercado.

Unánime color de barro. Sed
y días a sus anchas.
Alguna vid:
vestidos morados
biselan el marrón ceniciento
de la Mancha. A veces
amarilla de rastrojos vencidos.

Tierra sin arrebatos,
con el silencio
amaneciendo por el suelo;
sin amor al acero y al caballo.
Será locura buscar
lanzas y lances,
aunque aquí se escribiera
la historia del hidalgo
Y su escudero.

El tren no mira,
rompe anchuras.
A veces
un túnel que hace noche,
el escozor sin desniveles
de las ruedas
y atrampa los oídos.

Sin sentirlo
llegamos a Valencia.

Apenas queda tiempo
en este tren de vértigo
para hacer un poema:
este poema.


JAVIER DELGADO 


Fotografía de Javier Delgado

Blues Bar

Apenas una lágrima
en el dintel de vidrio
luego de un torrente
de luz negra
bajo semicorcheas de sangre
o un dolor de cataclismo
resuelto en re mayor.

Ocurre a pesar del entorno
con tal de su mano
que allega templanza
y desapego del acorde.

Quedaban palomas de lluvia
sobre cornisas de arena
desaparcando el otoño

y una claridad viva,
más allá del encuentro.
  


DANIEL VÁZQUEZ

Mi fantasma

Eres el temblor interno
que atenaza mis entrañas
cuando toda luz arañas;
demonio que desgarró
el velo de mis memorias,
la cuna de mis temores,
pues tú que amas mis dolores
eres nada y eres yo.

Autorretrato, Gerardo Camargo.

LUIS PÉREZ

Soneto

Nunca se sabe quien arma la guerra
pero sí quien fabrica los cañones,
quien se forra de pasta hasta los talones
minando de metralla nuestra tierra.

Poco de humano tiene quien se aferra
en pretender justificar razones,
mientras tanto se va de vacaciones
a bordo de trineos por la sierra.

Porque si miedo dan los refugiados
mucho peor será verse sin techo
sin que nadie remedie su desgracia,

porque saliendo tan perjudicados
para vivir se rompen hoy el pecho
en busca de la paz en democracia.


Tormenta en el desierto de Nevada

JORGE MATO


Ilustración Jorge Mato

 Elementos pictóricos para un paisaje urbano

Amanece la tarde.

Algunos viejos,
como estatuas de bronce,
sentados en el banco de la plaza.

Sus dedos retorcidos,
sujetando con mimo
la bolsa con los granos
de alimentar palomas solitarias.

Un cigarrillo muerto
anidado
en el rictus sin gesto de su boca.

El sol, caritativo,
derramándose lento por sus cuerpos.

Y el reloj de la torre,
que se siente culpable
de marcarles el paso de las horas.


LUIS ALBERTO DE CUENCA (Poeta que nos trae de nuevo Lola Alarcón con agrado por haber recibido el Premio Nacional de Poesía, 2015)
  
Estoy aquí

Estoy aquí, mi amor, estoy aquí,
velando tus naufragios en las noches
en que nadie responde, en las heladas
madrugadas vacías, en las tardes
de desesperación  y de locura.
Pon en duda, si quieres, que la Tierra
gire en el desolado precipicio
del espacio infinito alrededor
Del Sol, o que los astros sean fuego,
o que el amargo río de la vida
desemboque en la muerte. Pero nunca
dudes de que, en la fiebre del fracaso
o en la sed de la angustia, en el abismo
de la ansiedad y del desasosiego,
estoy aquí, amor mío, estoy aquí.

Aunque tú no me veas ni me oigas.

Libro “Sin miedo ni esperanza “(1996-2002)


Fotografía Pedro López


MIGUEL HERRERO (Artista inclasificable que recomienda Jorge Mato)

El espejo del universo
 
El Espejo del Universo
rugia en mi vientre
un licor de amapolas
crujia en mi sangre.
El oro de los dioses
en tus senos
prendía
templos infinitos
al deseo.
Estallaban los astros
a lo lejos.
Unos labios lentos
acariciaban
tus muslos
de mármol.
Un rumor, un éxtasis
atravesaba
como un alarido
mi sangre.

                                                              Libro "Memoria del Cosmos". 1991. Editorial Endymión

Etiquetar la obra de Miguel Herrero (Madrid 1922-Córdoba 1994) es difícil. Bebió de muchas fuentes, se codeó con grandes artistas tanto de España como de Francia y evolucionó desde la inquietud hasta suavizar su alma, sin perder nunca su necesidad de conocimiento. Fue Francisco Umbral quien lo bautizó como el Leonardo de los 60 por ser un protagonista clave del arte del siglo XX. Toda una declaración de intenciones para referirse a Miguel Herrero, de quien se cumplen veinte años de su fallecimiento. Por esa razón, el Museo de Guadalajara le dedica Miguel Herrero: raíces y esencias, una exposición en la que se presentan unas 50 obras, pinturas, dibujos, películas, documentos gráficos y poemas que ofrecen un reencuentro con más de 70 años de su vida artística.


JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO (Poeta traído por José Luis Gómez Recio) 

 

Por los bastardos

Por los bastardos
por los criados de la muerte
por los altivos adoradores del dios de las batallas
por los melancólicos por los hijos del hipo
por los engendrados en una noche de tentación
por los caritativos de las últimas migas
por los dulcísimos usureros de la verdad
por los embaucadores  por los infinitos rastreros
por los cuerdos de la antigua locura
por los humildes por los mezquinos
por los ciegos
por todos los mal nacidos de la tierra
estás sólo presente en mi recuerdo.

Elegías a Julia Gay


















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Números atrasados
COPIPLUS, Condesa de la Vega del Pozo, 3. Guadalajara