lunes, 21 de septiembre de 2015

DIVERSOS 88

DIVERSOS
88. TERTULIA POÉTICA GUADALAJARA septiembre de 2015

Instalación de paraguas decorando una calle de Agueda Portugal

Los paraguas no llevan ropa interior

Estamos en ese punto del calendario donde se mezclan todos los símbolos. El verano, casi derrotado, con el otoño que lanza lluvias como dardos enfriados para recordarnos que existen las chimeneas y las novelas de misterio. Es la hora de sacar los cuadernos de hojas blancas para escribir poemas más calientes, y soñar con arrobamiento que los verdaderos amores se guardan en el bargueño de nuestra cabeza. Y el mejor está escondido en su cajón secreto.
JLGR.


JOSÉ LUIS GÓMEZ RECIO

He vuelto a las andadas

He vuelto a andar,
a tener esa maravillosa sensación
de tirar para adelante sin albardas.
De mirar cara a cara los pasos.

El ritual siempre el mismo:
me limpio la cara y las manos
y las cubro de protección solar.
Para las sorpresas de los pájaros
que evacúan en vuelo,
un sombrero viejo
sacado de las cuevas de Sésamo.

Zapatos viejos, calcetines de lana.
Al aire las canillas golpeadas,
siempre viejas
a la basura las miserias,
siempre nuevas.

A la altura de los ojos
la vida brilla por su presencia,
por eso disparo la batería
de recuerdos bellos,
para que entren en órbita
las cosas buenas de la recámara.

Todas mis amores giran en un carrusel
mientras empiezo la marcha.
Andando vuelvo a resucitar
sin los tres días de las instrucciones.

Mientras sienta el aire de frente
volveré a ser un hombre nuevo.
Mientras ande solo,
me acompañará tu sombra.


Camino de Santiago en 2009, desde entonces no volví a andar hasta ahora.


 Fotografía Lola Villaverde

No puedo soportar ver un papel en blanco sin nada escrito

Los poetas –así me lo parece a mí- somos adictos a inventar pasiones, corazones doloridos y amores desgraciados. Nada más cerca de la imaginación en la mayoría de los casos; ni más lejano a la realidad personal.
Los poetas que jugamos a serlo, marcamos las fronteras entre un Sueño que no alcanzaremos nunca y el Fracaso posible. Entre esos límites discurre lo que damos en llamar nuestra vida. Cambiar fracaso por éxito no está al alcance de cualquier poeta normalito. Lo mejor que nos puede pasar es que el fracaso se quede en Nadería, antes que en Baño de Sangre.
A los poetas torpes –como yo- no nos queda más remedio que elegir entre la mediocridad y la goma de borrar. Así, con dos narices y un palote.
El que crea que todo esto es blablabería está en su perfecto derecho de creérselo. Allá él si quiere engrosar el gran ejército de poetas tristes vagando en la Santa Compaña.

Luego están los que son Poetas con versal. Son los que no lo quieren reconocer, pero son grandes. Sí señor. Pocos pero geniales. Los demás ablandamos el belfo y les seguimos con arrobamiento y admiración. Casi siempre nos asalta la sana envidia. Mierda, eso que ha escrito, cómo diablos no se me pudo ocurrir a mí… si estaba allí, al alcance de mi cabeza y no me había dado cuenta. Pero no pasa nada. Somos seguidores del Maestro que inventa religiones. Los que abrazamos las reglas de la poesía de nuestros maestros, también podemos ser mártires de la causa y pasar al calendario.

El ignorante es el poeta que se cree Dios. ¡Al diablo con él!, los demás hagan como yo, que ya no creo ni en la regla de cálculo ni en las tablas de trigonometría. Juguemos a ser angelitos de mofletes en simetría con las nalgas y élitros de mariquitas. Minúsculos seres etéreos para que podamos divertirnos. Mientras tanto, tengamos la seguridad de que pocos nos recordarán y muchísimos menos nos admirarán cuando hayamos muerto. O lo que es lo mismo, cuando hayamos dejado de escribir.

José Luis Gómez Recio

LOLA VILLAVERDE



                                                         La voz perdida

He buscado en el pozo
que se abisma sin agua
y no devuelve ecos
la voz que se perdió
aquel día lejano
del abrazo de ortigas
y el desgarro.
Me aferro a tu recuerdo,
al hueco que dejaste,
pero el silencio
me rasga las entrañas.
Las palabras que no pude
llegar a pronunciar
se mutaron astillas.
Me duele el alma
donde están clavadas
todavía.
Querría oír una palabra tuya,
esa que necesito
para sanar mi herida,
que responda a aquellas
petrificadas desde entonces.
Sólo el silencio tengo,
sigo sin encontrar
 
la voz perdida.

VICENTE MORATILLA

Repentización II

Una muñeca
y una cómoda desvencijada,
las tareas sin hacer
y una nube que pasa.
Ayer se quemó la olla,
lloverá quizá en octubre,
el coche no arranca.
La fiesta del barrio,
las setas de otoño,
dolor de cabeza,
el camión que pasa
y la vieja sintonía
en la radio;
cantinela eterna.
Me voy a la cama
             .......

Una excavadora suena,
vaho en la calle
y no queda nada.


DANIEL VÁZQUEZ


Epifanía de los difuntos

Yo los vi marchar desde aquel infierno
de odioso eco y despiadado alarido,
fosa donde la putrefacta turba
masticaba el barro de su demencia.

No eran más que huesos, roña y harapos,
su voz portaba el clamor de la sombra
y el frío repicar de la campana
que nos anuncia temblor y silencio.

Desfilaban por la calle nocturna
desprendiendo el aroma de la niebla
mientras se abrían sus obscuras bocas
buscando las estrellas respirar.

Allí en nuestro vagar nos encontramos
bajo el gélido fuego de la Luna;
sus cuerpos miré con melancolía,
sus miradas sólo rogaban tiempo.


CLARA ISABEL ALEGRÍA VIDES (Poeta recomendada por Isabel Muñoz)













Poeta centroamericana nacida en Estelí, Nicaragua, en 1924.  Desde muy niña se trasladó y vivió con su familia en El Salvador y en 1943 viajó a EE.UU. donde obtuvo el título en Filosofía y Letras por la Universidad George Washington.
Ha publicado una veintena de libros de poesía y narrativa así como muchos testimonios históricos. Es además traductora de algunos poetas norteamericanos y autora de la publicación «Nuevas voces de Norteamérica». En 1978 obtuvo el premio Casa de las Américas por Sobrevivo, y en el año 2000, el Premio de Poesía de Autores Independientes.
De su obra, destacan "Anillo de Silencio", "Vigilias", "Umbrales", "Fuga de Canto Grande", "La mujer del río" y de su última producción, "Saudade", editada por Visor de España (2005).

Barajando recuerdos

Barajando recuerdos
me encontré con el tuyo.
No dolía.
Lo saqué de su estuche,
sacudí sus raíces
en el viento,
lo puse a contraluz:
Era un cristal pulido
reflejando peces de colores,
una flor sin espinas
que no ardía.
Lo arrojé contra el muro
y sonó la sirena de mi alarma.
¿Quién apagó su lumbre?
¿Quién le quitó su filo
a mi recuerdo-lanza
que yo amaba?

¿Cómo será el encuentro?
¿Cómo será el encuentro?
Descarnados los dos
sin tu mirada
sin mis labios
posándose en los tuyos.
Partículas de luz quizá seremos
que se atraen
se buscan
se amalgaman.

JAVIER DELGADO
Inocencia

Ayer
fuera restar liquidaciones.
Hoy
necesariamente, desaprender
enfermar de inocencia
verificar el horizonte deshilado
la nube de verano.

Descreer fuera posible, hay
un cristal de fósforo iluminando el lisérgico laurel
el incienso
la dosis
el apocalipsis insultante, permanente y a plazos.

Aquel requiere profundidades pero
¿quién necesita ahogarse?, sucumbir
al estrago lógico del discurso
o herirse
a un punto de la muerte
con el fino bisturí del análisis
al hilo.
Querido amigo
ella
la desnuda verdad presente
no alumbra sino cadáveres.

 Fotografía de Javier Delgado

PAULINO APARICIO
Los zapatos

haber molido
los zapatos de entonces:
la tierra, las afueras... aquel tapial
reventado a pedradas
donde los verderones tejían 
medallas de la sombra.

El  tiempo es juez,
no escucha las plazuelas,
esconde prórrogas,
nunca repite una estación pasada
o un grito que ocurrió,
un grito de botellas
para mirar a nunca.

Haber molido los zapatos
de entonces; sin cielos obedientes.

Todo lo que habrán hecho
estos zapatos míos
de cuando estaba niño
pelando una naranja.

Y nadie se moría,
y había un suelo grande
donde pintar rayuelas.
Y en el campo sonaba
la indecible sonrisa
de un día con cuadernos.

Se fueron los zapatos,
queda un dolor de sótano
por los desvanes
donde todo se pierde.

Pero quizá un fragmento
de astillas, de algo roto,
una cadena herida que aún maneja
el primordial sentido de anudarse,
persiste (lo pienso),
la casualidad de algún solar sin memoria,
que amontona basura,
como si fuera un camposanto
donde la lluvia encharca
a los muertos sin nombre.


ANTONIO COLINAS (Poeta recomendado por Javier Delgado)

La belleza cautiva que perdí

Pequeña de mis sueños, por tu piel las palomas,
la pálida presencia de la luna en el bosque
o la nieve recién caída de los astros.
Por esa piel sin mácula, por su tersura suave,
tronché columnas firmes, derrumbé la techumbre
de la más alta noche: la de mis sueños puros.
Pan del amanecer tu blanco cuello, frente,
osamenta querida, veta, venero noble…
Aquí tengo los brazos abiertos como un río,
las venas descansadas, todo el amor del mundo
dispuesto a consumir en un beso glorioso.
Pequeña mía, amada, no olvides que por ti,
una noche de julio, olvidé la aventura
de salir a buscar la belleza cautiva.
De Preludios a una noche total (1968)


Ilustración Javier Delgado

ALBERTO VALERO

Buscando   
No sé por qué sigo buscando cosas,
que sé cierto, de no poder encontrarlas
porque están escondidas en los sueños,
tan hondas como tercas y arraigadas.
Y en ellos entro y salgo sin sentido
ni dirección, ni cálculo, ni tiempo,
Recorriendo mil paraísos corruptos.
Entrando en mil infiernos congelados.
Cruzando locos mares empedrados.
Talando los selváticos jardines
donde se enredan, entre negras sombras
todas las falsedades y los miedos.
Y por más que busco, nunca lo encuentro.
La ansiedad que me embarga, no se calma
ni sé, que es, lo quiero hallar tan siquiera.
Pero sigo tras ese rastro inocuo,
me exijo despertar en otro sitio
o tal vez en otro onírico mundo
tan real, que ya esté todo encontrado.




PABLO LLORENTE

Arquetipos humanos 
(Tercera y última entrega)


Corazón de piedra
   Elevas un muro
con tu indiferencia,
¡no me necesitas!,
¡corazón de piedra!

Camaleón
   Pérfido varón,
buen camaleón,
de ademán florido
A seriedad seca.
Maquiavela-mente
sus favores vende.

Vértigo en las alturas
   Montada en tacones finos
uno ochenta y cinco doy,
la reina del mambo soy.
   Los chicos me parecéis
enanitos presumidos,
que os movéis acelerados.
   Con cinco centímetros más
uno ochenta y cinco doy,
la reina del mambo soy.

Sigue tu camino
   Ofrece, siempre ofrece,
llora y pide,
pide y llora,
vende palabras,
asimismo se vende.
   Si te asalta, sonríe
y sigue tu camino.

FERNANDO BELTRÁN (Poeta que viene sugerido por Manuel Sanz)

























Fernando Beltrán (Oviedo, 1956) Desde 1964 reside en Madrid. En 1982, obtuvo con Aquelarre en Madrid el accésit del Premio Adonáis.
La poética del autor quedó definida a través de dos manifiestos. En 1987 publicó el manifiesto Perdimos la palabra en el diario El País, y posteriormente también fue el autor de Hacia una poesía entrometida, aparecido en la revista Leer en 1989. Con anterioridad el poeta había sido uno de los fundadores del Sensismo,1980, movimiento que supuso un rechazo  a las corrientes estéticas culturalistas de los Novísimos en los años setenta.
Ha publicado más de quince poemarios. Creador del Aula de las Metáforas, una biblioteca poética a la que el autor donó dos mil quinientos ejemplares, y que se encuentra ubicada en la Casa de Cultura de Grado (Asturias). Fernando Beltrán preside la Fundación Aula de las Metáforas.
En la actualidad es director de la revista poética El hombre de la calle. Además de poeta, es profesor del Instituto Europeo de Diseño, de la Escuela Superior de Arquitectura.


Apenas un puñado de caricias
y nombres de mujer, y algunas dudas
de lluvia o bienestar, algunos versos
tachados finalmente por la vida.

Hagan por favor la habitación.

Cuelgo el cartel que tiembla en el picaporte
como lágrima al borde de caer
y regreso de nuevo a esta cama
desecha de latir.

Me duele hasta la luz.

De par en par abiertas las ventanas
azules hacia un mar que ya no es mío.

Los pájaros ayer…

Este pavor.

JORGE MATO

De la misma manera que se mira la rosa

Te miré
de la misma manera
que se mira la rosa,
con respeto y ternura.
Nos envolvió la luz
haciendo nuestros cuerpos transparentes.
Y fue todo un milagro
aquel tiempo sin tiempo.
Aquel tiempo que hizo
que nuestros ojos fuesen
alas de mariposa.
Tus manos como pájaros
posadas en mi rostro,
Mis manos descubriendo
promontorios de miel
donde libar sin prisa
una música dulce y silenciosa.
Aquel jardín de nuestra adolescencia
se quedó para siempre
sembrado en cada surco de mi alma,
germinando en el tiempo
en espigas de oro,
esas con las que hago
el pan que me alimenta cada día.


 Acuarela. Jorge Mato

 ALVARO CUNQUEIRO (Presentado por Jorge Mato)

Álvaro Cunqueiro es un escritor gallego que espera pacientemente ser reconocido por el gran público. Su obra es un prodigio de imaginación, humor, conocimientos eruditos, finas sutilezas poéticas, amor a su tierra y, algo que hoy  quiero traer a colación, su fino y documentado saber gastronómico.
Su libro “La cocina cristiana de occidente” es “una muestra de sus vastos conocimientos del arte culinario y también sus invenciones: porque el hombre civilizado ha puesto mucha más imaginación en la cocina que, por ejemplo, en el amor o en la guerra” como reza en la contraportada de  su libro.
Quisiera dejar aquí el libro entero para vuestro disfrute, cosa que evidentemente no puedo hacer por razones obvias, pero si puedo dejar una pequeña muestra del tono que sus capítulos o mejor artículos, tienen.
He elegido el que titula el autor DE CEREZAS Y GUINDAS. Y tampoco completo, solo unas breves líneas que dan una idea de la manera y el color de la escritura de Cunqueiro y que, además, dedico expresamente a nuestra compañera de tertulia Gracia Iglesias, enamorada incondicional de esos frutos.
P.D. En esta ocasión las cerezas y guindas han sido más rápidas que el rodaballo leído en la tertulia que se queda en espera de una próxima ocasión. Prometido. Jorge Mato






























“Como se sabe por Plinio, aunque Plutarco en su vida de Lúculo no diga nada del asunto, fue éste quien, de regreso de Asia Menor, concretamente de Kerasos, en el Ponto, trajo a Occidente los cerezos.
……………
El gran siglo de expansión del cerezo fue el XVIII. María Antonieta y sus damas se dedicaban a cogerlas de las ramas subidas a frágiles escaleras. Fragonard, por ejemplo, pintó mucha aristócrata francesa subida al cerezo, enseñando el tobillo.
…………..
Mi valle natal y el vecino de Lorenzana son valles de cerezos. Especialmente este último. Las hay muorás, blancás, garrafales, leonesas, de piñón. Y hay buenas guindas de pico. En Villanueva de Lorenzana, en una taberna, ponen unas guindas en aguardiente anisado que son verdaderamente deliciosas. Pero, si la gente pone las guindas en aguardiente, a nadie se le ocurre destilarlas, y sin duda que se obtendría un licor estupendo, perfumado, lo que revalorizaría el fruto. Pero esto es otra historia.
Estos días, poniendo yo unas cerezas en aguardiente – que me gustan estos trabajos- me acordaba de mi valle nativo de los cerezos llenos del rojo fruto, en la falda del Padornelo y de lejanas horas en que, al igual que en las estampas dieciochescas de Francia, yo comía directamente de la rama. Las cerezas peteiradas del mirlo o del jilguero son las más dulces, como si los picos de las aves cantoras hubieran provocado en la cereza un alboroto de azúcares.


CARMEN NIÑO 
    
  Mar bañado de luna.

Playa vestida de sangre en un lento  amanecer, donde ni siquiera se pudo oír el llanto de un niño. La mañana olía a silencio, mientras las voces del telediario daban la noticia. Y el mar bañado de plata en la noche, se torno gris, silencioso tras haber arrastrado con sus olas: cuerpos, almas, la niñez abriendo alas de libertad.

            En la arena de una playa vacía quedaron los sueños, las esperanzas, las voces calladas, la búsqueda del amor. Bañado el mar de plata, no quiso ser romántico  guiando esa débil barca, hacia el puerto de la salvación.

            Se oirán voces de protesta, lamentos, intenciones de  hacer algo. Nada de cuanto ocurra devolverá la sonrisa al niño, que el mar arrastró casi de manera delicada hacia la playa.

             Luna menguante, que bañabas de plata el agua, el niño te miraría y tú no pudiste hacer nada.



GRACIA IGLESIAS
Soñaba Mary Poppins

No sé cómo aplacar este deseo
de robar un paraguas
y huir desbaratando la prisión de las nubes
con su anemia de otoño blanda y triste.
Dejar atrás la tierra
que arde hambrienta de huesos,
sus sarmentosos dedos extendidos
hacia las aves torpes que no saben,
no quieren,
  (no sabemos)
no logran,  no pueden
              (no podemos)
volar.

A falta de paraguas
me valdría una escoba,
o una alfombra mullida y confortable
donde extender los cuentos que aún no han sido inventados.

Si pudiera romper
la inexplicable cadena de los días
que llevo uncida al cuello.

Si al menos consiguiera deshacerme
de los sueños perdidos,
de su peso implacable,
y aprender a vivir.


Pamela Lyndon autora de Mary Poppins


REFLEJOS DE LA TERTULIA


Ángeles Santos Torroella, Tertulia 1929. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

Opino que es difícil que exista mejor banda sonora para una tertulia literaria que la lluvia golpeando rítmica y melodiosa las ventanas mientras, cómodamente arrellanados en las butacas de un salón, digamos por ejemplo del Casino de Guadalajara, unos cuantos amigos acompasan su ritmo de murmullos, silencios y hasta alboroto a veces, al de la poesía. Es grato regresar a la rutina, aunque sea traídos de la mano de un otoño precoz; es grato el reencuentro y que se llenen los huecos que nos dejó el verano. Cada vez somos más: más que leer y más nutritiva la charla y el debate. Y nos da tiempo a todo, incluso a tirar de las orejas al cumpleañero Jorge Mato.
Puede que, como efecto secundario, este soundtrack de agua en los cristales nos hiciera tender a la melancolía. En cualquier caso, fuera por eso o por pura y sencilla coincidencia, el miércoles pasado la memoria se hizo presente en los versos de varios contertulios, lo que nos dio lugar a analizar sus ángulos posibles, desde la inevitable zozobra del que crea y se pregunta si su obra dejará algún rastro, hasta las dimensiones del recuerdo: doloroso, curado, decadente… Y todo para concluir, como dice Paulino en uno de sus versos, que “lo enmendamos todo / también lo que fue cierto”, porque la memoria es lo más mentiroso que tenemos (Javier Delgado dixit).
Ojalá la memoria sirviera para algo cuando se trata de encontrar soluciones al enorme problema humanitario que hoy día aflige a Europa. Con la llamada “crisis de los refugiados” golpeando la puerta de nuestras conciencias día y noche a través de los medios de comunicación, es natural que los poetas enarbolen banderas de versos y denuncias para intentar dejar de sentirse impotentes. Como normal es también que un verso escrito ad hoc sobre este tema sea como una chispa que haga arder el debate. Conclusiones: muy pocas. Sensación de vorágine, de asco ante el ser humano, de culpabilidad y de fracaso donde no caben la rabia ni el lamento, solo cabe el horror.
No fue fácil salir de semejante vórtice de sentimientos, pero lo conseguimos. El río volvió al cauce. Más versos y más charla: sobre la pertinencia o no de moderar la longitud de los poemas, sobre la erótica del desayuno –a la que, por ese caprichoso azar de la tertulia, llegamos a partir de un rodaballo (no me pregunte cómo) –, sobre el automatismo como técnica y sobre la manera de abordar la creación de un poema: ¿hay que entrar por un sitio y terminar por otro o cerrarlo muy bien por ambos lados cual si fuera morcilla o longaniza? Como imaginarán, este duelo en concreto no tuvo ganadores: a cada cual le gusta la cocina con distinto aderezo. Gracia Iglesias


Ya está con nosotros el tan deseado número mensual doble. Ese que aúna los esfuerzos de la tertulia durante los pasados octubre y noviembre. Casi con un año de retraso vamos buscando la comunión con las ediciones semanales, esta vez con portada de Jorge Mato dedicada al arcipreste de Hita… No tenemos que preocuparnos, pronto tendremos el siguiente número doble con 150 páginas y que haremos coincidir con nuestro evento en el Archivo Histórico de Guadalajara, con motivo de cuarto centenario de la segunda parte de El Quijote. 
















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CIF 619302231
Esta publicación aparece gracias a Aache Ediciones, Casino Principal, Dublin House,
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y Amigos del Archivo Histórico Provincial de Guadalajara

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Números atrasados
COPIPLUS, Condesa de la Vega del Pozo, 3. Guadalajara.