martes, 24 de noviembre de 2015

DIVERSOS 97

DIVERSOS
97. SEMANARIO DE LA TERTULIA POÉTICA GUADALAJARA
noviembre de 2015


 Llega el momento de buscar tierras cálidas para el espíritu

Coge el primer libro que pase en bandada y hazte un ulises. Es el momento de elegir el destino que te reconcilie con la vida. Da lo mismo que la meta sea Itaca que Butaca. 
Piensa que los libros son esas publicaciones amigas que se abren de páginas para enseñarnos la verdad. Si pecas con un libro, tienes asegurado el cielo. No olvides que hay un dios comprensivo que vive en las estanterías. José Luis Gómez Recio 

PABLO LLORENTE

          Al subir a la Muela surge el astro rey del horizonte, iluminando los campos y aparece una suave y fresca brisa de Levante provocada por el propio disco brillante, rojizo y anaranjado. Después del orto, el sol asciende rápido en el horizonte y orienta a las escasas nubes con los rayos de sus barbas amarillas. En la subida levanto una pollada de perdices, que se descuelgan volando ladera abajo. Estamos en verano  y  huele a plantas aromáticas en La Alcarria.
            Por Levante y en las faldas del monte está el pueblo de Alarilla, ahora en sosiego. Corto ajedrea y me atrae su olor intenso y acre. La vegetación es rala, hierbas, matas olorosas y pequeños cardos. Hay tres almendros jóvenes con su alcorque de piedras. Estoy solo en  este cerro testigo, ¿el mundo es mío? Diviso al Septentrión todo el inicio del Sistema Central: sierras de La Bodera, Alto Rey, Ocejón, Ayllón, Somosierra y Guadarrama. También al Norte, laderas abajo, en la Campiña, está el río Henares arrastrando su caudal literario. El río del Heno, va de Levante a Poniente y aquí lame esta loma. Al Poniente una escultura con esquelas mortuorias. Muchachos que perecieron en estas vertientes, cual nuevos Ícaros, al lanzarse ladera abajo con alas de metal y plástico. Las notas son emocionantes  y muy poéticas; al pasar a su altura, siempre recuerdo lo frágil que es la vida y mucho más para los valientes. A lo lejos canta un gallo, muy lejos.
            Al Sur, la larguísima línea de la Alcarria, con  la misma altura que esta Muela de Alarilla  y  delante el también cerro testigo de Hita, con rocas y piedras del castillo en la cresta. En su falda el pueblo del Arcipreste de "Buen Amor".
            Ando despacio y a veces, con el sol un poco más alto, levanto abejarucos y abubillas. Hoy, las alondras y lavanderas no levantan vuelo hasta que estoy próximo a ellas, a menudo permanecen quedas.
             Creo que formo parte del paisaje; siento como mía esta armonía del mundo que me invade.


 Rodrigo Gómez Cuesta fue de caza a la Muela y atrapó un buen trofeo

 LOLA VILLAVERDE

Hay palabras
que las carga el diablo,
preñadas de dolor
aterradoras.
Llegan con aullidos de lobos,
cuando menos esperas.
Son vampiros sedientos
que buscan sangre nueva.
Han dejado secas 
millones de gargantas
y quieren más.
Van sonando muy cerca,
casi al lado
aterran con su estrépito.
Indefensos, con miedo
no sabemos qué hacer
ni dónde refugiarnos. 
Creíamos que esos lobos 
no llegarían nunca,
que estábamos a salvo
tan lejos del lugar
por donde campan, donde cosechan
la muerte y el horror.
Hoy suenan cerca,
no sabemos qué hacer
tan indefensos.



Fotografía Lola Villaverde

CHARLES BUKOWSKI (Recomendado por Javier Delgado)

Azul no

Ella me llamó desde lejos,
«nunca podía discutir contigo»,
me dijo,
«siempre te ibas.
mi esposo no es así,
se me pega como pegamento.
y me golpea».
«Nunca he creído en las discusiones,
dije, no hay nada que discutir».
«Estás equivocado, dijo ella, deberías
tratar de comunicarte».
«Comunicar es una palabra abusada, como
amor», le dije.
«¿Pero no crees que dos personas se pueden
amar?», preguntó.
«No si tratan de comunicarse»,
le contesté.
«Estás hablando como un gilipollas»
dijo ella.
«Estamos discutiendo»,
dije.
«No, dijo ella, estamos tratando de
comunicamos».

«Me tengo que ir», dije.
corté y descolgué el teléfono.
Me quedé mirándolo.
Lo que ellas no entendían era que
a veces no hay nada que salvar
excepto la reivindicación personal del
propio punto de vista
y que eso era lo que iba a causar
ese flash blanco y cegador
uno de estos días.


Topor lo vio así


JAVIER DELGADO

 Acuarela de Javier Delgado

Noviembre

Hay tardes como golondrinas
en fuga hacia un ocaso
de pasos consumidos
entre los juncos y la orilla,
acaso por lavar un recuerdo,
o lágrimas
en las turquesas del agua,
su dolor cercano,
tanto dolor.

Regreso a la ausencia.

Hay tardes que escapan
a la atmósfera sin luz,
al adiós,
como un otoño de olvidos
cálido aún,
de perdidos pasos:

vida tan vívida
sobre las altísimas luces
sin dolor,
hasta llegar la noche
y detenerse, dulce,
bordeando el agua,
su martirio.

PAULINO APARICIO


Seguidillas 

El agua que soñé
se ha evaporado,
¡Ay!, dolor de las sienes
y del costado.

Arroyo sin mirillas
trenes de grava
lucero que sostiene
piedras del alba.

Miraré tus señales:
camino y sueño,
con el monte molido
de aire y pañuelos.

Cuánto dolor de espejo
tiene el verano,
las rosas se marchitan
entre las manos.

Hay cansancio de luces
papel ardiendo,
un hacha de amarillos
te está escribiendo.

Y el horizonte sale:
(sacristías del llano),
al paso de un rastrojo
de sed y estaño.

Las golondrinas madre,
nidos de barro,
ponen en las cornisas
vuelos sagrados.

y una barca de plumas
se balancea,
con olivos nacidos
en la azotea.

En verano la noche
riega de pasos
un dolor de amarillos:
que están girando.

Vuelve la piedra blanca
de la alborada,
cristales con heridas
quieren pararla,

los árboles se peinan
de luz andando,


un estanque de cruces
derrite el prado.

Se ven los girasoles:
cerilla a gajos,
la lámpara moliendo
soles del campo.

Si me llaman al monte
quiero estar solo,
sombra de los braseros
en cada codo.

En cada codo estreno
cenizas blancas,
llueve el alba braseros
de piedras claras.




 JOSÉ LUIS GÓMEZ RECIO

 Abraham Prudencio Sánchez. La asesina ilustrada


La noche es lo más torpe de la Naturaleza. Todos los días tropieza en el firmamento y cae ante el asombro de los terrestres.

Al paso de las yeguas, los asnos pierden la cabeza y lanzan un ancla a tierra desde los cuartos traseros, por la que descargan la tensión acumulada.

Cuando a los ángeles se les suben las plumas a la cabeza, se convierten en indios.  Los altivos sioux son los más soberbios.

Con la fresca, los equinos acuden a los hipocampos magnéticos a pavonearse y procurar que surja la atracción entre ellos.

Los arcos tangentes disparan vectores envenenados para enamorar a los geómetras.

Las mejores caídas de ojos  llevan al altar. Las peores al oftalmólogo.



AMPARO NAVARRO

¿Qué fruto dará ésta soledad
que sembré en tierras foráneas?
Dímelo tú tierra removida.
Respóndeme cielo callado,
monopolio de tristeza.

Nadie me espera
por eso camino sin prisa.
Faro de mi barrio,
ideal para colgar mi sombra.
El dolor se despereza.
Armario de madera de pino,
arsenal de mis heridas.

Alegría. Llega aunque sea de noche.
No avises. Dejo siempre
una puerta abierta.
Si me encuentras desnuda
me pillarás extraviada,
lejos entre utopía y vida.



 JORGE MATO


Entonces

Cuando sea un guiñapo,
cuando en mis ojos brillen
dos lámparas oscuras
y parezca mi cuerpo
una triste piltrafa ya sin gracia,
no veas de mis ojos
solamente la puerta.
Pasa dentro, muy dentro,
allí donde conservan
todo lo que ellos vieron:
Los grandiosos trigales en verano,
las noches estrelladas,
las aguas de aquel río,
incansables, corriendo hacia la mar.
Mi mano entre tus manos
temblorosas de amor recién gastado.
No mires mi torpeza al caminar despacio,
ni el temblor de mis labios
que quisieran decirte
que esto no es culpa mía.

Y que no me apetece sentirme derrotado.


ALBERTO VALERO
Todo tú

Nunca está en la flor toda la belleza,
ni en la luz o en el reflejo del arroyo,
porque un día la encontré en tu mirada.

No está toda la bondad en la piedad
o en el perdón de las ofensas más duras,
porque yo la vi en el centro de tu alma.

No está el tiempo guardado en los relojes
ni en altivas torres, ni en calendarios,
lo llevas en los brazos que me ofreces.

Ni toda la verdad estará escrita
en sabias y longevas bibliotecas,
cuando está cabalgando en tu sonrisa.

Pero tú das el todo por manojos
y la sombra que soy, ya se sosiega,
si al aroma de tu paso oí decir:
tómame sin miedo, que ya soy tú
y ahora y para siempre estoy contigo.




JOSÉ ANTONIO ALONSO

Diciembre  

  Aquellos claros días de diciembre...
  -¡Oh, mi pequeña patria!-
  Cuando, tras las ventanas,
veíamos tu vientre
vestirse de azahares.

  Un vuelo de avefrías
vino a romper el alba con su danza
sobre el blancor inmaculado de la nieve.

  Eramos niños,
niños acurrucados
entre los paternales
brazos agricultores.

  Zurciendo calcetines
la abuela recitaba misereres eternos,
seculares romances
al calorcillo de la lumbre.

  Y nuestra cabecita
volaba enternecida
entre aromas de jara requemada:
altos castillos,
princesas perseguidas
entre los densos robledales...

  Se nos marcha diciembre
y un toque de nostalgia
vuelve a invadir las cosas.
En un rincón de la memoria vive
                                             la infancia adormecida.

 Ocejón nevado. Fotografía de José Antonio Alonso

JAIME SILES (Traído a la tertulia por Lola Alarcón)































Jaime Siles Ruiz es un reconocido filólogo, políglota, poeta, crítico literario, traductor y catedrático universitario español. 1951, Valencia

Tragedia de los caballos locos
A Marc Granell


Dentro de los oídos,
           ametralladamente,
escucho los tendidos galopes de caballos,
           de almifores perdidos
           en la noche.
Levantan polvo y viento,
            al golpear el suelo
sus patas encendidas,
            al herir el aire
sus crines despeinadas,
           al tender como sábanas
sus alientos de fuego.
Lejanos, muy lejanos,
            ni la muerte los cubre,
desesperan de furia
            hundiéndose en el mar
y atravesándolo como delfines vulnerados de tristeza.
Van manchados de espuma
           con sudores de sal enamorada,
ganando las distancias
           y llegan a otra playa
y al punto ya la dejan,

           luego de revolcarse, gimientes,
después de desnudarse las espumas
           y vestirse con arena.
De pronto se detienen. Otra pasión los cerca.
El paso es sosegado
           y no obstante inquieto,
los ojos coruscantes, previniendo emboscadas.
El líquido sudor que los cubría
           se ha vuelto de repente escarcha gélida.
Arpegian sus cascos al frenar
           el suelo que a su pie se desintegra.
Ahora han encontrado de siempre, sí, esperándoles
             las yeguas que los miran.
Ya no existe más furia ni llama que el amor, la dicha de la sangre,
las burbujas amorosas que resoplan
              al tiempo que montan a las hembras.
Y es entonces el trepidar de pífanos, el ruido de cornamusas,
              el musical estrépito
que anuncia de la muerte la llegada.
Todos callan. Los dientes se golpean quedándose
soldados.
              Oscurece. La muerte los empaña, ellos se entregan
y súbito, como en una caracola fenecida, en los oídos escucho
un desplomarse patas rabiosas, una nube de polvo levantado por crines,
un cataclismo de huesos que la noche se encarga
             de enviar hacia el olvido.


 Ilustración Jorge Mato



REFLEJOS DE LA TERTULIA

Otra nueva puesta en escena de nuestro grupo que no deja de crecer. Esta vez llegamos a fumar la pipa de la paz poética catorce contertulios.  Seis más, se disculparon por no poder asistir. .. ¡Qué lejos de aquellos primeros ocho que empezamos en el Liceo Café, aún no hace dos años!  Bienvenidos  Carmen Valentín y  José Antonio Alonso por vuestra incorporación.
A fuerza de la visión que transmiten los textos, aprendimos de la Muela y de los Cerros Testigo del Colmillo y el cerro de Hita. Vimos a las rapaces alzarse al cielo y volar a ladera sin mover las alas. Supimos de campañas de publicidad que gritaban a los cuatro vientos que había coches que nos llevaban al Fin del Mundo y que a pocos centímetros del suelo de la meseta se encontraba un yacimiento íbero importante.
A las faldas de la Muela se frota amoroso el rio Henares y con él el recuerdo de García Marquina cuando caminaba por sus laderas y nos lo contaba en las primeras tertulias del Restaurante Aromas en 2011, antes de que pensáramos en poesía. Cuando conocimos viajeros al Polo Norte, las visiones de la filosofía actual o al valor de las matemáticas como arma cultural.
No dejamos de sorprendernos de la existencia de tierras cidianas en Guadalajara, en especial de las de Robledo de Corpes, con su cita en El Mío Cid, por la afrenta que sufrieron las hijas del Cid de mano de los infantes de Carrión. Y de la cantidad de sierras que jalonan nuestra tierra, así de las alcarrias que separan los cursos del Henares, el Tajuña y el Tajo. Enhorabuena a los que no solo hacen poesía sino que nos miman culturalmente como bobesponjas que somos, sedientos de conocimiento.
Aunque nos resistimos a entrar en lamentos por lo sucedido en París, no pudimos menos que lamentarnos de todo lo que había sucedido y en las sombras que acechan nuestra sufrida Europa. Un recuerdo sentido por todos los inocentes que se marcharon sin quererlo.

No lograrán acallarnos

Entre las cosas que nuestros tertulianos recomendaron, destacamos la película Le Ballon Rouge. Un mediometraje francés del año 1956 dirigido por el cineasta Albert Lamorisse. Y la película alemana Wetlands (Fleuchgebiete) del año 2013, del director David Wnendt. Una por su innegable carga poética y la otra por la valentía de tratar a la escatología de una manera bella.  José Luis Gómez Recio





















© Tertulia Literaria, Asociación Cultural C/ Lope de Haro, 4 1º - Guadalajara
CIF 619302231
Esta publicación aparece gracias a Aache Ediciones, Casino Principal, Dublin House,
Ecoaventura, Animación, Turismo, Ocio y Tiempo Libre, Patronato de Cultura del Ayuntamiento de Guadalajara
y Amigos del Archivo Histórico Provincial

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Números atrasados


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