DIVERSOS
111. TERTULIA POÉTICA GUADALAJARA marzo de 2016
Las destocadas. Las sinsombrero
Las
reinas del trabajo puro y duro. Las que curran marcando el camino a todas las
demás mujeres. Lo van a tener un poco más fácil. Ya lo tuvieron bastante duro las
exploradoras. A nuestras mujeres que crean versos, les pedimos una ojeada a las
poetas de nuestra Generación del 27. Las sinsombrero –en homenaje a Maruja
Mallo-. Celebramos que el cotarro esté animado pese a los “visores” que dejaron de entender por siempre. A la porra con ellos.
JL Gómez Recio
VICENTE MORATILLA
Con la caña de palo al hombro
y nada más.
Sendero al remanso del Henares
en las tardes del verano.
Aromas de flor de San José
y espigas a punto de sazón.
Agua lenta a mi lado,
nada más.
Allí seguía,
puedo aún dibujar
las líneas de su agua
de sus sombras
de su claro rumor.
Como un sol entre planetas
todo el universo conmigo
y a pequeños tironcillos
en mis dedos
los barbados planetas
se inmolaban
a su único dios
que era yo.
y nada más.
Sendero al remanso del Henares
en las tardes del verano.
Aromas de flor de San José
y espigas a punto de sazón.
Agua lenta a mi lado,
nada más.
Allí seguía,
puedo aún dibujar
las líneas de su agua
de sus sombras
de su claro rumor.
Como un sol entre planetas
todo el universo conmigo
y a pequeños tironcillos
en mis dedos
los barbados planetas
se inmolaban
a su único dios
que era yo.
Remanso del río Henares
JAVIER DELGADO
Estela
Si
en tu oscuridad
me
cerca
el
beso y
las
manos te dotan
de
vida o certeza
y
deseo florecido
más
cierto en mi espacio
que
el resplandor
de
la cercana amanecida,
me
llega entonces tu belleza
inconsumible,
piedra
en derrotero que vuelve,
siempre,
al
punto de partida
de
aquella estela nuestra.
Apunte
del natural de Javier Delgado
JAIME
SILES Vino
nuevamente de la mano de Lola Alarcón que rescató este poema de su libro Himnos
tardíos (1998)
Ángulos muertos
1
Vivir al otro lado del
poema
y no en la realidad que
es su reflejo.
Cruzar por esas calles
que están al otro lado
de la vida.
Mirar sus parques y sus
plazas
llenas de luz en las
mañana ebrias.
Sentir el movimiento de
las hojas
dentro de un aire
inmóvil, circular.
Ver el destello de las
aguas
de un río que discurre
sin principio ni fin.
Ignorar lo que sé,
pensar que ya no
existo.
2
Vivir la vida del
poema,
resbalar por su voz,
por su respiración,
por su saliva.
Sentir la tinta
llegar a su raíz
originaria,
escuchar el sonido de
sus velas,
oler el perfume de su
vegetación,
sumergirse en sus
sones,
sus latidos, sus algas,
saber lo que pasó,
lo que no pudo ser,
lo que no ha sido.
Pero saberlo como fue:
libre de los confusos
pliegues
del lenguaje, de la
cultura
de las estatuas.
Libre de todo.
Libre, sobre todo, de
mí.
Donde no existan
Ni signos ni palabras.
Donde no exista nada.
Donde sólo la nada
Sea el idioma de Dios.
3
En esa nada pura
Donde vive el poema
Estar como de tránsito,
De viaje, de fiesta, de
visita.
Estar como de paso
Como se está en el yo.
Vivir en el poema
El otro lado del poema.
Vivir la vida del poema
En el continuo transito
el yo.
SOPHIA DE MELLO BREYNER Bienvenido su recuerdo que nos facilitó Pablo
Llorente
Terror de amarte
Terror de amarte en un sitio tan frágil como el
mundo,
mal de amarte en este lugar de imperfección
donde todo se rompe y enmudece
donde todo nos miente y nos separa.
Que ninguna estrella queme tu perfil,
que ningún dios se acuerde de tu nombre,
que ni el viento pase donde tú pasas.
Crearé para ti un día puro,
libre como el viento repetido,
como el florecer de las olas ordenadas.
(Traducción Joao Mendes Rosa Universidad de Guarda.)
Sophia de Mello Breyner Andresen (Oporto, 6 de noviembre de 1919 — Lisboa, 2 de julio de 2004) fue una de las poetisas portuguesas más importantes del siglo XX. Distinguida con el Prémio Camões en 1999, fue la primera mujer
portuguesa en recibir el más importante galardón de la literatura en lengua
lusa. En el año 2003 obtuvo también el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ Prólogo Leído por Javier Delgado
Creo que un poeta no debe carpintear para
«componer» más extenso un poema, sino salvar, librar las mejores estrofas y
quemar el resto, o dejar éste como literatura adjunta. Pero toda mi vida he
acariciado la idea de un poema seguido (¿cuántos milímetros, metros,
kilómetros?) sin asunto concreto, sostenido sólo por la sorpresa, el ritmo, el
hallazgo, la luz, la ilusión sucesivas, es decir, por sus elementos
intrínsecos, por su esencia. Un poema escrito que sea a lo demás versificado,
como es, por ejemplo, la música de Mozart o de Prokofief, a la demás música;
sucesión de hermosura más o menos inexplicable y deleitosa. Que fuera la
sucesiva expresión escrita que despertara en nosotros la contemplación de la
permanente mirada indecible de la creación: la vida, el sueño o el amor.
VICENTE ORALLO
Te
exijo mujer
Te exijo mujer...
Que te expreses libremente y
sin ataduras.
Que ocupes ese espacio que
anhelas en cada momento.
Que sonrías, y si has de
llorar, encuentres mi apoyo.
Que no calles ante tu propia injusticia
ni la ajena.
También te exijo...
Ropas de tu espontánea
alegría.
No esclavizarte al resto de
miradas.
Modales sin disciplina.
Y sentir, sin vergüenza y
despeinada.
Por último te exijo...
Hacer del hombre tu igual.
Que no te rindas ni renuncies
a tu condición humana.
Que si cometes errores...es
porque eres imperfectamente perfecta.
Que jamás dejes de soñar.
Mujer...vive esa vida que
deseas vivir...y nunca la del resto del mundo.
Claude Cahun. Mujer 1936
JOSÉ LUIS GÓMEZ RECIO
En qué mañana de invierno
te cruzaste con mis cueros,
llegaste piafando
a cocear mi cerebro.
Qué hora sería cuando
la clepsidra rompió aguas
y me dijo que escribiera…
De qué tendría miedo
cuando te escondí tanto.
En qué oculta página
de una negra agenda
descansas a pierna suelta
soñando con puntos y diéresis…
que no te encuentro, poema.
Claude Cahun autoretrato
ALBERTO VALERO
El kit
de supervivencia
De todo lo ingrato pienso irme
lejos,
ya preparo un Kit de
supervivencia
en una caja con un blanco
broche.
Qué ponerle dentro y guardar
en ella;
…ya lo estoy pensando.
Libros, poemas, papel y una
pluma,
un tiesto y flores con olores
frescos.
Polvo mágico de pedir deseos
y un cometa errante que lleve
lo falso lejos de todo.
Después del tiempo, cuando
esté ya limpio
todo, volveremos a un mundo
nuevo
de brazos abiertos, manos
tendidas,
que sea posible y no solo
sueño.
¡Sí, sobrevivamos!
Que para la vuelta estas cosas
guardo.
GRACIA IGLESIAS
Me pidió que mirase hacia otro
lado
y prometió que no nos dolería.
Yo le creí.
Me dije que no había más
opciones,
que sería mejor.
“Mejor así”, me dije.
“Ya no puedo hacer nada”.
Sobrevivir. Eso era lo
importante.
Hacerlo lo más rápido posible.
Después correr,
correr, correr.
Correr sin llanto.
Para salvar la vida.
“No mires, será fácil.
No pienses.
Solo hazlo”.
Pero entonces el golpe,
el estallido,
el grito oscuro y seco de la
detonación:
y la muerte brutal
descerrajando
la tapa de mis miedos.
LOLA VILLAVERDE
No sé si percibí
cuando miraba
en la hora mágica
que precede a los
grises
la grieta de los
mundos.
Como esa luz que se
filtra
debajo de la puerta
del cuarto que hay
detrás
que imagino habitado
en la cerrada noche.
En esa hora sutil
en la que acaba el día
y el mañana aún no es
momento sin
certezas
en que la luz se apaga.
en que la luz se apaga.
Un destello de plata
la luz se hace
tiniebla
se confunden las
formas
el silencio se impone
al fin, reina la noche.
Te dormiste en la
escarcha
cristales diminutos
erizaron tu piel.
No sentías el frío
ni temblabas
te hiciste hielo,
blanca estatua
cubierta de púas.
Te recluiste dentro
muy hondo
una vida latente
aletargada.
Blanco cactus de hielo
para no sentir
en este espacio inhóspito
erizaron tu piel.
No sentías el frío
ni temblabas
te hiciste hielo,
blanca estatua
cubierta de púas.
Te recluiste dentro
muy hondo
una vida latente
aletargada.
Blanco cactus de hielo
para no sentir
en este espacio inhóspito
JORGE MATO
Decir mujer
Quiero decir mujer
y digo madre.
Quiero decir mujer
y digo esposa, amiga,
compañera o amante.
Quiero decir mujer
y digo hija.
Quiero decir mujer
y digo risa, llanto,
Canción , quimera,
noche.
Digo sendero, nube,
flor, hielo, fuego,
luz.
Quiero decir mujer
Y digo hombre,
mirada, mano,
Terciopelo, misterio.
Quiero decir mujer.
Apunte
de natural Jorge Mato
DANIEL VÁZQUEZ
Alivio
Vivir
en tu mirada
cual
perpetua esfera en el vasto cielo,
sentir
que no es soñada,
jugar
con su recelo,
verla
morir al despertar el hielo.
Así
ahogas mi herida,
callas
mi sangre, mi dolor, su grito,
dejas
mi alma vencida
a esa
lengua que es rito,
idioma
de tus ojos nunca escrito.
Rocío Montoya. Sutilezas
LUIS PÉREZ
Día Internacional de la Mujer
Ruin resulta pegar a
las esposas,
y por supuesto a todo
ser humano,
porque un
comportamiento tan tirano
pena da que sucedan
estas cosas.
Y son las
consecuencias horrorosas,
cuando se puede
defender de plano
que un trato de
igualdad está lejano
cuando las muertes
sean dolorosas.
Semejante conducta no
se entiende
en un mundo a la
muerte tan sujeto
donde la vida eterna
suena a chiste,
donde el amor se
compra o bien se vende
perdiendo a las
mujeres el respeto
por mucho que parezca
obsceno y triste.
Rocío Montoya. The Lovers. (Handmede collages)
CARMEN VALENTÍN
Somos
los niños refugiados
Contiendas, odio, cerrazón de
los hombres
sin pensar todo mal que van
causando.
Guerras en un mundo
libre pero tirano, egocéntrico
sin saber lo que sienten los
que sufren
y nunca participaron, nadie
les pidió opinión
y ahora sufren las
consecuencias
de ese odio enconado.
Niños de un lado a otro
sin encontrar un remanso de
paz
con sus cuerpos empapados
claman aún sin hablar:
-¿Hasta
cuándo?
¿Qué
hemos hecho nosotros,
si
casi la vida no comenzamos,
para
sufrir tanta pena?
Hago un pliego de descargo.
¡Dejad
el mundo a los niños!
Que a falta de gente que pueda
cuidarlos
mejor estarían solos,
que por el mundo vagando.
CARMEN
NIÑO
Tran
Nguyen. Mujer onirica
A
ti mujer
Mujer, tierra de
simiente que renace cada día
En un aliento cargado
de esperanza.
Alza tu vuelo en el
aire espeso del tiempo
y levanta tus manos de
obrera, de fiel artesana.
El futuro se eleva
ante tus ojos
como un sendero
cargado de esperanza.
Atrévete a mirar el
mundo con valentía
y lanza al mar tus
cadenas de esclava.
Mujer, que tu voz se
oiga
por encima de
arrecifes y montañas,
En el murmullo del
viento, que tu voz
sea canto hondo de luz
en cada ventana.
Si quieres puedes
parar tempestades
y hacer que la luna
salga.
No te rindas, no te
canses de plantar
rosas blancas en el
jardín de tu casa.
Haz que florezcan tus
sueños,
que se oigan tus
cantos, tus palabras…
Deja una estela de luz
para otras
mujeres que pasan
ELOÍSA SÁNCHEZ BARROSO. Vino a
la tertulia recomendada por Jorge Mato
Léxico amoroso
Todo en
ti es palabra.
Y tu
palabra
tiene la forma del deseo.
A veces, es rima que me derramas
con infinita destreza,
promesa, a veces, que me ahondas
con la suave magia de tu verbo.
Urgencia siempre en ti
por las húmedas cavidades de mi morada,
léxico amoroso
que halaga mi desnudez entera,
recital profundo que me mueve,
me conturba y me desarma.
tiene la forma del deseo.
A veces, es rima que me derramas
con infinita destreza,
promesa, a veces, que me ahondas
con la suave magia de tu verbo.
Urgencia siempre en ti
por las húmedas cavidades de mi morada,
léxico amoroso
que halaga mi desnudez entera,
recital profundo que me mueve,
me conturba y me desarma.
Eloísa
Sánchez Barroso. Reside en Cádiz. Estudió música en distintos conservatorios y es
diplomada en francés por la
Escuela de Idiomas de Granada. Entre los premios obtenidos
figuran: Médaille de Bronce de la l’Academie International de Lutèce, Paris;
Mención Poética Platero, Club del Libro en Español, Naciones Unidas, Ginebra; Poetas
Andaluces Ciudad de San Fernando; Accesit Esquío. Tiene publicados los
siguientes libros: Je ne veux pas mourir, Domine, non sum
dignus, En las redondas lunas de mi cuerpo, La cumbre del
Alcor, La clave no está en la partitura, Un sordo rumor de
nada, Eva en el exilio, y Los hijos de Raquel.
XAVIER DE TUSALLE
Unicornio
Te recuerdo
Unicornio
bello y sereno
echo de menos
otros tiempos
cuando tu cuerno
blanco y azul
apuntaba
al cielo
antes de mi destierro
antes de que la edad de oro
volviera al hielo
y la luz del mundo
se ahogara en el rojo
sin remedio
Auto
fotografía
FUENCISLA ONRRUBIA Se
atrevió a traerla a la superficie de manera inédita José Luis Gómez Recio
Los amores
soñados.
Las rosas se dejaban colocar por unas manos expertas, acomodándose
elegantemente en un búcaro de flores de
porcelana.
“Una rosa es una rosa - canturreó la joven - “Y su belleza está en la imperfección de
cada una de ellas”. “No es posible la
vida sin fantasía… sin ilusión”, y se
detuvo mientras paseaba su mirada por el amplio salón orientado al
mediodía…buscando algo fuera de lugar.
Los siete balcones con idéntico pliegue en sus cortinas de seda
amarilla, y los visillos como enaguas
blancas de igual medida le parecieron graciosas bailarinas dispuestas a iniciar la danza. Y ella misma bailó dos vueltas por el amplio
salón. “Perfecto” y alisó el respaldo del sofá inglés, como fin de su detallada obra. “El equilibrio es el fin del
buen gusto”.
Y, de nuevo, tras un recorrido minucioso
por la galería de retratos, -desde donde
los ilustres antepasados
observaban, unos con gesto adusto, otros pícaros, incluso alguno bondadoso-, volvió a reír. Era divertido.
Todo en orden. “Perfecto”. “La belleza o
la fealdad está en la mente no el
objeto. Las cosas hermosas dependen de la mirada de quien las contempla”.
Las copas de fino cristal brillaban.
Aún se entretuvo un rato más, contando y colocando la cubertería de
plata de la velada de la noche. Había
sido una reunión intima, casi familiar. Ella, quizá con un vestido demasiado
severo, tal vez algo amplio para su figura -oscuro con remates blancos en el
cuello y los puños-, atenta a cada detalle. Y al mismo tiempo sentía latir
las emociones de los invitados que por
educación no podían mostrarlas. “Las personas se expresan con la razón, pero son sus sentimientos los que
importan”.
Sobre las cinco de la tarde, por
la alta ventana del sótano entra una luz pálida que se mezcla con el olor a
musgo y a ropa recién planchada. ¿El
tiempo se ha detenido? ¿Un instante puede suspender toda la belleza de la Luz?
¿Cómo puedo pensar todas estas cosas? ¿Qué es pensar?
Reconoció las notas del piano: “Kejel 384 de Mozart. El Rapto del
Serrallo”, ¿cómo no?, ¡había escuchado tantas veces este nombre mágico y esta
música...! Sin embargo, hoy le parecía
más bella que nunca.
Sonrió para sus adentros mientras reconocía en un suspiro, “El amor hace aún más bellas las
melodías…“los amores soñados, cuánta
belleza traen a los corazones”.
Y sus manos, pequeñas y delicadas,
recorren el teclado de encaje
que bordean las sábanas de hilo y
acarician el escudo heráldico bordado en letras de oro con la corona
ducal.
Todo está en orden. Los últimos rayos de sol no consiguen reflejar el
más mínimo rastro de polvo en la madera oscura de la capilla. La luz a través
del rosetón se descompone en dibujos multicolores. “Cada rayo parece ser de un color diferente y
la suma de todos crea la transparencia del aire. Yo creo que es así, porque así
lo veo cada día”, y cerró muy suavemente la puerta también de madera oscura tallada,
sin hacer ruido. Con muchísimo respeto.
Por la mañana muy temprano, había empezado la ronda por la biblioteca.
Sin duda su lugar favorito. Había pasado revista a los libros de cantos rojos,
se había asegurado de que todo quedaba limpio, encerado, bruñido.
Aún así decidió volver a dar una
nueva vuelta por la biblioteca a última hora de la tarde. “Alguien ha podido
pasar por allí. Habrá que dar un vistazo antes de la hora de servir la cena”.
Cualquier oportunidad le parecía buena para volver a su lugar favorito, donde le gustaba pensar que se
sentía como en casa. Como si de alguna manera siempre hubiera estado allí. “¿Qué dirán todos estos libros? Seguro que hay historias maravillosas que aún
no conoce nadie de palacio. Ojala
pudiera leerlas todas “.
“Lástima que una muchachita como yo,
-una criadita de palacio-, aunque
tan lista como para ser una primera
doncella de los señores duques, en estos tiempos… no sepa leer ni escribir….”
Echó a correr sin que sus pasos pesaran nada sobre la gruesa
moqueta de lana gris y blanca.
¡Lo había olvidado!
“Pero quién sabe, quizá los tiempos cambien…”
Y siguió corriendo. “¿Cómo he
podido olvidarme?”.
En el gallinero estarían sin recoger los huevos del día anterior…
Pero por cierto… “¿que será
primero, la gallina o el huevo?”
“Estoy segura de que los tiempos cambiarán “
Ya lo creo que cambiarán…
(Historias
de una vez. Relatos en fase de trabajo 2016)
REFLEJOS DE LA TERTULIA
En las tertulias, al igual que sucede con el sexo y con toda relación de
intimidad, disfrutar de los preliminares suele ser garantía de un desarrollo
distendido y un desenlace agradable. Los contertulios que nos reunimos el
pasado miércoles en el Casino alrededor de los vinos y refrescos acostumbrados
–aproximadamente una docena–, tuvimos la fortuna de disfrutar de una de esas
veladas que comienzan agradablemente divagando en un mar de anécdotas y de
recuerdos, para alcanzar con suavidad las orillas del verso, mecidos por el
placer de la palabra compartida. Cuando esta cronista ocupó su butaca en el
círculo literario, José Luis Gómez Recio daba ya las últimas pinceladas al
cuadro de un recuerdo en el que había de todo: desde fantasmas aparecidos
durante una sesión de espiritismo, hasta un agente de “la social” infiltrado en
el grupo de teatro amateur. La historieta dio paso a un rosario de anécdotas de
detenciones absurdas y encuentros con los grises durante la época de Franco.
Así supimos, por ejemplo que nuestro amigo Vicente Moratilla fue preso al
calabozo cuando era adolescente, junto con sus compañeros de pandilla, por
jugar por las calles imitando las películas de la Edad Media al son de
imaginarias trompetas y de aclamaciones de “¡que viva el Rey!”. Pedir mejoras
laborales, o llevar la chaqueta al hombro eran en aquellos tiempos motivo
suficiente para visitar el cuartelillo, tal y como relató, en sendos episodios,
Carmen Valentín.
Siendo como era la Semana de la Mujer, no podía pasar sin comentario
semejante circunstancia. Entre las reflexiones y las recomendaciones que se
hicieron merece un subrayado el proyecto crossmedia (es decir, que utiliza
múltiples formatos y plataformas para su difusión, tales como internet,
televisión y publicaciones impresas) llamado Las
Sinsombrero, que busca
recuperar, divulgar y perpetuar el legado de las mujeres olvidadas de la
primera mitad del siglo XX en España, tomando como punto de partida las figuras
femeninas de la Generación del 27. Y, a propósito de estas últimas, se nos
recordó el recital homenaje a Ernestina de Champourcín y Concha Méndez,
organizado por nuestros colegas de la Tertulia de Poesía Fernando Borlán de la
Biblioteca, a la que también pertenecen algunos miembros Diversos.
Hicimos asimismo un repaso de las citas venideras en las que estamos
llamados a participar; desde el festival de poesía ARRIVERSOS, que está al
caer, hasta las V Jornadas Cidianas que tendrán lugar en junio, pasando por
homenajes a Cela y Buero Vallejo en el Archivo Histórico Provincial. Al
comentar quien suscribe –desafortunadamente– que en el terreno poético Cela
dejaba mucho que desear, esta opinión fue inmediatamente corregida por Jorge
Mato quien recomendó la lectura del libro de poemas de nuestro Premio Nobel
titulado “Pisando la dudosa luz del día”.
Libros que se mueven por las noches, poemas que se escapan volando como
gorriones, censura en Facebook, la alegría de encontrar dinero inesperado en el
bolsillo de un abrigo o entre las páginas de un libro y un pequeño debate
desatado por una opinión del siempre instigador Pablo Llorente, para quien la
escritura culta de poetas como Siles y otros tantos amenaza con ser “la
perdición” de la poesía misma, fueron algunos de los condimentos que aderezaron
el menú de versos que se sirvió tras el nutritivo aperitivo mencionado.
Alrededor de las nueve y media, los “comensales” se levantaron de la mesa
satisfechos, esperando ya el festín de la semana siguiente. Gracia Iglesias
© Tertulia Literaria, Asociación Cultural C/ Lope de Haro, 4 1º -
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